¿Harto de no encontrar tu otp zodiacal? Melodías zodiacales está listo para servirte.
¡Entra y pide la pareja que más te guste!
Advertencia: contenido Bl
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Lindo reloj.
Capricornio se sobresaltó ligeramente al escuchar la suave voz de Cáncer, su mejor amiga desde la infancia. Quien con una mirada acusatoria e interrogativa se sentó a su lado.
—Gracias— Por un momento dudó si revelar la procedencia del dichoso reloj o no, pero bueno, la chica seguramente ya lo intuía —Me lo dio...
—Sergio, lo sé— interrumpió con una sonrisa satisfecha por la confianza de su mejor amigo, aunque inmediatamente fue borrada por un suspiro pesado —Creí que terminarías con esto, Capricornio.
El chico castaño la miró con cierta molestia y Cáncer lo sabía; Capricornio tenía miles de virtudes, pero también tenía defectos y uno de los que Cáncer pensaba el peor, sin duda era como siempre negaba equivocarse y creía siempre tener la razón. Así que sus “regaños” no se los tomaba muy bien.
— ¿Por qué piensas eso?— El chico regresó su mirada hacia la entrada del aula, donde los alumnos recién entraban, algunos aún con rastros de sueño y fastidio por la primera clase de la semana.
—No lo amas— Dio la misma respuesta de siempre, Capricornio bien conocía esa conversación, odiaba esas respuestas tan simples, pero al mismo tiempo las agradecía.
Cáncer realmente lo conocía, sabía que al final haría lo que le viniera en gana, así que no valía demasiado la pena gastar saliva.
—¿Por qué piensas eso? — Y aún sabiendo que la respuesta se desvanecería entre sus recuerdos, preguntó, con una ligera esperanza de que la chica lo convenciera de cambiar la vida vacía y superficial que ahora llevaba.
—Lo admiras, porque es un genio; te interesa porque tiene dinero y te da la vida que crees merecer; te excita, porque sabes que es alguien que no cualquiera podría tener; y te cautiva porque te desafía y te vence.
Capricornio frunció el ceño, era cierto, pero no lo admitirían, no quería reconocer ese cariño vacío que le tenía a su profesor de economía; un hombre con el que había empezado a salir ese año a escondidas y solo Cáncer sabía, tal vez el resto de la clase sospechaba, pero nadie se atrevería a siquiera especular en voz alta, Capricornio era intachable, mientras que el profesor favorito de la clase tenía una familia que siempre presumía con amor.
Su esposa, una mujer insípida a opinión de Capricornio, pero que reconocía tal vez solo se trataba de envidia, envidia de escuchar a su profesor alardear de la perfecta que era su esposa, de lo enamorado que estaba de ella... Y Capricornio quería eso, quería sentir ese amor, esa devoción, no quería quedarse con las sobras, como decía Cáncer.
Y era irónico, le daba regalos costosos, lo llevaba a restaurantes elegantes y siempre que tuvieron intimidad, era en hoteles exclusivos y de la mejor calidad, siempre le trataba con respeto y un ligero afecto... ¿Cómo podría ser eso llamado sobras?
