Es la primera vez que lloro delante de ti desde que decidiste irte y rechazaste la oferta de volver. De volver de verdad, no este vaivén de a medias que en realidad es un nada disfrazado de a veces. No he querido que me vieses, en realidad llevaba rato conteniendo todo dentro, parpadeando quinientas mil veces al segundo para que ni una sola puta lágrima abandonase mis ojos. He evitado mirarte, lógicamente, hasta que la conversación ha llegado a un punto donde mi impaciencia y poco control sobre mis palabras ha hecho que estalle y conteste, y entonces lo has dicho "pero es que me da igual".
"Me da igual", como contestación a algo que venía a decir que estoy sola, me siento sola, me han dejado sola. Me da igual, me da igual, me da igual. Juro que ha retumbado en mi cráneo unas cuantas veces, supongo que estaba demasiado ocupada intentando asimilar que eras tú quien lo había dicho y he descuidado el plan de mantener a raya el agua en las pupilas. Y ha sido caos. Y como buena subnormal me he alejado quince metros porque a ver, que sepas que lloro bien pero en tu cara no, como si eso cambiase algo, como si a estas alturas del drama importase siquiera un poco.
He vuelto, que es quizá aún más triste, tanto que ya llegó el punto que me ha dado igual que se me rompiese la voz y lo escuchases, porque necesitaba ver que te daba igual, que me tenías enfrente totalmente rota y para ti no significaba nada. Masoquista me llaman, yo prefiero necesidad de realidad. De dejar de idealizar una situación que en verdad prende de medio hilo porque uno es decir demasiado. Necesidad de la hostia inminente para aprender que ahora la única saliva que importa es la mía, para lamerme las heridas y curarme yo solita.
Así que sí, hoy ha sido la primera vez que me has visto llorar desde que ya no estás, la primera que no has movido un dedo para evitarlo, gracioso teniendo en cuenta que en la última que recuerdo resonaba "no puedo verte así, no me voy a ir si estás así".
Hoy ha sido la primera, y ojalá pudiese prometer que será la última. Ojalá no me diese pánico a partes iguales que lo sea y que se repita.
Ojalá.
ESTÁS LEYENDO
Gritar desde dentro
RandomSupongo que a veces la mejor manera de hablar es no haciéndolo