Capítulo 6. Mar, arena y... Beam.

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Cálido

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Cálido. El clima estaba lo suficientemente soportable para mi gusto. Dar un paseo por la playa al atardecer sería lo más romántico que haría en mi vida, sin mencionar que la temperatura favorecería eso. Hay días en que vas a la playa, quitas tus sandalias sólo para ponértelas de nuevo. Pero esta vez no era así, era el clima perfecto. Disfrutaría de esta semana de oro al máximo, solamente el mar, la arena y...

— ¿A dónde vas? Ya estamos aquí—le dije de nuevo a Beam, jalándolo por tercera vez rumbo a la recepción del hotel. Se mostraba bastante arisco a querer entrar ahí, es por ello que decidí tratarlo como a un pequeño y tomé de su mano, para que no se fuera a perder. Reí ante mis pensamientos, comparar al doctor con un niño era bastante gracioso pero quizás no estaba tan lejos de la realidad.

—Puedo ir solo. No es necesario que me lleves de la mano. —dijo Beam, tratando de soltarse pero al final desistió.

—Lo sé, pero eres mi novio. No puedo dejar que coqueteen contigo, deben notar que tienes un novio que está atento a ti. Además podrían coquetear conmigo.

— ¡Ese no es mi problema! —dijo Beam con enojo, me gustaba hacerlo enojar. Se veía tan lindo ruborizado. Reí levemente y me acerqué a aquella mujer que estaba en la recepción, se acomodó los lentes y nos miró, formando la típica sonrisa que le deben dar todas las recepcionistas a los clientes.

— ¿Puedo ayudarlos?

—Habitación para dos. Cama matrimonial, está bien. —Beam me golpeó el hombro, haciéndome reír y no es porque no me haya dolido sino porque, es tan lindo cuando se enoja, aunque esto ya lo había dicho. —Ya tengo reservación de hecho.

Di mis datos, mientras la mujer los buscaba en su computadora. Sonrió y me entregó la llave indicándome a que número de habitación nos debíamos de dirigir, Beam me seguía de cerca como queriendo preguntarme algo.

—Si vas a decir algo, dilo. —dije tranquilamente, esperando que me insultará o que me diera más quejas como usualmente suele ser. Beam es una persona muy difícil de conquistar, a diferencia de mí, Ming la tiene bastante fácil con su kitkat*.

—Nada. Sólo estaba pensando en algo que quizás carezca de importancia.

Frené mi caminar, me volteé hacia a él y me acerqué lo suficiente como para quedar de frente.

—Todo lo que pienses es importante para mí, sólo di lo que piensas, ¿quieres? —dije mirándolo fijamente a los ojos, tomé su mano y la besé, casi dando el beso en un simple suspiro. Su rubor se hizo presente y apartó su mano rápidamente, volteando hacia los lados como si se asegurara que nadie nos hubiera visto. Realmente no me importaría si alguien nos viera, no es como si estuviésemos haciendo algo malo, nuestro amor era tan normal como aquella pareja que salía de una habitación en ese instante.

Beam pareció incomodarse, ya que se cruzó de brazos con nerviosismo, un claro ejemplo de que quería demostrarme... demostrarle al mundo que ahí no pasaba nada. Decidí ya no preguntar al respecto e irnos de una vez a nuestra habitación. Una estaca se enterró en mi corazón, esperando que no fuese más profundo a la gravedad de llegarme a herirme lo suficiente y no me pueda recuperar de ello.

Take Care ME ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora