Capítulo 9: ¿Qué eres?

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Casi tres semanas, casi tres semanas eran las que habían estado quedándose en el castillo desde que salieron de su hogar

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Casi tres semanas, casi tres semanas eran las que habían estado quedándose en el castillo desde que salieron de su hogar. No era tampoco como si extrañara a su llamado hogar, al contrario se sentía más cómodo y relajado en este lugar, podía dibujar en paz, sin que su madre estuviera diciendo que dejará eso, y se pusiera a hacer algo que si valiera la pena.

La mayoría de veces hacia lo que se le daba la gana, caminaba por los pasillos del castillo, miraba todos paisajes que se podían admirar desde planta baja — Ya que no podía subir a la segunda. — Visitaba de vez en cuando alguno de sus hermanos, y al final del día siempre estaba dibujando o leyendo algún libro interesante que encontrará en la gran biblioteca del castillo.

O más bien iba a comer algunos bocadillos con la reina, cuando ella no se encontraba ocupada.

Para ese día, había despertado de nuevo en la habitación del príncipe, desde que aquel preciso día que había dormido junto en la cama de YoonGi, dormir ahí se había sentido lo más normal del mundo. Al salir por la puerta de la habitación y se dirigió a su propia habitación para darse un baño y apartar todo el olor de YoonGi que se había impregnado en su piel.

Con el poco tiempo que pasaron juntos su relación se había forjado más fuerte, y Jimin estaba temiendo por ello. Aunque no habían tenido más roces y abrazos mientras dormían, su lazo comenzaba a irse más que sólo uno de amistad y no tenía porque ser así. No cuando sus hermanos eran los que tenían que estar formando ese tipo de lazo con YoonGi, no él.

Intento mantenerse lo más alejado posible del príncipe cuando se dio cuenta de eso, pero el chico parecía que siempre estaba detrás de él cuando menos se lo esperaba. Todo el tiempo, así que cuando tuvo la oportunidad de escaparse de él en la mañana, tomó otro camino — Que no conocía. — lo suficiente lejos para que YoonGi no pudiera saber donde se encontraba.

Al principio había pensado en ir donde la reina, pero no sabía si se iba a encontrar desocupada, porque sabía que YoonGi no se atrevería a acercarsele cuando alguno de sus padres estaba cerca. Y como la reina era con la mejor que se llevaba, aunque esta se había comportado raro los últimos días, si no se equivocaba, ella debía estar preparando algo para su cumpleaños, ya que este se encontraba a la vuelta de la esquina.

Era su primer cumpleaños que iba a estar sin sus padres, y al fin seria mayor de edad, aunque eso no le sirviera de mucho, ya que no era como si hubiera tenido los estudios necesarios para hacer algo con su vida, si no estando bajo el desprecio y techo de su madre.

Se había acostumbrado a no usar su parche en el ojo color celeste cuando no había y sabía que no se encontraría con alguien que no tenía que verlo. — El rey por ejemplo. — Era una libertad que no se podía dar en su propia casa, así disfrutaba el poder ver todo mejor, sin nada obstaculizando su vista.

Así que no supo si aun se estaba acostumbrando a ver completamente todo su alrededor o si estaba alucinado. En los pasillos completamente vacíos, sin decoraciones y en los que apenas habían unas cuantas luces iluminando, estaba seguro de haber visto una sombra moverse con rapidez a su lado para luego desaparecer por... No sabía ni siquiera por donde desapareció.

No tuvo ni si quiera tiempo de asustarse cuando de nuevo esa sombra se vio avanzar delante de él, con una rapidez sobrenatural, esta vez si dejándolo helado en su lugar, sus manos se pusieron frías cuando se dio cuenta que eso no era una simple alucinación o si quiera estaba viendo mal.

En un cerrar de ojos su cuerpo estuvo siendo empujado contra la pared, creyó que lo iban a lastimar, pero la forma en que era agarrado era más para mantenerlo en su lugar que para hacerle daño. Temiendo por lo que sea que estuviera pasando contuvo la respiración mientras que su cuerpo se queda más tieso que el de una muñeca.

"Eres otro de los chiquillos que vino por YoonGi, no deberías estar por aquí. " Una voz ronca le dijo suave sin soltarlo de su agarre. "Hueles muy peculiar para ser un cachorro."

Parpadeando, dirigió su mirada al ser que lo mantenía empujado contra la pared. Un chico con grandes y sombríos ojos color chocolate, su cabello era castaño oscuro y llegaba hasta abajo de su pómulo, tenía labios delgados. El chico era guapo.
Pero no tenía ningún olor en específico.

"¿Q-Quién eres?" Preguntó asustado, aunque el chico se encontraba un poco agachado, sabía que era más alto que él. Era un gigante a su lado.

"JungKook, cachorro, me preguntó como YoonGi te habrá dejado venir hasta aquí. Aunque quieras eliminar su olor de tu piel para mi sentido del olfato sigue siendo muy claro." JungKook tocó sus cabellos como examinadolos, y seguido de ello tomó otra bocana de su olor hasta que se fijo de nuevo en su mirada curiosa. " Tienes unos ojos muy bellos, cachorro. ¿Te gustan los míos?" preguntó acercándose demasiado a su espacio personal.

Su ojos que al principio habían sido de un tono chocolate cambiaron a un púrpura con un celeste pálido haciendo como una explosión en el centro, alrededor de la pupila. Unos ojos muy hermoso si no mentía, pero extraños.

"¿Qué eres?"

"Nada de lo que te tengas que enterar, cachorro. " Susurró sobre sus labios, antes de que sus ojos brillaran de una forma sobrenatural.

Lo último que vio antes de cerrar de sus ojos por el incontrolable sueño que vino a su cuerpo, fue al chico sonriendo peculiarmente por sus sobresalientes colmillos.

Lo último que vio antes de cerrar de sus ojos por el incontrolable sueño que vino a su cuerpo, fue al chico sonriendo peculiarmente por sus sobresalientes colmillos

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Elegido ♕ YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora