"No cure."
Hange estaba lista para irse a la zona de cuarentena. Había dejado sus investigaciones a su equipo, aunque ella iba a seguir ayudándoles en todo vía internet. Aún no podía creer que ella, de todas las personas iba a terminar infectada.
Nadie sabía cómo había nacido el virus, pero ¿a caso alguna vez se sabía? Este había aparecido en hemisferio sur, aparentemente por culpa de haber ingerido un tipo de pescado contaminado, las bacterias mutaron y dieron paso a este virus, el NKS-1, que en menos de seis meses había infectado al 25% de la población mundial. Eso había desatado una guerra por una cura, por recursos para para elaborarla y en 5 años ya un 60% de las personas estaban infectadas y no había aumentado a más gracias a que empezaron a alejar a las personas infectadas de las que no lo estaban.
Los síntomas eran parecido a los de una gripe: estornudos, escurrimiento nasal y dolor en el cuerpo. La única diferencia entre un gripe y el virus eran las manchas rojas empezaban a salir en el cuerpo, que parecían pequeñas pecas hasta aumentar su tamaño y terminar por cubrir el cuerpo por completo. Era un virus silencioso, indoloro, pero mortal. Después de las primeras manchas, muchas personas no sobrevivían los 6 meses, otras tenían suerte y podrían llegar a un año.
Hange era la investigadora principal para encontrar una cura y por un descuido lo había adquirido. Ahora era un peligro para las personas a su alrededor.
“Puedo cuidarte.” Volvía a repetir Levi. “Te puedes quedar en el centro sin necesidad de irte.”
Hange suspiró. “Los dos sabemos es peligroso, ya están en suficiente riesgo con las personas afectadas ahí, como para que yo vaya y arruine todo.”
“Te necesitamos cuatro ojos y lo sabes.”
“Por eso seguiré ayudando el tiempo que me queda.”
“Hablas como si te fueras a morir.”
“Me voy a morir, no sé cuándo, pero lo haré. A menos que en los siguientes 6 meses se encuentre una cura, sabes no voy a vivir más de eso.”
Levi intentó alegar, pero ella se lo impidió. Ya era bastante doloroso dejar a su mejor amigo como para que este siguiera insistiendo se quedara.
Partió la mañana siguiente.
La zona de cuarentena no era tan mala, era una cuidad amurallada de la cuál nadie podía salir, a menos tuviera permiso y este generalmente era para ser conejillo de indias de los científicos trabajaban en buscar una cura. Podías salir, ir al súper, al parque, incluso había una escuela para que fueran los niños. Todos sabían eventualmente iban a morir, pero sacaban provecho de las pequeñas cosas de la vida.
Le dijeron alguien la estaría esperando cuando llegara y que esa persona la llevaría a su nuevo hogar y lugar de trabajo. Ahí le habían construido un laboratorio pequeño con todo lo necesario para seguir su investigación y cada semana iría un auto para llevar sus resultados al centro de investigación principal y también para dejarle herramientas.
Cuando las puertas se abrieron para que ella entrara, esa persona le dijeron ya la esperaba con una sonrisa. Erwin la abrazo con fuerza. Hange aprovecho el traía una camiseta para evaluar la manchas en los brazos de su amigo.
“Si tengo suerte, voy a vivir cerca de 5 meses más.” Le dijo él.
“Lamento no haber podido salvarte.”
“¿De qué hablas? Aún no me muero, aparte soy tu nuevo asistente y no te voy a dejar holgazanear hasta que encuentres la cura y podamos ir a ese bar solíamos ir cuando estábamos en la universidad.”
“A Levi le va a gustar esa idea.”
Erwin le sonrió, le paso un abrazo por los hombros y empezaron a avanzar a la cuidad, su nuevo hogar.
Su última esperanza de poder salvarlos a todos.
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Hange AU week 2019
FanfictionEsta es una recopilación de 7 one shots (algunos nos más drabble que one shot) hechos para la Hangeweek que tuvo lugar en Tumblr en días pasados.