Capítulo 01: "Un pequeño presente".

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¡Hola!

Primero que nada muchas gracias a todos los que le están dando una oportunidad a esta historia, llegué hace muy poco a este fandom y me hace ilusión compartir con ustedes.


Advertencias:

-No me gusta mucho el amor exprés así que llevará un tiempo que se enamoren y lleguen a algo más.

-Will está casado y tiene un hijo adoptivo de 4 años. No son los Molly y Walter que aparecen en la serie.

-Habrá escenas fuertes y quizá gráficas de los asesinatos de Hannibal y las recreaciones de Will.

-Esto es un AU, aquí los wendigos son reales.


Espero que puedan disfrutar del primer capítulo.

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I.


Will Graham se miró las manos y pudo verlas cubiertas de la sangre de Elise Nichols, la misma que veía cada noche en sus pesadillas, la misma que lo atormentaba porque, si bien, no estaba allí, esa sangre manchaba sus manos tanto como las del asesino.


Un temblor recorrió el cuerpo de Will cuando la imagen de Elise clavada en las astas del ciervo se presentó en su mente, tan clara como si estuviese frente a ella y la muchacha le mirara directo a los ojos de manera acusadora, él no pudo resolverlo, él la dejó allí, él dejó a su asesino en libertad para que continuara matando.


El pequeño Buster, el cachorro de beagle mezclado con callejero que encontró vagando en Baltimore dos meses atrás y que descansaba a sus pies levantó la cabeza, los otros cinco perros solo movieron las orejas, Will también escuchó los pasos inseguros de su esposa en la sala, acercándose a la puerta principal, le estaba buscando y él se esforzó por borrar las imágenes de su mente. Era tan difícil mirarla con amor cuando estaba pensando en otras mujeres, mujeres muertas.


—Will —susurró Sarah saliendo al porche, se abrigó mejor con su bata al sentir la brisa de la madrugada—. ¿Estás bien? —preguntó sentándose a su lado en el columpio donde se encontraba.


—Sí. —Era mentira, él lo sabía.


—¿Más pesadillas? —preguntó Sarah intentando acomodar con sus dedos los rizos rebeldes de su esposo sintiéndolos húmedos de sudor.


Will la miró por dos segundos y apartó el rostro y clavó sus ojos en el paisaje que comenzaba a cambiar con los primeros rayos del sol. Sarah no se molestó, ni se sintió mal por aquello, Will siempre fue así, en realidad estaba acostumbrada a la mirada huidiza de su marido, era una parte de él que le enternecía y la preocupaba a partes iguales.


—¿Por qué no me despertaste? —insistió Sarah.


—Estás cansada, trabajaste un turno de 36 horas y no quería molestarte... —respondió Will, pero en realidad lo que quería decir era: "Te cansarás de mí, como todos lo hacen al final".


Will se puso de pie y se apartó lo más que pudo de Sarah sin abandonar el porche, podía percibir claramente todas sus emociones, sentirlas como propias, estaba cansada, preocupada y abrumada, pero sobre todo se sentía culpable por haberle pedido que aceptara la oferta de Jack Crawford para participar en el caso y no podía soportarlo, ya tenía suficiente culpa en su interior por no poder resolver todo aquello como para tener que cargar con la de ella.

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