하나 - Ice Cream🍨

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Guardería

-M-me gust-

Ladeó la cabeza de un lado a otro tiernamente:-L-Lo siento.

-P-pero me gust--Dije yo con los ojos cristalizados.

Este me ignoró completamente. De encogió de hombros para restarle importancia al asunto y se marchó para seguir jugando. Sentí una cascada bajando por mi mejilla. Normal, era pequeña.

Segundo grado de Primaria

-Oppa, verás t-tu me gust- -Confesé mientras le extendía una carta entre mis manos, la cual había escrito el día anterior.

-Lo siento.

Lo miré con tristeza mientras dejaba caer mis brazos.-Tu-

-Realmente lo siento.-Se disculpó, dejándome atrás. De nuevo, sin dejarme terminar.

Sexto Grado de Primaria

-Oppa... Me gust-

-¡Ah! Lo siento Hana!

-Me gust-! -Insistí tratando de acabar mi confesión.

-Me gusta otra.-Dijo rascándose la cabeza con su mano antes de salir corriendo hacia donde estaban sus amigos.

Primer año de instituto

-¡Hyo! ¡Hoy me confesaré! ¡Esta será la definitiva!

-Suerte.-Me animó dándome palmaditas en la espalda mientras dejaba escapar un suspiro.

-¿Otra vez?-Preguntó el chico. Yo asentí sonriente.

Me dirigí hacia la parte trasera del colegio, donde me encontraría con el chico que me gusta. No era un chico muy guapo, se podría decir que normalito pero lo importante es lo de dentro ¿Verdad?

-¡Oh! -Exclamé al verle.

-...-Este se quedó callado.

-Em... M-me gust-

-A mi no.-Se dió la media vuelta y se marchó. Nuevamente dejándome con las palabras en la boca.

¡La madre que le parió! ¡Que borde! Otro que no me dejaba terminar mi dichosa confesión. ¿De verdad me gustaba este? ¡Ni físico, ni personalidad! Inspira, expira. Inspira y expira Hana. La penúltima vez que me gusta alguien o me confieso.

Cuarto año de Instituto

-Oppa! Yo...!

-Lo siento!

-¿Eh? Espera Oppa, Me gust-!

-Lo siento! Realmente lo siento!

-P-pero...! Me gust-

-Lo siento! ¡Imposible! ¡Adiós -Exclamó este antes de echarse a correr.

¿Porqué me pasará esto siempre a mi? Ni siquiera me dejó terminar de hablar o sea, ¿hola? Definitivamente, esta es la ultima vez. No se que clase de maldición tendré pero ya me cansé. ¡No me enamoraré!
Viviré sola con cuatro perros, dos gatos y un loro en una gran mansión. Ese será mi sueño. Mi objetivo en la vida.

Suspiré. Eran las cinco de la tarde y me encontraba en el cruce donde pasa el tren. Miré a mi alrededor y ahí la pude ver, mi querida tienda consoladora. Caminé hacia ella y me dispuse a comprarme un helado. Lo hice casi por rutina. Es mi gran amigo, en el cual ahogo mis penas. Dicen que son perfecto para los rechazos o días tristes y lo puedo confirmar, definitivamente funciona.

Entré a la tienda. Al principio no me decidí que comprar hasta que vi que habían sacado un nuevo sabor. Sin dudarlo lo agarré y me acerqué al mostrador dispuesta a pagar por ello.

-Serán 1,50€ -Dijo amargado el cajero bostezando. Abrió tanto la boca que pensé que se le iba a salir algún órgano por ella. Se le veía hasta el más mínimo detalle. Ugh. No está siendo un buen día.

Empecé a rebuscar en la mochila del instituto. Se me había olvidado el monedero. -U-un momento...-Supliqué mientras me ponía algo nerviosa.

Quería ese helado.

Estuve apunto de girar la
mochila para tirar todas mis pertenencias al suelo, por si mágicamente aparecía mi querido monodero de conejito, pero una mano me sorprendió. A mi lado un chico de alta estatura, al parecer unos años mayor que yo estaba pagando por mi helado ahoga penas.

Levanté mi cabeza para verlo mejor, empezando por sus manos blanquecinas las cuales se podrían apreciar sus venas. Pasando por su brazo hasta llegar a su rostro. Era lindo. ¿Podría ser modelo? Tenía la mandíbula marcada y un lunar justo debajo de su labio que me llamó la atención. Sin poder evitarlo me perdí en su rostro mientras lo veía con cara de embobada. Cuando me di cuenta se giró y empezó andar hacia la puerta de la pequeña tienda.

-G-gracias! -Grité para que pudiera oírme, puesto que estaba unos metros lejos de mi.

El joven me hizo un gesto con la mano. Por iniciativa corrí hacia él, sin dejarme mi preciado tesoro.

-¡Espera! Eh...-Me puse algo nerviosa.-Gracias por eso, has sido muy amable.-Este se giro tímidamente y clavó sus ojos en mi algo confundido.-¿Tu nombre?

-Jeon Jungkook.-Respondió sin pensárselo dos veces.

-Lee Hana-sonreí-Espera, ese uniforme... ¿Vas al mismo colegio que yo? ¡Daebak! Sin embargo no te he visto en clase... ¿A que año y clase vas? -Pregunté, energética y sin vergüenza alguna, como si lo conociera de toda la vida y le estuviera preguntando que quería de cenar.

-¿Esto es un interrogatorio?-Arrugó la nariz mientras dejaba escapar una pequeña risa sarcástica. Por mi parte sonreí incomoda, tal vez me había pasado un poco de energías.-El helado, se derrite.-Pronunció señalandolo con un leve movimiento de cabeza.

-¡Ah, no, se muere!-Exclamé con preocupación en mi rostro, mientras quitaba el envoltorio de mi tesoro. Escuché una pequeña risa de su parte que hizo sonrojarme levemente. Me hacía parecer torpe.

Aseguré que mi pequeño ahoga penas, sabor exclusivo, no estuviera dejándome para irse a la tierra de helados caídos. Entonces me di cuenta de que ya no estaba. Se había ido sin pronunciar ni una palabra. Aunque bueno, es comprensible. ¿Quien no se alejaría de alguien dispuesta a interrogarle y que además, dice que se le muere el helado?

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Daebak = expresión "impresionante" o parecido.

Iré editando los capítulos un poco, aconsejo que os lo reeleais si no os da mucha pereza. ❤️

Pregunta: ¿Cuál es tu helado favorito?










¡Me Gustas! // JjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora