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POV. Michael Smith.

—¿Dónde has estado?—pregunté al notar a mi gato entrar con lentitud a la habitación.

Este me miro y en respuesta ronroneo ignorando mi presencia rápidamente.

—¡Oye! Deja ignorarme— le reprocho con indignación.

Suspiré con cansancio.

—Sabes... Conocí a un chico— el felino giró observando mi rostro— realmente extraño. Te caería bien ya que tú siempre pareces burlarte de mi— el gato giró sus ojos— ¡No me vires los ojos, Aaron!

Dios, estoy loca— pensé intentando descansar.

Tienes suerte— sonrió— ahora que recuerdo somos vecinos.

¿Me lo dices enserio?— sus ojos color miel resaltaban con la luz de la Luna.

¡Claro! Tampoco debo de caminar tanto, pues doblando después de ti se encuentra mi casa— mi corazón se aceleró y aquello comenzaba a aterrarme.

—Me estoy adentrando en un terreno peligroso, pequeña bola de pelos— sentí su lengua en mi mejilla antes de acurrucarse sobre mi pecho.

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POV. Matt Brown.

—¡No puedo creer que estés llamando a esta hora!— exclamó con irritación mi mejor amigo Zac.

Rodé los ojos— Necesito hablar contigo, idiota.

—¿A esta hora?— se sorprende por mi repentina llamada— ¿No puedes ser una persona normal y llamar de día?

—No, gracias— respondí con simpleza.

—¿Qué sucede, hermano?

-¿Tienes el día libre mañana?- pregunté con curiosidad.

—Estas de suerte— sentí como sonrió del otro lado de la linea— Espero te encuentres despierto porque iré en unas horas.

—Gracias, Zac— agradecí antes de colgar.

Quería volver a verte ¿¡Ok!? Me has intrigado, no eres como los demás.

También quería volver a verte, Michael.

Cerré mis ojos con cansancio, y aquella noche podría jurar haber encontrado su rostro en mis sueños.

Joder...

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