O2

2.6K 268 20
                                    

Hiccup Haddock
──── ✦ ────

Llegamos a Berk bastante tarde. La luna ahora era menos visible por las nubes que invadían el cielo nocturno. Chimuelo aterrizó en el centro del pueblo y me bajé con cuidado para no despertar a ______.

Para ser altas horas de la noche, aun se veían vikingos paseando por el pueblo, otros simplemente estaban preparándose para el día de mañana. Algunas de las antorchas no estaban apagadas y para mi suerte las de Gothi todavía se encontraban encendidas.

Me dirigí a paso apresurado hasta su cabaña y con mi prótesis golpeé suave pero audible su puerta. No tardó mucho en abrir y me dio paso hacia dentro, me señaló una cama libre y allí dejé a ______.

—La encontré en una de las islas con una cortada bastante grave en su pierna. —le explicaba a la curandera— Está pálida y parece ser que lleva días sin comer bien.

Gothi solo asintió a lo que dije y se dirigió a buscar los materiales para limpiar la herida de ______. Me limité a echar un último vistazo y salí de la cabaña en dirección al Gran Salón. Moría de hambre.

No se encontraba tan lleno, tomé un plato de sopa y me dirigí hasta la mesa en donde se encontraban Patapez y Patán.

—¡Hiccup! —me saludó Patapez para llevarse un pedazo de pan hasta su boca.

—Hola amigos. ¿Qué hacen despiertos tan tarde? —me senté para empezar a comer.

—Astrid nos dijo que fuiste a explorar. —comentó Patapez— Y al ver que aun no llegabas, no queríamos dejarte solo. Hoy casi no nos vimos ¿Qué tal te fue?

—Oh, de hecho, fue bastante diferente.

—¿Qué encontraste? ¿Cazadores? ¿Un pueblo nuevo? ¿Una chica linda? —me atacó de repente Patán con sus preguntas.

Me quedé en silencio unos segundos para posteriormente ordenar mis respuestas.

—No, no y... sí.

—¿En serio? —dijeron ambos al unísono.

—Sí, estaba herida y necesitaba ayuda, así que la traje hasta aquí.

—¿Y si es cazadora? —cuestionó Patapez preocupado.

—¿O jinete? —inquirió Patán con cierta esperanza en su voz.

—Ninguno de los dos, fue lo que me dijo.

—¿Y le crees? —dijo aún preocupado Patapez.

—Sí. Vamos, estaba herida, aunque admito me gustaría saber cómo le sucedió. —hablé dándole un sorbo a mi sopa. Ya casi me la terminaba— Tampoco la vi con un dragón cerca que quisiera protegerla o algo. Mañana la interrogaremos.

—Pues claro que deberás presentármela. —me guiñó Patán y se levantó— Bueno muchachos, los veo mañana. Papá quiere que pase "tiempo de calidad" con él o algo así.

Patapez se despidió de mí al rato y yo me quedé allí sentado, analizando lo sucedido hace unas horas. ¿Por qué habría estado ella en una isla sola y en la noche? Además de herida gravemente. Y tampoco se veía nutrida.

No quise darle más vueltas. Necesito descansar para mañana. Salí del lugar y me dirigí a mi cabaña, subí hasta mi habitación y encontré a un Chimuelo disfrutando de un buen sueño.

—Buenas noches, amigo. —susurré acariciándolo y recibí un ronroneo de su parte.

Me quité mi armadura y prótesis, y cerré los ojos hundiéndome en la suavidad de mi cama.

______ Olsson
──── ✦ ────

Los cálidos rayos del sol traspasaban la ventana y descansaban en mi rostro. Me senté con cuidado sobre la cama. Un dolor punzante en mi pierna aseguró que estuviera despierta.

—Ouch... —levanté la manta para inspeccionar mi pierna.

Se encontraba vendada. Recuerdo que una anciana colocó algunos líquidos y aceites allí y posteriormente envolvió mi pierna en una esponjosa venda. Miré a mi izquierda y en la mesita de noche se encontraba una bandeja con pan y unas frutas que, sin dudarlo los tomé para que fueran directo a mi boca. Sabían a gloria.

—Veo que estás hambrienta. —escuché una voz conocida.

Dirigí mi mirada de donde provenía y allí estaba él sentado en un taburete.

—Sí. Bastante. —sonreía mientras tenía la boca llena.

—Tranquila, no te atragantes. —respondió Hiccup sonriéndome de igual manera— ¿Cómo está tu pierna?

—Bien. Sigue doliendo, pero me alegra saber que ya está siendo tratada.

—Es bueno escucharlo, ______. Gothi me dijo que podrás caminar con ayuda de ese bastón dentro de unos días. —señaló el cual estaba apoyado a la pared— Oye... Estoy un poco intrigado, ¿De verdad que no eres cazadora ni jinete?

Oh, cierto. No hemos hablado desde que llegué aquí. Suspiré para volver a posar mis ojos en él. Poseía unas grandes esmeraldas en su rostro.

—Pues, es algo bastante extenso de explicar... —respondí. Su cara mostró un poco de sospecha— pero estoy del lado de los jinetes, si eso te hace sentir tranquilo.

—Bastante. —sonrió— Bien, dejaré que descanses. Más tarde pasaré por aquí.

—Está bien. Gracias por... todo, Hiccup.

Asintió antes de salir y se fue. Lo que menos deseaba era hablar de mi pasado. Me dolía. Me dolía saber quien era y quien soy. Saber de donde provengo y de qué sangre fluye por mis venas.

Sentía bastante rabia no haber llegado a tiempo... no pude detenerlo y con ello, lo perdí.

Pero tengo que ser fuerte, necesito salir adelante y superarlo. No... superarlo no. Debo afrontarlo. Y estando aquí, creo que puedo tomar ventaja de ello.

Destino ❙ Hiccup y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora