SIGILOSA

CAPÍTULO 6

  La dinámica aquí es muy rara.

  Mientras la mitad de las mujeres están durmiendo, otras están vestidas con ropa de fiesta. Hay entre veinticinco a treinta mujeres. Ninguna me presta demasiada atención.

Parecen estar acostumbradas.

Parecen tomarlo con calma.

  Aunque realmente sé que ninguna quiere estar aquí, por más que transcurra el tiempo y ellas se adapten a este estilo de vida no significa que lo acepten.

Bueno llamarlo estilo de vida no es adecuado, lo correcto sería llamarlo estilo de tortura.

  Dormí en un colchón en el piso. Mi compañera de colchón fue Senne, una agradable compañera que no se movió en ningún momento.

  Se sintió muy bien dormir en un colchón después de haber dormido sobre una manta durante mucho tiempo, aunque obviamente no se compara a la cama de mi casa.

  Todavía no Sali de esta habitación, y tampoco se si se puede salir. Por lo que oí, siempre están custodiando las salidas principales y los pasillos.

No tengo idea de la hora, pero tengo mucha hambre. Mucha.

No sé si debo preguntar a qué hora comen.

¿comerán? es algo que me pregunto, digo seguro que sí, pero que tan frecuente lo hacen.

necesito comer para crecer.

  Me quedo recostada en el colchón con olor a usado. viendo el techo. Voy a estar sola, voy a vivir acá. no voy a volver a ver a mi familia. ¿Me extrañaran? es algo que me pregunto cada minuto desde que me llevaron.

  Suena una alarma. Me levanto ya que las mujeres vestidas de fiesta empiezan a formar una fila direccionada a la única puerta de la habitación. La única forma de salir de aquí, no hay ventanas. la única luz que recibimos proviene de una barra de luz sobre el techo.

  Minutos después de que sonara la alarma ingresan dos hombres con vestimenta de guardia. cuentan a las mujeres y les dan indicaciones asignándoles un lugar "Abajo".

Al momento en que salen por la puerta otro grupo de mujeres ingresa. Senne viene con ellas.

Tiene cara de cansada.

  Me mira por un segundo, pero luego se va hacia un lugar en la esquina que le llaman ducha. Sale un chorro de agua y tiene una rejilla en el piso. Esa esquina está cubierta por telas desgastadas.

  Se ducha y sale desnuda. Camina un momento hasta la silla donde colocó su toalla. Se envuelve en ella y luego busca algo de ropa en una bolsa negra. Se coloca una remera de tiritas color negro, se ve algo desgastada, y un short de algodón. Se enrolla la toalla en el pelo y viene a donde estoy yo.

—¿Hace cuanto no te bañas? —Me pregunta mientras se saca la toalla y se pasa un cepillo por el pelo.

—Desde que me llevaron.

—¿Quieres darte una ducha?

—Si, por favor.

Me ayuda a levantarme y me lleva hasta la zona de baño. Me ayuda a quitarme la remera gigante que tengo puesta.

No tengo nada más debajo.

   Me mete a la ducha y cuando el agua cae sobre mi cuerpo me doy cuenta de que esta heladísima. Trato de no quejarme, pero mi cuerpo tiritante no puede soportarlo.

  Me lava el pelo con jabón, lo desenreda con sus dedos mientras la espuma del jabón me cae por el cuerpo. Guarda el jabón y me frota el cuerpo para sacar toda la suciedad de mí. Me dice que lave mis partes intimas yo misma mientras ella va a buscar la toalla. Cuando regresa ya termine de ducharme. Me envuelve en la toalla y me lleva al rincón donde se encuentra el colchón en el cual dormí.

  Me seca el cuerpo con la toalla y después me enrolla la misma toalla en cabello para que absorba todas las gotas. No tarda en ponerme encima una camiseta gastada encima.

  Me observo ahora y nunca me hubiera imaginado estar en esta situación, bañándome en una "ducha" que solo es un tubo que sale de la pared y que tira agua congelada, ni que estuviera usando ropa vieja y que encima no es mía. Puede que tal vez ahora no entienda todos los factores de mi condición en este lugar, pero espero en un futuro entender todo.

—Lamento no tener nada apropiado para ti, pero es lo único que vas a poder conseguir por ahora. Te voy a conseguir un short de la talla más pequeña que encuentre en este lugar.

Rápidamente se va en busca de el short. Regresa con algo negro en la mano.

—No encontré ningún short, pero encontré un bóxer que creo que te puede quedar bien.

  Me lo da para que me lo pruebe y me queda grande. Senne lo soluciona haciéndole un nudo para que no se me caiga mientras me muevo.

  Senne me habla en inglés, pero tiene un acento raro. No es como el acento de mi profesor, sino que suena más trabado. No se cual es su idioma natal, pero me pregunto como sabe inglés. Yo se inglés porque tengo maestros que me enseñan diversos idiomas. ¿Ella también habrá tenido un maestro?.

Senne se recuesta en la cama y yo la imito acostándome alado de ella.

—¿Dónde fuiste? —Senne se voltea a verme.

—A trabajar.

—¿Toda la noche?

—Si.

—¿Cuál es tu trabajo?

—¿Esto es un interrogatorio?

—No, solo tengo curiosidad.

—¿Cuántos años tienes, Nova?

—Tengo siete años, cumplí años en Julio.

—¿Julio?

—Si, eso dije.

—¿Y cuánto tiempo después de tu cumpleaños te llevaron?.

Empiezo a contar cuanto tiempo fue.

—Creo que fueron unas dos o tres semanas después. Recuerdo que todavía estábamos en el mes de julio. Hacia calor, era verano en Italia. Comía helado a escondidas de mi mamá, mi cuidadora me ayudaba.

—Niña, estamos en septiembre. Julio fue hace casi dos meses.

  Dos meses. ¿Tanto tiempo? Solo recuerdo haber estado en ese pequeño cuarto. El tiempo ahí lo recuerdo rápido, tal vez sea porque no hay demasiadas cosas que recordar. Aunque se que mientras estaba ahí el tiempo pasaba muy lento.

—¿Nova, estas bien?

—Mi nombre no es Nova—ruedo los ojos—Yo me llamo Caroline Stallone.

—Te dije que te olvides de ese nombre.

—Pero Nova no me gusta.

—Entonces, ¿Cómo te quieres llamar?.

—No lo sé, tengo que pensarlo.

—Bueno tomate tu tiempo, ahora voy a dormir un rato. Luego nos toca limpiar Abajo.

—¿Abajo?

—Si, en el lugar donde cazamos.

¿Qué es lo que cazan? No tiene sentido.

—Bueno o, mejor dicho, donde nos cazan.

—¿Quiénes las cazan?

—Demonios.

—¿Demonios?

—Demonios con influencia en el infierno.