» Capítulo 52 ↬ Semana

79 12 0
                                    

Seokjin

Tras llegar a casa y que Namjoon fuese corriendo hacia a mí, pude ver cuánto ansiaba que todo saliera bien. Había estado en el apartamento preocupado. Tan pronto como llegó a mí señalé para ahorrarle comentarios.

"Me opero en dos semanas".

Se sorprendió tanto, y era tal la emoción que sentíamos, que acabó abalanzándose sobre mí para abrazarme. Las cosas volvían a ir bien y cada una en su lugar correspondiente.

¿Tanto había cambiado todo en escasos meses?

Namjoon solista de la discográfica en la que ambos estábamos, que yo ya no pertenecía a ella. Y yo, a punto estaba de operarme mi sordera.

¿Papá, mamá, habré elegido el mejor camino para mi vida? Suspiré aliviado.

"No sabes lo feliz que estoy por ti". Asentí con la cabeza entendiendo a Namjoon.

"Ahora solo queda esperar".

Soy consciente que esta espera va a ser dolorosa para mí. Voy a ir asimilando que pronto dejaré el silencio absoluto para dar la bienvenida, si todo sale bien, a un poco de sonido. Sé que Namjoon tendrá muchísimo trabajo ahora. Estoy verdaderamente feliz por él, pero no puedo evitar pensar en el miedo que me invade de separarnos un tiempo.

Como trabajador que he sido de una discográfica y compañía musical. Puedo saber cuáles son las consecuencias de sacar un disco y que encima este, tenga buenas ventas como tan convencido estaba de que Chroma las iba a tener. Todo esto conllevaba una serie de ventas del álbum, conocer a gente nueva, los fanmeeting, y lo que seguro vendrá, una pequeña gira para Namjoon.

Seguro que todo eso no tarda en aparecer frente a él. Yo no estaré a su lado, pero le apoyaré desde donde pueda y esté. Tampoco sería tan raro que dos compañeros, o ahora, ex compañeros de trabajo, aún se vean en la vida real o se apoyen mutuamente ¿no?

━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━

Pasaron varios días hasta darme cuenta de que tan solo quedaba una semana para entrar a quirófano. Los nervios cada día eran más presente en mi cuerpo y concretamente en el estómago, haciendo que se me quitaran las ganas de comer.

Namjoon y yo nos encontrábamos en el salón de mi apartamento. Debíamos aprovechar todo el tiempo que teníamos juntos porque tras lo que me contó y para lo que estaba a punto de ocurrir, no teníamos otra alternativa.

Me senté frente a él para entendernos mejor cuando nuestras manos no pararon de moverse en todo el rato. Nos pusimos de acuerdo para rememorar tiempos pasados. La nostalgia se apoderaba de toda el aura que nos rodeaba, a nosotros y al salón.

"La palabra felicidad llegó en el momento exacto que te vi. Realmente no sabía nada de ti. Sólo sabía que te paraste frente a mí cuando sólo estaba haciendo lo que todos los días hacía en mi amado hueco". Señaló Namjoon con una sonrisa amplia en su rostro. "Cuando me dijiste que seguro tenía talento y que solo aceptarías mi música aún cuando ni siquiera me conocías. Pensé, ¡guau!"

Mis mejillas se tornaron de un color rojizo al recordar y entender como señalaba Namjoon ese momento, que al principio parecía intenso, pero que a día de hoy sonaba con algo de vergüenza.

"Y pensar que en su día la música volvió a mí gracias a ti. Ahora lo pienso y algo me cegó. Con lo que la odié. Tú fuiste el culpable". Señalé con la única propuesta de hacerle sonrojar a Namjoon, lo había conseguido.

"Lo siento si creías que iba a ser siempre igual, lo siento si pensabas que me iba a conformar en la vida con la lengua de signos. Quiero disculparme formalmente." Me levanté y me incliné noventa grados hacia delante frente a Namjoon. Me alcé de nuevo.

"Deja de hacer eso, bobo. Ya me has pedido disculpas muchas veces. Para. Ya sabes todo lo que pienso no lo voy a volver a repetir. Estoy feliz contigo, así. Ahora todo está bien. Todo va a ir bien, no lo olvides nunca".

Namjoon tenía esa capacidad para calmarme y darme una tranquilidad que necesitaba urgente. A veces podía ser pesado con el mismo tema, pero eso era mi vida ahora. La he cagado tantas veces que ya perdí la cuenta. Dicen que en la vida se aprende de errores, pero yo sólo hago cometer uno detrás de otro.

La noche que nos invadía llegó a mí en forma de ganas de volverme loco por la persona que tenía frente a mí. Tras recordar momentos que pasamos juntos donde reímos y lloramos como tontos, sólo tenía ganas de rozar sus labios.

Me puse a cuatro patas y andé con decisión hasta llegar a su boca. Le besé con mis ojos cerrados para sentir mejor el deseo que tenía de estar con él en esas condiciones. Abrí mi boca varias veces y giré mi cabeza para dar más profundidad al beso. Jadeé en su boca con mi aliento cogiendo aire para volver a besarla. Besos húmedos nos estábamos dando en ambos labios carnosos.

Namjoon me correspondió con todo su cuerpo. Su mano se enredó en mi pelo y me condujo el camino y la velocidad para besarle, mandaba él y a veces yo. Ya no me dejaba guiar tan fácilmente porque yo también quería conducir mis besos con el ritmo que me apetecía. La intensidad que tenía en mi cuerpo me mataba y me ponía nervioso a la vez que ansioso de pedir más.

A causa de mi posición incómoda pensé en acercarme todo lo que pude a su cuerpo. Aún con mis manos en los hombros del contrario y sus manos en mi pelo guiando los besos que nos dábamos como si se extinguieran o fuesen el último día para disfrutar de ellos, acabé sentándome encima de las piernas cruzadas de Namjoon.

Cuando me acomodé encima suya volví a besarle con intensidad, dando rienda suelta a mi lengua que exploraba su cavidad bucal. Podía sonar raro o asqueroso, pero el roce que sentíamos nos hacía excitarnos más de lo que unos simples besos lograban.

Rodeé con mis piernas su cintura y me aferré a él con todo el amor que sentía. Me separé de sus labios, ahora algo rojos a causa del roce mutuo. Le abracé y por mis cuerdas vocales salió un hilo de voz.

— Quiero estar siempre contigo.

Cinco Sentidos ✧ NamJin #2 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora