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Gabrieltherabbit
╰──────•◈•──────╯AU//Almas gemelas
Ser el mejor en algo siempre había sido muy solitario y eso Capricornio lo sabía bien; toda su vida se había sentido ajeno al resto del mundo, sintiendo que no encajaba con los demás, aquellos seres que parecían ser tan insignificantes e incapaces de comprender la complejidad de sus pensamientos.
Hace tiempo que Capricornio ya no buscaba la compañía de alguien, no le interesaba hacerlo, estaba solo, pero eso estaba bien, había entendido que la humanidad era cruel, era insensata y muchas veces era mejor permanecer alejado.
Sin embargo no podía negar que añoraba la calidez de otro ser humano, no podía negar su propia naturaleza, el humano necesitaba de otros para no caer en la locura, pero no había nadie que pudiera hacerlo sentir la calidez que tanto añoraba.
Pues la cima de la montaña siempre era fría y solitaria, pocos lograban llegar hasta ahí y Capricornio lo había logrado sin mayor problema, solo y sin ayuda, pero ahora lloraba abandonado en un rincón del lujoso penn house, sintiéndose como nunca lo había hecho, como si todos los años de ocultar sus sentimientos le estuvieran llegando de golpe.
Todas las puñaladas por la espalda de aquellos que consideró sus amigos; todas la veces que lo subestimaron, diciéndole que jamás lograría todo lo que desearía; las veces que rompieron su corazón alegando que era él quien carecía de sentimientos; todas las veces que abusaron de su bondad, todos y cada uno de esos amargos recuerdos inundaron sus ojos y se desbordaron en forma de lágrimas.
Se abrazó a si mismo mientras se dejaba caer en su cama, enrollándose entre las cobijas, aún así sintiendo el frío penetrando en su alma, deseando por primera vez en mucho tiempo, ser abrazado con fuerza y sentir el soporte de alguien más junto a él.
Y entonces, en medio de su llanto, sintió un cosquilleo en su muñeca izquierda y una extraña sensación de calidez en su pecho.
Su llanto se cortó casi de forma instantánea y las lágrimas que aun quedaban en sus ojos fueron rápidamente limpiadas para poder mirar su muñeca, aquella donde se visualizaba un pequeño mensaje marcado con tinta azul.
"No estás solo"
El castaño abrió los ojos con gran sorpresa, una marca de alma gemela. Incrédulo buscó a tientas una pluma de tinta negra sobre su mesa de noche, sin despegar la vista de su muñeca, con temor de que aquella marca desapareciera apenas se diera la vuelta.
Dudó por unos segundos como contestar a eso, pero finalmente tragó saliva, calmando sus nervios y comenzó a escribir en su muñeca, justo debajo del mensaje azul.
"Lamento haberte molestado"
Escribió y ansioso espero una respuesta, esperando que la otra persona estuviera dispuesto a hablar con él, al menos solo esta vez, solo una vez, solo mientras se sentía tan roto y vulnerable, realmente necesitaba del apoyo de su alma gemela, si es que era verdad y su dolida mente no lo estaba alucinando.
"Lamento no haberme presentado antes... Soy Virgo"
Capricornio no pudo evitar sonreír con una sensación de completa calidez en su pecho, aquel era un nombre hermoso y aún sin haberlo visto, sabía que su alma gemela era hermoso en todo aspecto, lo sentía, ahora que su vinculo se revelaba, sentía como si cada célula de su cuerpo se volvía uno con aquel desconocido de tinta azul.
La mayoría de las almas gemelas revelaban su vinculo a los 16 años, sin embargo también eran extremadamente escasos aquellos que gozaban de un destinado, así que cuando Capricornio tuvo la edad y ninguna marca apareció en su cuerpo, no le sorprendió, realmente no había esperado nada, pero mentiría si dijera que no se había sentido decepcionado y abandonado.
"Yo soy Capricornio... ¿Cómo es que hasta ahora te siento?"
No quería sonar demasiado hostil o insistente, pero necesitaba saber que había pasado.
"Yo si te sentí desde hace mucho, pero también te sentí tan distante y tan seguro en tu soledad que preferí no irrumpir en tu calma"
El joven sintió su rostro arder, era cierto, en general era mejor estar solo para él, pero suponía que al sentir su quiebre, su alma gemela había decidido presentar.
"Lo lamento"
Era correcto disculparse ¿no? Aquello que le había transmitido a su alma gemela era básicamente un rechazo a su vinculo, pero le alegraba saber que aún así, cunado lo necesito, su alma gemela no dudo en presentarse con esa tinta azul.
“No te preocupes, lo entiendo, ser el mejor es difícil y solitario ¿verdad?”
Sus ojos comenzaron a lagrimar de nuevo ante la respuesta, sabiendo que Virgo lo entendía perfectamente, seguro de que su destinado se sentía tan solo como él, pero ya no tenía que ser así, su vinculo se había mostrado y su destino era estar juntos, ser uno.
“Lo es”
“Me alegra que al menos te tengo a ti”
Y su corazón latió con fuerza, inundando su ser de alegría. Tenía razón, ahora estaban juntos, no tenia porque volver a sentirse solo. Sin embargo un pequeño temor se instaló en su corazón.
Otros le había traicionado ¿qué le hacia creer que Virgo no lo haría igual?
“Creo que solo te queda confiar en mi, así como yo confío en ti”
Se sorprendió ante la respuesta, pero asumió que Virgo llevaba tiempo estudiándolo y entendiendo sus pensamientos y emociones, era reconfortante saber que su alma gemela se interesaba tanto por él.
Después de todo, de eso se trataba el amor ¿no? Le dabas todas las armas para lastimarte, confiando ciegamente en que no lo haría. Y realmente Capricornio quería volver a sentir eso, amar sin condiciones, arriesgarse a un todo o nada. Sonrió, sintiéndose pleno y más feliz de lo que se había sentido en mucho tiempo, Virgo valía arriesgarse y salir lastimado, lo sabía, pero también sabía que su destinado no lo lastimaría, por el contrario, le protegería y velaría por su bienestar, lo sabía y se iba a arriesgar por ello.
“Confío en ti”
Escribió, sabiendo que su alma gemela rebosaba de felicidad en ese momento en algún lugar del mundo, pensando en él y la vida que les esperaba ahora que su vinculo se mostró para unir sus destinos.
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𝓜𝓮𝓵𝓸𝓭𝓲𝓪𝓼 𝔃𝓸𝓭𝓲𝓪𝓬𝓪𝓵𝓮𝓼
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