No sé muy bien por dónde comenzar exactamente, pero supongo que todo esto empezó cuando mi madre, llamada Silvia, de ojos marrones con piel ni pálida ni morena, decide apuntarme a mí, que me llamo Cristal, una chica con ojos oscuros y piel morena que no suele destacar, de unos cinco años a una escuela de baile, claro que cuando me consigue apuntar ya tengo siete años; a una academia de baile, aunque no todo sale como esperaba. Todo comenzó cuando Silvia, mi madre veía que todas las madres tenían apuntadas a sus hijas a extraescolares y pensó que no me vendría nada mal tener algo con lo que distraerme ya que me pasaba todo el día encerrada en mi casa, y también llevaba ya una temporada con la idea del baile metida en la cabeza, así que entre la idea de mi madre y mi continuo intento de convencerla, surgió. Habló con una amiga suya y le recomendó que porqué no me apuntaba a clases de baile, cosa que agradecí, porque mi madre más bien tenía en mente clases particulares de las asignaturas que tenía en el colegio o simplemente clases de algún idioma como inglés o francés, ni siquiera se le pasó por la cabeza algo como el baile. Pero en este momento por una vez pienso que no se debió de plantear la idea de apuntarme a baile, de hecho le hubiese agradecido tras lo ocurrido.
Sin embargo, pensó que, si me apuntaba a inglés o cualquier otra cosa parecida, eso sería mucho más aburrido que las clases de baile. Como todavía no se conseguía decidir, y ya habían pasado dos años sin conseguir saber en que apuntarme, sí como estáis leyendo, se llevó pensando dos años, entonces decidió hablar conmigo y preguntarme que prefería, claro estaba que yo era todavía demasiado inocente para poder saber qué me hubiese venido mejor.~Mi niña, ¿te gustaría que te apuntara a alguna clase extraescolar? Puede ser de lo que quieras - me preguntó indecisa.
~Que tal de inglés, mi amiga Julia está apuntada, y saca casi siempre unas notas insuperables - dije yo ilusionada, pero pensando solo en mi futuro y no en la diversión.
~Tenía en mente eso, pero también se me ocurrió apuntarte en clases de baile.
~Genial me encanta, pero a que clase; break-dance, hip-hop, flamenco, danza española, salsa, bachata... -dije mientras se me notaba la emoción a través de los ojos.
Todo era color de rosas, hasta que me quité del baile, ¿para que estar en un sitio donde no estás a gusto y se meten contigo?
Pasó el tiempo y ya tenía doce años, mis malos pensamientos ya no eran tan frecuentes, pensé en que sólo había sido una mala experiencia del pasado, al principio cuando veía en la tele actuaciones de baile me entraban escalofríos por el cuerpo, incluso una vez me entró hasta fiebre, por culpa de los malditos recuerdos... , lo bueno es que ya lo había podido aceptar y ya no me sucedía nada cuando veía el baile.
Terminé mi etapa de primaria en el colegio y pasé a mi siguiente etapa, la más dura aunque deseando de vivirla, el instituto, allí no conocía a nadie, pero tampoco es que fuese tan diferente al colegio, casi nadie me hablaba, la mayoría de las niñas de mi clase habían sido de la desastrosa academia a la que me apunté.
Entonces llegó el primer día de clases...
Nos hicieron pasar a todos los de Primero de la E.S.O. a una gran sala (llamada sum) en la que la que una mujer dijo algunas palabras.~Hola muy buenas a todos, soy la directora de este centro, siempre me alegro de ver caras nuevas todos los años, esta será una etapa un poco difícil quizás para algunos de vosotros, ya que la mayoría se conocerán, pero hay algunos que desconocen totalmente a las personas por las que están rodeados en este instante - dijo una chica muy alegre que tendría unos treinta años.
Cuando terminó la típica charla que nos dieron sobre todo llena de ánimos para poder aceptar este nuevo ambiente, miré la lista que había en la entrada. Allí podría ver en que clase me había tocado, me había tocado en 1°B, escuché decir a una chica de al lado mía que era una de las clases con más nivel, y por un momento me sentí orgullosa. No me molesté en mirar los demás nombres ya que, total no serviría de nada mirar nombres si no conozco a nadie. Y vi que al lado de la clase ponía algo, una hora. Estaba claro, era la hora a la que nos iban a llamar clase por clase para presentarnos a nuestro tutor/a y a los profesores que nos tocarían y después nos darían el horario. Como todavía quedaba una hora para que llamaran a mi clase decidí sentarme en las escaleras de la puerta que había en la puerta de la entrada del instituto. Y entonces llegaron unas cuantas chicas hablando. De repente aparté la mirada de mi móvil y vi que se me quedaban mirando, su mirada parecía un escáner, entonces se giraron y empezaron a hablar y a reírse todas, todas salvo una chica, se le veía un poco apartada, y cuando pasó un rato vi que se me acercaba.
~Hola soy Gloria, te ves un poco sola.
~Sí, ¿lo has deducido con tu pandilla?
~No, es que ellas se ponen a criticar a todo el mundo, pero a mi eso de ir mirando a las personas y fijarte en cada detalle fallido para hundirla, esque no me va nada. Y te vi aquí sola y decidí acercarme, me parecías maja.
~Ah... esto... pues gracias, ups, perdón no te dije mi nombre, soy Cristal.
~Pues encantada de conocerte Cristal, creo que nos llevaremos bien.
~¿Y eso como lo sabes...?
~No sé, un presentimiento - y se comenzó a reír.
Después de esto las dos entramos juntas a las clase que nos correspondían y menos mal, las mesas eran de dos en dos, obviamente como sabréis, nos pusimos juntas. La verdad es que si no hubiese conocido a Gloria antes de entrar lo habría pasado un poco mal al estar sentada al lado de una persona que no conociese, o directamente al sentarme quizás sola...
Se me hizo bastante corto el tiempo, supongo que sería porque solo estuvimos dos horas y media aproximadamente, el tiempo justo para que los profesores de cada asignatuta se presentaran y la tutora, nos pusiera el horario en la pizarra. Después de esto salimos, me despedí de Gloria y me fui corriendo a la entrada ya que mi madre me había venido a recoger en coche para llevarme a casa.~Qué tal, ¿todo bien? - dijo algo preocupada mi madre.
~Sí, de hecho ya me llevo bien con una chica, se llama Gloria y ha estado todo el día conmigo. Se ve que es una gran persona, sin conocerme se acercó a hablarme - dije algo emocionada al recordar el momento.
~Me alegro mucho hija, no esperaba menos de ti - y me dio un abrazo.
~Mamá ya no tengo cinco años, dentro de nada en marzo cumpliré ya los trece.
~Ya lo sé, pero siempre serás mi niña pequeña de siempre.
*Dicho esto subí a mi cuarto para pasar a limpio el horario. Luego bajé a almorzar cuando mi madre me avisó de que ya estaba lista la comida, justo bajé al salón y mi padre entró del trabajo, nos sentamos todos en la mesa de la cocina para comer y mientras comía tuve que aguantar el típico interrogatorio de mi padre, haciéndome preguntas del instituto, como había hecho mi madre mientras venía de camino a casa.
Después de pasarlo un poco mal, ya que soy muy reservada con las cosas que me ocurren, decido echarme una siesta, cuando me doy cuenta al despertarme ya es casi de noche y mi madre me llama para cenar, después de cenar meto algunos cuadernos en la mochila y me voy a dormir a las diez y media u once ya que me tenía que levantar temprano a las siete y media para comenzar mi primer día de instituto, tenía que coger un autobús o andar veinte minutos hasta el instituto así que decidí ir andando, ya que tenía tiempo de sobra pues las clases empezaban a las ocho y cuarto, para quitar la tensión típica que me entra, mientras andaba me relajé escuchando música. La música siempre formó parte de mí, si no tengo música es como si una parte de mi persona muriese.*
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Mi historia de baile
Roman pour AdolescentsToda la historia es pura fantasía, inventada. Trata sobre una chica que ama el baile, pero por diversas causas decide separarse de la danza. Tras pasar varios años e ir creciendo, decide volver al mundo del baile, con ayuda de su nueva compañera de...