Día 4. Historia de época

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Florista

Todos en Whitechapel estaban temerosos, en especial el sector de las mujeres de la noche. Era el año de 1888 y el lugar era el centro de la noticia, el asesino apodado "Jack el Destripador" comenzaba a mermar, aunque no como se esperaba, la actividad nocturna en las calles.

El doctor Hans Zoë era el encargado de realizar las autopsias a los cadáveres de las féminas que habían caído en las garras de ese desalmado ser. Con su 1.70 de estatura, su delgadez y sus rasgos estrambóticos, el doctor fácilmente podía ser confundido con una mujer, y no estarían equivocados. Era una mujer.

—Esta es la víctima número cinco, insisto que no es una persona cualquiera la que realiza estos asesinatos, ¿no lo crees, Abel?

—Los cortes son precisos, como ha dicho con anterioridad, es alguien que, si no es médico, tiene grandes conocimientos —Abel, su colega, sabía que Hans era mujer, y su nombre era Hange, pero debía guardar apariencias mientras estuvieran trabajando.

—También debe ser alguien con bastantes influencias, por ahí se corren rumores de que podría ser incluso un pariente cercano a la reina, va a ser difícil dar con él. Pobre mujer, descansa en paz —Hans cubrió el cadáver con una sábana blanca.

Al día siguiente, una vez finalizada la autopsia, tocaron a su puerta muy temprano. Ante ella apareció un hombre de cabellos rubios, alto, quizá llegando a los 1.90m y bien parecido, con unos penetrantes ojos azules. Un caballero apuesto. Hange olvidó por un momento que debía actuar como hombre, quedó prendada de ese sujeto.

—¿Diga?

—Buen día, doctor Hans. ¿Será que puede atenderme? —habló con voz ronca.

—Por supuesto, adelante.

Cuando entraron se presentaron formalmente, el hombre dijo llamarse Erwin Smith y que estaba ahí como investigador en el caso, que tenía ya varios meses estudiando los sucesos, pero necesitaba más pruebas para poder llegar a una conclusión. Hange se preguntó por qué estaba él ahí diciéndole todo eso a ella.

Estuvieron conversando toda la mañana. Hange no daba crédito a lo que veía y escuchaba. Ese hombre daba indicios sutiles e información valiosa sobre los asesinatos, ¿lo hacía consciente o inconscientemente? El hombre se miraba sano, no parecía tener desordenes de ningún tipo, pero aun así se le hacía sumamente sospechoso.

—¿La policía sabe sobre su colaboración? —preguntó, curiosa.

—No, no lo saben, estoy haciéndolo bajo mi propio riesgo, por lo tanto, le ruego sea prudente con toda esta conversación —después bebió de su taza de té—. Le estaría muy agradecido si decide colaborar conmigo, de la policía podemos encargarnos después, al parecer, no son tan brillantes —sonrió, confiado.

Cada minuto que transcurría se hacía más sospechoso para Hange. Momentos más tarde, se atrevió a llevar a Smith a la morgue. En cuanto entraron, notó que el hombre no arrugó el gesto, como solían hacer las personas ajenas a esa profesión y frente a un cadáver maloliente. Al descubrir a la mujer bajo la sábana, el semblante de Smith cambió. De permanecer tranquilo y sereno, a adquirir un gesto de desprecio y desagrado, sabiéndolo disimular muy bien.

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—Le agradezco su colaboración, doctor Hans, discreción, por favor. Nos veremos en el siguiente caso. Que pase buen día —Smith levantó un poco su sombrero y se retiró.

Hange se quedó pensando durante mucho rato, hasta que platicó con Abel sobre la visita de ese hombre misterioso.

—¿Crees que se trate de él? Es muy pronto para llegar a esa conclusión, ¿no lo crees? —una vez terminada la jornada, se hablaban con familiaridad.

HangeAUWeek 2019 TumblrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora