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Suspiro observando a mi alrededor en busca de Marcos, sabía que estaría por aquí.

Quizás lo estuviera siguiendo para ver hacia donde se dirigía.

Fruncí mi ceño cuando lo observé entrar hacía el bar aunque de día era un restaurante para quienes quisieran estar pasando el rato, luego a la noche se transformaba en un bar.

-Al fin-susurro al divisarlo al fondo del lugar.

¿Por qué se aleja de las personas?

-¿Vienes a golpearme?- ríe con cinismo al elevar su mirada.

Ganas no me sobran...

-No- respondo- Quiero que hablemos de forma civilizada en lo posible- respondí tomando asiento.

-Pedir permiso no vendría nada mal- comenta- ¿De qué quieres hablar?

-Quiero que dejes tranquila a Michael- pido con seriedad.

-¿No tendría que ser ella quién viniera?- rueda sus ojos.

Niego.

Ella no sabía que estaba aquí, y esperaba no lo supiera sino patearía mi trasero.

-Si alguien te rechaza o ignora lo que tú haces, debes de dejar de insistir, a veces las cosas no funcionan y no es por mala suerte sino que no es para nosotros- aseguro ignorando su pregunta.

-Quizás es porque de pequeño creí que podría tener todo lo que quisiera.

Maldito mono.

-¿Te estás excusando?- pregunto incrédulo.

-¡Se está excusando!- le grito a una anciana que caminaba cerca de nuestra mesa provocando que se sobresaltara con pánico.

-Lo lamento, señora- se disculpa Marcos en mi lugar con vergüenza.

-Quiero que la dejes ser feliz ¿Podrías ser inteligente y procesar mis palabras?

-¿Qué gano si lo hago?- posa su mano sobre su mejilla.

-¿¡Qué quieres ganar, idiota! ?

-No lo sé- sonríe con perversidad- Dímelo tú.

-¿Qué?

¿¡Me está coqueteando!?

Eleva una ceja para luego lanzar un beso hacia mi dirección.

¡Me está coqueteando!

Trago saliva parpadeando con sorpresa.

-Espero que no sea nada hacia mi inocente persona.

-Podría hacerte creer lo contrario- ronronea.

¿Qué le sucede a este sujeto?

-¡Marcos!- lo reprendo- ¿Podrías tomar enserio mis palabras?

-Podría tomar enserio otras cosas- responde.

-No me interesas- ruedo mis ojos.

-Lo sé- suspira.

-¿Qué es lo que sabes?- pregunto con confusión.

-No volveré a molestar a tu chica- suspira- lo prometo.

-Esperemos que así sea, no quiero golpearte.

-Podrías golpear otra parte de mi cuerpo- eleva sus cejas.

Frunzo mi ceño- Me das miedo.

Ríe sin parar.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•

-¿Sabes?- murmuro acariciando su cabello, al llegar a mi casa me encontré con Michael acostada sobre el sofá en una extraña posición para luego recostarse sobre mis piernas.

-Dime- sonríe.

-Jamás he tenido una familia- abre sus ojos mirando mi rostro con confusión- Mi familia nunca me ha aceptado, me odiaban incluso sin saber por qué, era muy pequeño para comprender sus actitudes contra mi. Detestaban a mi padre y a causa de ello cuando nací me odiaron también a mi. Estuve tanto tiempo preguntándome porque nadie quería estar cerca de mi; porque mi propia familia me alejaba como si fuera una maldita plaga.

-Creía que era mi culpa- río con ironía- un niño pequeño culpándose por estupideces de personas que jamás valdrán la pena. Supongo que nadie elige a su familia, incluso que vida quiere vivir.
Las personas que estuvieron a mi lado fueron mis padres. Bueno... quien ha luchado contra la marea por mi fue mi madre.

-Oh cariño, era una mujer tan increíble, podría luchar contra el mismísimo lucifer con tal de salvar a sus hijos. Estuvo para mi incluso cuando mi propio padre jamás hacía nada por mi.
Ella me enseñó a que jamás debo darme por vencido, no sin antes luchar y lograr mis objetivos, me enseñó que nada es imposible y que mientras uno siga de pie todo es posible y... ¿Sabes qué más le agradezco?

-¿Qué?- murmura observándome con admiración.

-Me enseñó a amar y jamás arrepentirme de mis sentimientos. Mi vida era tan decepcionante, creía que jamás podría encontrar a alguien quien me salvara de mi mismo. Pero llegaste tú, tan extraña y salvaje que le diste un giro sorprendente a mi vida y sin duda alguna mis días volvieron a ser de color.

-Matt.

-Gracias a ti realmente soy feliz, cariño. Gracias a ti las esperanzas volvieron a nacer y el mundo ya no es tan desagradable, nada lo es si te tengo a mi lado.

-Te quiero, chica irritante- besé sus labios con suavidad.

-También te quiero, chico extraño.

AtrápameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora