𝐏𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐥𝐢𝐫𝐢𝐨

Caos Sentimental

El caminar dentro de los labios
El sentir después de ser asesinado
El mirar lo que se ha acabado
El gozar de lo precario
El sonreír, al no ver, que tu piel se carcome por el estrés...

Mirando al espacio, suspirando al estadio
Me detengo antes de reír y me figo en tu cuerpo
Suspiro y me detengo, ya que el ver, se convierte
En verbos incandescentes, mientras atentas con certeza y me vuelas la cabeza.

Veo dentro de tus ojos, un pequeño arrebol, el cual condensa un calor efímero y me lleva al fondo de una serendipia de expresiones casi inaudibles, mientras tú solsticio se queda quieto y etéreo, para que yo lo tome con claridad y audiencia del malestar, pues somos y seremos. Serenos como idiotas elocuentes.

Si, puedes tener amor, no es lo mismo que:
Si puedes tener, amor. Ya que los enunciados son clasificados y entendidos por cómo están escritos, y escribir no es lo mismo que sentir. Aunque son congruentes no son iguales, se podría decir que hasta lejanas estrellas fugaces, puedan consolar la limerencia de mis actos inocuos.

El fervor de un beso religioso, siempre me lleva al final de ese aljibe, pues el prever de conocer se desconoce al tan remoto tiempo y año, en donde tu y el extraño, contrajeron por primera vez el acto de engaño en presencia del afectado más marchitado, que con un dolor sensato, se colgó de la rama de un árbol.

El seco carmín del árbol y el tronco arrebolado se mantienen con distancia abstracta y sutil, dentro del mismo radio de acción en donde tu y el traidor, engendraron el don del señor. Sucedió con placer y un melifluo que paralizó el más extremo raíz del mundo cuadrado expresado en vibraciones coléricas, que llevaban a un conjunto de sentimientos atrofiados por el engaño de amar sin locura, pero con poca amargura...