Elegido ♕ YOONMIN

Capítulo 5: Omega Rosé

Tan sólo era un día el que había pasado y en su agenda tenía un tiempo apartado para pasar con cada uno de sus huéspedes.

Para él no era muy difícil abrirse con las personas, desde muy pequeño hizo buenas amistades muy rápidamente, logrando conocer y llevarse con las personas con tan sólo algunas preguntas. Fue tan sólo en su etapa de adolescente donde las cosas comenzaron a complicarse al querer complacer a los demás, dejando de ser quién realmente era, esa etapa fue superada en pocos meses al tener buena confianza con nuevas personas.

Pero también la otra persona tenía que poder abrirse con él, sino ¿para qué serviría?, ambos tenían que querer comenzar una amistad para que todo empezará con una buena conexión. Esperaba que eso ni fuera el caso de los herederos, por lo poco que había convivido con ellos no sabía que esperar, estaba muy consiente que eran omegas, pero eso no justificaba que no le veían a los ojos, él no les iba a morder o a hacerles daño.

Él siempre le mantenía respeto a las personas.

En ese momento se encontraba recostado en su cama con sus ojos cerrados, ya estaba vestido formalmente. No estaba muy seguro en cuanto, pero tendría que ir a ver a la doncella Park, como la mayor, era a la primera que tenía que visitar y así sucesivamente con los demás.

Pequeños toques se hicieron presentes en la puerta de su dormitorio.

"¿Quién?" Preguntó, tan solo abriendo uno de sus ojos.

"SeokJin, mi joven." Una suave voz respondió detrás de la puerta, sin pedir verificación la puerta fue abiertamente lentamente.

Kim SeokJin era, por así decirlo, un segundo padre para él, recordaba haber estado con SeokJin en su niñez, cuándo este tan solo era un adolescente. Fue cuidado por él, cuando sus padres no se encontraban en el castillo y no se sintiera completamente solo.

Ahora SeokJin le ayudaba en sus tareas pendientes, era algo parecido a un asistente pero a la vez no lo era. YoonGi consideraba a SeokJin como uno de sus mejores amigos y parte de la familia.

"En media hora tienes que ver a la doncella Rosé. Esperó que ya tengas tus preguntas planeadas y no la asustes." Dijo divertido, moviendo una mano por su cabello morado. " Te estará esperando en su habitación. Tengo que hacer otras tareas mientras, te deseo suerte." Guiñándole un ojo, salió de la recámara.

Él había hecho las preguntas como segunda opción si la conversación no avanzaba para ningún lado, típicas como '¿Tienes algún miedo?' y tales así sólo para iniciar una conversación sin tener silencios incómodos.

Lo cuales odiaba.

Cuando llegó el momento de ir a su encuentro con la omega Rosé, se paró frente a la puerta de la recámara y golpeó dos veces el material. No fue después de algunos minutos que la puerta fue abierta y del otro lado se encontraba la chica, con una coleta agarrando su cabello rubio cenizo y dos mechones fuera en la parte de adelante, vestía un negro casual, el cual le hacía ver muy hermosa.

"Majestad" La joven se inclinó, antes de dejarlo pasar a la recámara.

Siguió a la chica a lado de la cama, donde se encontraban una mesa y dos sillas para cada uno, tomaron asiento y el silencio incómodo comenzó. Rosé al parecer no quería mirarle a los ojos, igual por la primera vez. Quizás un alago serviría para que tuviera más confianza.

"Eres muy hermosa, doncella." Sin pasar un segundo las mejillas de la omega optaron un delicado color rosa.

"G-Gracias, majestad." Aún no conseguía su cometido, debía comenzar con alguna de sus preguntas.

"¿Te gustan los deportes?" Era una pregunta muy normal, pero esperaba que así poco a poco pudieran tener una buena y entretenida conversación.

"Me gustan los deportes. He jugado un poco fútbol, pero mi madre me obligó a dejarlo. " Expresó con una pequeña sonrisa de tristeza. "Me gusta pasar en movimiento."

Admiraba que a una chica le gustara el fútbol, pero no podían tener las mismas aficiones, él nunca había jugado fútbol y no porque sus padres no le dejaran, sino, que nunca le llamo la atención. Él repelía los deportes, jamás le había gustado moverse demasiado y era por eso que odió la clase de educación física cuando estaban en la escuela.

"¿Te gustaría dedicarte a algo?" Una pregunta simple, pero así sabría algo más que le gustará a la chica.

"M-Me gustaría dedicarme a la repostería, s-soy algo buena. En los cumpleaños, yo era quien preparaba los pasteles" Poco a poco la tensión en el ambiente fue bajando y Rose ya lo miraba a los ojos.

"¿Quién te enseño?"

"Jisoo, mi mejor amiga desde la infancia. Sus padres trabajan en una pastelería y panadería del pueblo." Su voz fue dulce y alegre tanto como la sonrisa que iba surcando su rostro. Ella debía ser muy importante para Rosé.

"¿Hay alguna canción que has memorizado por completo?" Él tenía tantas canciones que sabía de memoria y podía tocar mediante su guitarra.

"Oh, a mí realmente no me llama la atención la música. Así que no hay alguna canción."

A él le encantaba la música, era por lo que estaba más fascinado desde muy pequeño. Había aprendido a tocar la guitarra cuando tenía diez años, pero no fue hasta los dieciséis que estuvo completamente encantado con lo que era la música.

Más aún cantarla y tocarla.

"¿Algun miedo?"

"Mi hermano Tae y yo le tenemos mucho fobia a las alturas. Cuando eramos pequeños siem...

El lazo de confianza entre él y la omega Rosé se había reforzado.