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Tres días por fin la liga tenía su reunión de cada mes para hablar de los acontecimientos que pudieran ser prioridad.

La junta abordó temas tan irrelevantes que un Batman pensaba que fue una pérdida de tiempo ir. Aunque noto a un Flash más distraído de los normal, pero pensando tal vez en el embarazo de Iris, podría ser la fuente de ello… por otra parte un Hal estaba callado mirando de vez en cuando a un Superman que estaba algo… desesperado?

No lo culpaba, actualmente la única que cuidaba a su nuero era Kara porque no imaginaba a Clark dejando a su hijo solo y más si Lois no estaba.

Diana en 5 min dió por terminada la reunión de ese día y Superman fue el primero, hasta que un Linterna Verde le detuvo y le pidió hablar.

Aquaman hablaba con Detective Marciano, Diana ordenaba las hojas en su carpeta para guardarlas.

Barry no se movió de su lugar, mientras Batman veía las expresiones de todos. Pero dos personas le hicieron centrarse en ellos. 

El rostro serio de Hal a pesar de la máscara y un Superman consternado y pareciera en problemas. Había tenido datos sueltos sobre las misiones del linterna, pero ahora él era el preocupado.

— Entonces, haata mañana. - Escucho de Jordan y le vio alejarse. Superman asintió y miró a todos para despedirse en un santiamén se fue.

Él entrecerró los ojos algo no cuadraba.

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El sonido de metales chocando en un ritmo rápido y ágil; hacía que los espectadores no despegarán la mirada de las grandes habilidades de quién decidieron seguir.

El gran heredero del Liga de asesinos. Estaba en medio de un ritual donde fue desafiado por el poder.

Ante la sorpresa de sus hombres accedió, lo hizo porque ese sujeto por fin estaba lanzando un reto con toda educación. Slade, había intentado mil veces tumbar su imperio a la fuerza, incluso usando a su propia hija y nada dió resultados. Al final se vieron allí; en un duelo de espadas que cualquiera viera solo pensaría en una danza… mortal.

— Sigo sin creer que de los dos candidatos probables, fueras tú. Quién accediera a estar aquí. - Dijo el hombre mayor mientras usaba de forma hábil sus espadas para parar un golpe que hubiera atravesado su pulmón.

Sin lugar a dudas ese joven adulto había madurado, al principio hasta él pensaba como la madre de éste. Que había sido un fracaso cuando se humanizo. Sin embargo, el chico al regresar para liderar la liga se olvidó de todo esos códigos Morales para establecerlos y aunque tenía cierta similitud con algunos pensamientos como el activo líder; su abuelo. No hacía nada que no les beneficiará.

El problema era que no veían cuál era la meta del nuevo líder, el no deseaba eliminar a la humanidad para que el planeta reviviera de la masacre que los humanos ejercen sobre el. No, tampoco quería a hacerse de alguien a la fuerza. No quería poder desbordante como él.

Solo cuidaba de la liga, lo asentaba y contribuía bajo las sombras con algunas rencillas que no beneficiaban a nadie y solo destruyen a diestra y siniestra.

— Si hablas de Todd, creo que ni con el tiempo que lo tuviste en tu cama lo comprendiste.

Auch! Deathstroke, sintió ese comentario más afilado que los filos de las espaldas en combate. Pero era verdad, no podía ocultar que ese chico cuando lo entrenó y este fue tras la cabeza del némesis de su antiguo mentor. Pensó que todo terminaría en un celo de un encuentro casual.

Al final después de años de no verle, lo vio convertido en un hombre fuerte y capaz de hasta enfrentarlo. Quién pensaría que era un omega sin esos supresores. Quién pensaría que era una máquina para matar mejor que la inútil hija que tenía.

Incluso pensó esa vez que le salvó de morir literalmente en un cementerio. Se ilusiono de poder tenerle como pareja, en sus negocios. Estaba a nada de que el otro acepta cuando la misma figura que le quitó todo, llega para llevárselo; eso le molestó. Batman solo le dijo que le dejara y le siguiera, para qué? Para después traicionar la confianza del Omega que aunque no admitiera aún quería como el alfa que le rescató, como su padre.

Mentiría si dijera que no pensó en hacerle una cuantas visitas. Pero el chico estaba en terreno donde sí entraba el murciélago lo vería como un ataque. Por lo que solo supo un poco del mencionado formando sus equipos y saliendo en misiones con estos, después de volver a estar bien con la familia que para su único ojo lo usaban.

Y fue allí donde el sonido del metal rompiéndose le trajo a la realidad, su espada derecha había caído en un certero golpe del dorso de la espada del joven Damián.

Trato de bloquear notando su fallo en un momento crucial. Al final el menor no lo mató pero su brazo fue atravesado y el solo aceptó su derrota.

— Bienvenido a la liga. - Soltó el joven de ojos verdes, para el tener a ese hombre era tener uno menos de sus enemigos fuera de su alcance. — Tu primera misión será tráeme la cabeza de los asesinos de Red Robin. - Wilson le miró con extrañeza, pero no dijo nada para contradecirlo; no ser asesinado quería decir que ahora debía de servirle al hijo de Talía. 

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Dos miradas se encontraron, aunque una estaba en el aire y el otro en tierra. Hace tiempo que no se veían; sabía bien que eran miembros activos de sus respectivos equipos, pero las responsabilidades de uno eran más grandes de lo que muchos pensarían.

Solo un gesto de despedida y la capa blanca con bordes amarillos se perdía en el cielo.

Esto no pasó desapercibido por cierto chico de piel verde.

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No perdió el tiempo al día siguiente sus pasos eran apresurados, se había puesto este tiempo a investigar y lo que encontró no le gustaba para nada.

Y como si alguna divinidad le ayudará encontró a quien buscaba en una de las sala de la Atalaya, esa capa roja con ese símbolo lo dejaba más que claro.

— Hola, Batman. - Saludo el gran azul mientras se giraba, era imposible no reconocer esta sonido del latir del corazón, tan particular del otro. 

— No puedes irte, Clark. - Fue su saludo y la cara del Kriptoniano era de sorpresa y después de tristeza.

— Debo ir. - Respondió serio. El murciélago se acercó a él.

— No puedes, ni siquiera han hecho lo que Canario Negro sugirió. - Pudo y miró la reacción del hombre ante él. - No puedes irte. Lois te matará. 

El otro reaccionó, pero ya había pensado en su respuesta y sabía que ante todo debía de siempre ayudar. En este caso era un planeta amenazado por una civilización que vendría esclavos en algún lado de la galaxia, detenerlos era la misión del Linterna, pero que al parecer se tornará más larga sin su ayuda.

— Kara se llevará a ambos con ella. - Trato de tranquilizar al otro. Pero Bruce negó, Clark sabía que no era muy buena opción, en especial por qué su prima tenía sus propias responsabilidades.

—Llevalos a la mansión. -Dijo al fin y Clark le vió con sorpresa. Él nunca le negó al otro dejar de ver a su hijo y el que es como su nieto, pero no sabía si era porque le recordaba a la pérdida de Timothy. - Llamaré a Alfred.

El superhombre asintió, pero aún dudaba de todo.

La puerta se abrió y dejó ver a un Hal, que al verle se acercó para saber su respuesta. 

El caballero de la noche salió dejándolos solos.

Suerte ImprevisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora