III

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Desastre, era el adjetivo perfecto para describir cómo se encontraba la habitación de hotel en el que el cuarteto de amigos se había hospedado: Desastre, un desastre total.

Una muñeca inflable junto a otros juguetes de agua se encontraban en el jacuzzi, el cual estaba repleto de espuma y el agua caía por todo el suelo inundando poco a poco la habitación de baño; salía humo del sofá principal de la sala, reflejando que probablemente había sido incendiado; la televisión de plasma estaba colgando de la pared y se encontraba destrozada, una soga hecha de camisas colgaba del techo y sujetaba una mesita de noche, la barra se encontraba partida a la mitad y habían varias botellas de vino y alcohol regadas por el suelo, unas rotas y otras simplemente vacías, el ventilador del techo le faltaban dos aspas, las lámparas estaban destrozadas y por si fuera poco, el lujoso candelabro de techo estaba roto y apunto de caer.

Todo era un completo desastre.

También había una motocicleta, sin embargo, ésta estaba atravesando la pared.

Bakugō, Kaminari y Kirishima se encontraban durmiendo en el suelo de la sala de estar, el rubio ceniza se encontraba semidesnudo puesto que solo portaba sus pantalones y estaba durmiendo sobre su colchón, el cual aparentemente habían sacado de la habitación la noche anterior; por otro lado, Denki también estaba semidesnudo solo que él no tenía pantalones, y se encontraba recostado sobre el sofá, el cual le faltaba un cojín y su respaldo estaba casi roto; y por último estaba Kirishima, él estaba completamente vestido, solo que estaba sobre el suelo con una cortina cubriéndolo.

El sonido de la puerta cerrarse hizo que Eijirō abriera los ojos, el pelirrojo se encontraba desubicado y sintió dos pequeñas patas pisar su cabeza, al girar el rostro pudo ver que se trataba de una gallina.

– . . . ¿Qué hace una gallina aquí? —Murmuró entre balbuceos como si ese fuera el mayor de sus problemas.—

Se enderezó apoyando fuerza en sus antebrazos y se levantó del suelo, observó el lugar completamente destrozado pero parecía no estar en sus cinco sentidos por lo que solamente se dejó caer a uno de los sillones. El impacto del cuerpo del pelirrojo contra el sofá hizo que Denki se despertara de un golpe.

– ¿Qué yo qué? —Preguntó el rubio con torpeza, frotó sus ojos e intentó acostumbrarse a la luz de la habitación.—

Se levantó del sillón y caminó tranquilamente hacia la habitación de baño, ignorando el desastre a su alrededor, pudo ver cómo debajo de la puerta chorreaba agua pero simplemente no le tomó importancia y simplemente entró para así dirigirse al lavabo, abrió la llave y comenzó a frotarse la cara con el agua.

Sin embargo, escuchó un gruñido; y confundido, giró su rostro topándose con un tigre recostado sobre el suelo.

– Ah. . . Un gatito. . . —Murmuró y continuo frotándose la cara.—

Pero al segundo gruñido del depredador pegó un salto de susto.

– ¡Un tigre! —Se dio la vuelta y corrió hacia la puerta, salió rápidamente y cerró la puerta detrás suyo. Corrió rápidamente hacia la sala y tropezó con el cuerpo de Katsuki, cayendo al suelo.—

– ¡Ugh! ¿¡Qué te pasa, imbécil!? —Gruñó el oji-rubí con molestia, colocando su diestra sobre su abdomen donde le había golpeado Kaminari.— ¿Y puedes ponerte un jodido pantalón? —Añadió al ver la falta de ropa de su amigo.—

– Pe-perdón. . . —Se quejó tallando su mejilla y se levantó para así buscar sus pantalones y ropa interior, pero Kaminari aún se encontraba alterado por lo que acababa de ver.— ¡Pero hay un ti-tigre en el baño!

– Kaminari. . . No seas ridículo. . . —Murmuró Kirishima con su antebrazo cubriendo sus ojos.—

– ¡De verdad!

¿Qué pasó ayer? [BakuSquad] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora