Prólogo

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Me parece tan genial la manera de poder expresar como te sientes sin palabras que admiro con mucha ilusión este grandioso arte. Creo que desde que nací me inundó esa gran sensación de poder formar parte de ese arte llamado danza. Por eso cuando tan solo tenía cinco años decidí insistir a mi madre para que me apuntase a esa academia tan conocida, aquella que siempre salía en la tele y que yo admiraba desde que tenía uso de razón. Tuve suerte, porque esa academia estaba situada a no más de quince o veinte minutos de mi casa,...  Si, conseguí convencer a mi familia para ir, pero lo que no me esperaba esque a los dos meses...

~Bueno hija no te preocupes, siempre has sentido una gran ilusión por la danza, te podemos apuntar a otra academia - la interrumpe de golpe la niña.

~¡Mamá te dije ya una y mil veces en el coche que jamás me volverás a apuntar a ninguna academia de baile más! No sabes muy bien lo mal que lo pasé allí, enseñan mal, y las niñas se ríen de mí, me hacen ver que bailo peor de lo que me esperaba, y siento aún menos confianza en mí misma gracias a ellas. No volveré a bailar nunca más en mi vida, no quiero ser como ellas, si bailar significa convertirse en gente como esas chicas, creo que entonces jamás volveré a bailar en mi vida - dijo rompiendo a llorar con lágrimas en los ojos.

*Dicho esto sube a su cuarto y tira las zapatillas de ballet al suelo y le pega una patada dejándolas bajo la cama, coge su pareito de tutú y lo tira a la basura y se rompe las medias que tenía puestas para tirarlas al suelo. Después se tira de golpe a la cama con solamente el body puesto.*

~Jamás volveré a bailar, nunca..., jamás... -llora desconsoladamente con la cara en la almohada.

Mi historia de baile Donde viven las historias. Descúbrelo ahora