Libre albedrío

20 6 0
                                    

Son las palabras de calma sin periodos, las que claman al mundo el perecer, pues el ver y comer, son distintos al placer del sentir y el omitir los pocos lapsus donde yo te amé y pequé con fluidez, después de reciclar y aclamar el guión final del umbral y el sentir del inhibir, después de reencontrar una solapa en la luz de tu alma, la cual conduce el silencio del ritmo ateo.

Cómo suenan los pecados del silencio, mientras yo sonrió en el último momento y tiro con prisa el sentimiento, después de sentir un enorme remordimiento, en donde tu pecas con limerencia, mientras miramos esa herencia, que dejó tu consciencia y gritamos al tiempo etéreo, que se convierta en algo corpóreo, para salir de este sueño pétreo.

Son torpes las mariposas que intentan revolotear en tu cuerpo, ya que tú eres un templo de hielo que siente pero a la vez asesina como si fuera bueno.

Es que los colapsos de los intentos, de los abismos que cubren mi piel, se metían con ferocidad dentro de mi ser...

Las rimas son muchas y el tiempo es oro ya que te digo que realmente no me gustan tus tonos, sos y serás un montón de basura dentro de un gran museo.

A veces no entiendo lo que siento y ni siquiera pretendo llamar silencio al eco que ataca mis palabras, mientras yo fumo el colectivo y adictivo consumismo del típico obrero...

Son los cinco sentidos los que se invierten al leer esto, porque no sabes si lo escribo o lo digo con tantos improperios, cómo aquí se representan la sonrisa del seguro inmundo, alcohólico a los deseos más enfermizos y llenos de vida.

𝐏𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐥𝐢𝐫𝐢𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora