11.

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Eran las siete de la mañana, Jisung fue el primero en despertar.
Se quedó toda la noche en aquél sillón se dirigió a la cocina para hacer el desayuno. 

Jeongin bajo por un vaso con agua pero al ver a aquel chico en la cocina se quiso regresar.

- Jeongin, cierto. - Preguntó Jisung.

- heeee si - El menor tenía agachada su cabeza. -

- Hice el desayuno, despierta a Hyunjin por favor, vamos a comer - Jisung le sonrió.

Jeongin pensó el por qué Hyunjin lo trataba tan mal, si Jisung no parece ser el tipo de persona que él le contaba.

El menor subió las escaleras y entró al cuarto, lo vio dormido.

Para Jeongin, Hyunjin era la mejor persona, siempre lo trataba bien, le hacía mimos, y era tierno.
Sabía que estaba mal lo que el hacía, sabía que lastimaba a Jisung pero el se enamoró y no pudo evitarlo.

Todos se encontraban en la sala comiendo.
Hyunjin solo reía de aquella escena, Jeongin sentía incomodidad pero Jisung no, el estaba normal.

- No quieren hablar - Dijo Hyunjin con maldad.

El menor y Jisung se miraron un momento, al cabo de unos segundos Jisung bajo su mirada a su plato.

Jeongin se tuvo que ir, ya que su mamá le pidió regresar a casa.
Hyunjin decidió acompañarlo hasta la puerta, al cerrar la puerta sintió algo chocar contra su nuca.

Jisung le había aventado una revista, Hyunjin volteó y Jisung agarró una almohada y la lanzó.

- Eres el ser más despreciable de todo el jodido mundo. - Gritó Jisung.

- Te dije que te largaras tantas veces, hasta parece que disfrutas que te humille. - Hyunjin se acercó y agarró las manos de Jisung.

- Sueltame, maldito haragán. - Jisung safo una mano y le daba de golpes en el pecho.

Hyunjin volvió a tomar sus manos, lo empujó en el sillón pero el menor siempre se regresaba.

- Jisung cálmate. - Hyunjin estaba perdiendo la paciencia.

- Por que me haces esto. - la fuerza había abandonado a Jisung y cayó en el sillón. - Siempre he tratado de ser lindo para ti.

- Lindo - Hyunjin bufó.

- Si pendejo, lindo. - Jisung agachó su cabeza.

El y Hyunjin solo estaban sentados frente a frente, nadie dijo nada.

- Está bien, tu ganas, me iré de la casa.-

Sweetie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora