Cap 2: Humillación

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Segundo capítulo:
Humillación.

          Cuando llegue al liceo todos estaban afuera, no habían entrado y eso que ya iban seis minutos de que sonó el timbre ¿y ahora qué? Pensé. Pase entre el gentío y cuando estoy por entrar me halan del brazo.

-¿A dónde vas?-dice Tricia, la que se da de popular y dueña de mis temores, lo segundo si es verdad.

-como es novia de Rivera cree que puede pasar desapercibida-dice Lisa, la mejor amiga de Tricia, como será esa amistad.

-no somos novios-digo lo más bajo posible.

-¡ha no! Entonces eres la puta barata de Rivera-salió más cara la cura que la enfermedad, bajo la cabeza humillada.

-eres una puta, siempre lo hemos sabido pero coño… no nos podíamos quedar calladas y dejarte pasar como la nerd inocente-mis impulsos son más fuertes, alzo mi mano y le pego una cachetada. Me quedo congelada por lo que hice y Lisa se toca donde le pegue mirándome con odio-¡esta me las pagaras!- alza la mano para pegarme, me agacho y la empujo.

Alguien por atrás me templa los cabellos y me tira al piso y un montón de patadas se estrellan con mi cuerpo. En el estomago, la espalda, la cabeza todo... me hago ovillo y me cubro la cabeza, grito pidiendo que paren, lo hacen pero un liquido caliente sustituye las patadas, trato de abrir los ojos y veo a los populares orinarme. 

Con mucho dolor agarro mis cosas para irme.

-tú no te vas, te quedas aquí en clase para que huelan lo hedionda que estas-me dice Juan. Con la peor humillación de mi vida camino hacia dentro, los alumnos que si habían entrado se me quedaban mirando preocupados. Fui directo al baño y me mire en el espejo.

Me limpio las lagrimas y al hacerlo sentí mas asco porque me pase la mano llena de orines por la cara, abro el grifo y con el agua me enjuago las manos y los brazos y por último la cara. Espero sentada dentro de un cubículo del baño a que todos estén dentro de los salones. 

Salgo para ya irme y antes de llegar a la salida del liceo veo a uno de los populares haciendo guardia en la entrada, este se volteo y me sonrió.

Me devolví por el camino que vine y me desvié hacia la ruta que da a la zona restringida donde hay pupitres dañados, mesas, muchas cosas abandonadas, allí me acosté y me quede dormida, nadie me molestaría ni mucho menos me encontrarían.

Desperté confundida por un toque suave por mi cara, Rivera estaba al lado mí viéndome dormir.

-¿Cómo me encontraste?

-sueles venir aquí cuando te quieres esconder ¿Qué paso?

-no quiero hablar de eso.

-soy tú amigo.

-¡no lo eres! Seguro te estás acercando a mí para luego humillarme delante de todos y te aviso, no lo vas a lograr porque ¡me voy de este cochino pueblo!

-¿Cómo? ¿Cómo que te vas? ¿Cuándo te irás?

-no lo sé, pero yo no vuelvo mas a este liceo-aquí la dignidad no importaba, hace mucho me vienen haciendo bullying y no aguanto más y me pongo a llorar.

-no puedes irte.

-¿me vas a pegar para que no me vaya?

-¡nunca haría eso! Yo te quiero-lo empujo con todas mis fuerzas y no logro tumbarlo, entonces lo señalo.

-¡no trates de engañarme! ¡No te creo nada!

Eso fue lo último que le dije y me fui corriendo. Al llegar a mi casa mi mama no estaba y lo agradecí en el alma, no quería que me viera así. Me bañe y me eche mucho jabón y champú para quitarme el olor a orina, cuando salí del baño parecía una pasa por lo arrugada que estaba. 

Amor Cruzado #ikigai2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora