Capítulo 7: Jimin

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Se suponía que ese día tan sólo tenía agendado un encuentro, y ese no era por la mañana, tenía el tiempo suficiente para descansar hasta la tarde donde tendría que juntarse supuestamente con uno

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Se suponía que ese día tan sólo tenía agendado un encuentro, y ese no era por la mañana, tenía el tiempo suficiente para descansar hasta la tarde donde tendría que juntarse supuestamente con uno... De los hermanos.

Ya había transcurrido unos cuantos días desde los encuentros anteriores  con los omegas. En el desayuno era el único momento donde se juntaban todos, y por suerte o por destino terminaban diciéndose algunas palabras cortas. Y era un poco incómodo cuando sus padres preguntaban con cual se estaba llevando mejor de los tres, enfrente de los nombrados.

Nunca nombraba a nadie para que no se formara un ambiente tenso o hubieran rivalidades entre ellos.

Pero si tuviera que realmente decidir con quien se llevaba mejor de los tres, escogería a Rosé, ya que aunque era una omega, no era tan sumisa como lo eran sus hermanos, creí que era porque era la mayor, y era un poco más abierta.

No era como que a él le gustara mucho eso de la sumisión por ser alfa o de la realeza.

Así que cuando camino fuera de su habitación, metido en sus pensamientos, juraba que sus intensiones habían sido ir al comedor para pedir su desayuno, ya que su estómago esta comenzando a pedir por algo de alimento, y él no era quien para negárselo. Pero de nuevo estaba ahí.

En el mismo lugar.

En el mismo que extrañamente los días anteriores había terminado frente a esa puerta sin querer, y sin saber el porque de parar ahí. Más seguro, sabía que inconscientemente seguía su olor que lo llevaba hasta la habitación, pero no entendía como no se daba cuenta que estaba tomando otro pasillo diferente al que realmente quería ir.

Desde que se conocieron en su habitación, su olor lo había llamado como miel a la abeja. Dulce y delicioso. Y si no hubiera sido por ese detalle, que le decía que revisará un poco más y no se fuera sin olvidar algo importante, estaba seguro de que nunca hubiera conocido a Jimin, no hasta que ya estuviera enlazado con alguno de sus hermano mayores.

Sabia también que el pequeño lazo que se había formado entre ellos no era algo normal, no normal como lo era estar formando un lazo con sus otros hermanos, pequeños al igual al que tenía con Jimin. Pero había una diferencia, este lo podía sentirme más fuerte e intenso que los demás, o cualquiera que hubiera tenido.

Era que si no formaba un bueno lazo con ellos, a la hora de enlazarse y que la mordida fuera puesta en el cuello, la luna no iba a bendecirlos y la mordida hecha en el cuello desaparecería a la mañana siguiente, siendo una vergüenza para él, dejando en evidencia que no podía elegir una pareja real.

Así que necesitaba tener lazos con ellos, y tenía en cuenta que Rosé era la candidata más probable.

Regresando a donde había parado, aun no encontraba una respuesta coherente del porque aparecía frente a la habitación de Jimin sin darse cuenta, no era que le molestará terminar cerca de Jimin, si hablaban de secretos, él pasaba de vez en cuando por su habitación queriendo.

Aunque quisiera algo con Jimin, no podía, no cuando Jimin ni siquiera era un omega que le pudiera darle descendencia, no cuando Jimin ni siquiera tenía dieciocho años todavía.

Pensando en eso, estaba vez si camino hacia el comedor, con unos palabras retumbando en su mente.

"Él no te puede elegir aunque quisiera." Había dicho su padre.

" Había dicho su padre

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Tarde...

Ya era un poco tarde, el reloj de su habitación marca las siete y ocho minutos de la noche, hace menos de una hora había terminado de cenar la comida que trajeron a su habitación. Colocándose una camisa más abrigadas por la fría brisa que anunciaba que muy pronto caería una lluvia.

Estaba listo para encontrarse con Jimin, pero no sabía si Jimin iba a estar listo para encontrarse con él, ni si quiera sabia si el chico estaba consciente que aun estaba en sus encuentros para conocerlo, pero él lo hacía por gusto, ¿que mejor excusa que esa para hablarle con él? No había encontrado otra que le convenciera.

Sin mucho esfuerzo busco entre todos los olores el de Jimin, para averiguar en que lugar del castillo se encontraba en ese momento, se sorprendía tan sólo un poco al notarlo en el balcón donde lo había encontrado aquel día, había pensado que lo encontraría en su habitación, con este frío ni ganas de salir tenía, sólo quedarse acurrucado en su cama, y quizás que alguna compañía.

El chico debía ser de acero o él era muy friolento, y estos climas eran su desventaja.

Siguiendo el pasillo y el olor hacia ahí, lo encontró de nuevo en ese banco con el mismo cuaderno y lápiz, e igual que aquel día se veía... precioso, pero esta vez usada ropa un poco más abrigada y holgada. Sin esperar un segundo más se acerco al chico por detrás.

Recostándose en una pared de lado contrario de donde Jimin se encontraba, miro al chico. "Doncel Jimin."

"Príncipe Min." Respondió como si ya estuviera esperando su presencia o hubiera sabio de ella.

"¿Sabias que iba a venir?"

"Sentí tu olor cuando estuviste cerca." contesto sin apartar su mirada de su dibujo.

Una rosa, eso era lo que dibujaba, la rosa que le había dicho su madre el día en el comedor, y como lo esperaba era hermosa, idéntica a la real y al dibujante.

"Ya no tienes tu parche, ¿por qué?" pregunté cuando note sus ojos tan diferentes y a la vez únicos, que me atrapaban cada vez que los veía.

"Tengo mejor percepción de mi ejemplo." Dijo sin más.

¿Te gusta dibujar de noche? Quise preguntar, pero sólo fue eso, ya que luego que comenzaran a caer gotas de lluvia, y un fuerte trueno resonara no muy lejos del castillo.

Sino hubiera sido porque Jimin había dejado caer su lápiz de su mano, no hubiera notado que el chico se había encogido por el trueno.

"¿Estas bien?"

"Sí, sólo me dan un poco de miedo los truenos y tormentas."

Será... ¿Qué querrá dormir conmigo?

Sólo para que no le de miedo. Sólo por eso, ajá.

 Sólo por eso, ajá

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Elegido ♕ YOONMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora