II

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Durante el trayecto hacia las Vegas, los chicos se detuvieron en una gasolinera para así poder llenar el tanque del auto y de paso poder comprar unas golosinas, Sero, Kirishima y Bakugō se apresuraron al salir del auto para así dejar a Kaminari cuidándolo.

– No te olvides de mis papas picantes. —Le dijo Katsuki al pelirrojo quien iba a ir al pasillo de las frituras de la tienda a la cual habían entrado.—

– A la orden, bro.

– ¿De verdad crees que fue buena idea dejar al Pikachu cuidando el auto de tu suegro? —Preguntó Bakugó apoyándose en uno de los estantes.—

– Claro, le dije que lo cuidara con su vida. —Hanta miró por la ventana, viendo cómo Denki se encontraba parado frente al auto, con unos lentes oscuros cómo si se tratara de un guardaespaldas o un espía.—

– Que lindo auto. —Un hombre de tercera edad se acercó a Kaminari.—

– No toque el auto. —Respondió en un tono autoritario.— . . . ¡Ni lo mire!

– . . . Si, el auto estará bien. —Dijo Sero, pagando una bolsa de gomitas.—

– Por cierto, pido ser el siguiente que conduzca. —Añadió Katsuki.—

– Ni en tus sueños.

– ¡Por favor! —Exclamó sarcásticamente, frunciendo el ceño.— ¡Entre todos soy el mejor conductor!

– Es cierto, Blasty es el mejor conductor entre todos nosotros. —Lo apoyó Kirishima llegando con dos bolsas de fritura, dándoselas a la chica tras la caja registradora para que les cobrara.—

– ¿Qué hay de aquella vez que pasaste un semáforo en rojo? —Sero se cruzó de brazos.—

– Estaba en amarillo y no había ninguna patrulla cerca, además, ¡Gracias a mi llegamos a tiempo al cumpleaños de tu novia! ¡Así que puedes recriminarme nada, jodido cara plana! —De igual forma, Bakugō se cruzó de brazos.—

– ¿Y de la vez que casi te bajas del auto porque un taxista te mostró el dedo de enmedio?

– ¡Tomó el estacionamiento que yo iba a usar, y ni siquiera íbamos a chocar!

– El único problema de Baku-bro es su temperamento. —Eijirō pagó las compras para luego recibir las bolsas con los bocadillos.— Y su falta de paciencia y tolerancia, pero es muy bueno al volante.

– Como sea, no voy a dejarlo conducir. —Antes de que Katsuki le fuera a gritar, Hanta salió rápidamente del local para así volver a subirse al asiento del conductor.—

– ¿Me compramos mis chocolates? —Preguntó Kaminari subiéndose al asiento del copiloto.—

– Ten. —Kirishima le dio la bolsa antes de que él junto a Bakugō subieran al auto y así pudieran retomar su viaje.—

– ¿Qué lees? —Le preguntó Sero a Denki, quien durante todo el camino lo veía leyendo.—

– Oh, es un libro para aprender a hacer trampa en el Blackjack, lo necesitaremos.

– ¿De verdad vamos a apostar?

– ¿Si no vamos a robarles dinero a esos idiotas entonces para qué vamos? —Inquirió Katsuki.—

– Bakugō me entiende. —Kaminari se giró y le extendió el puño con la intención de que lo chocaran, pero Bakugō solo lo miró de una forma aburrida antes de girar el rostro.— Ya que. —Nuevamente se acomodó en su asiento para así seguir leyendo.—

– Aunque. . . ¿De verdad podrás hacer trampa sin que te descubran? —Preguntó Kirishima, todos sabían que Kaminari no era la persona más inteligente.—

¿Qué pasó ayer? [BakuSquad] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora