CAPITULO I: LUNA ESCARLATA

18 1 0
                                    


N.A: Segunda parte.

Bajo la piel de Jayah

Al salir aquel hombre que llamado Fayolle, el hombre frente a mí que ahora sé que se llama Barraud comenzó a gritarme cosas feas de nuevo para terminar empujándome al piso «ya no quiero esto, me duele» aquel hombre se lanzo hacia mi desgarrando mi vestido «vestido que mi madre me había hecho con amor y ternura» se me quedo viendo con una mirada que me helaba, sentí como un escalofrió recorría mi columna erizando mis vellos, su mirada parecía a la de un animal, no había rastro alguno de mirada humana en él, comenzó a besar con su boca pestilente mis senos los lamia y succionaba, subía por mi cuello lamiéndolo con su asquerosa lengua se sentía babosa, luego comenzó a lamer mi mejilla por donde brotaban ya mis lagrimas de miedo y dolor mientras que con sus manos apretaba mis senos...Sus manos tocaban todo mi cuerpo, su tacto no transmitía amor ni cariño solo era un tacto áspero carente de sentimiento alguno, causaban solamente dolor y tristeza. Rasgaba mi piel con sus uñas «no me gusta que me toque» volvió a lamer mi cabello para después con una de sus manos apretarme una nalga, mientras que con la otra separaba mis piernas, me sentía débil y frágil a cada toque, me estremecí trate de cerrar mis piernas pero el solo dejo de tocar mi nalga para agarrar mis muñecas y apretarlas, me dolía, él solo seguía apretando con mas fuerzas el agarre de mi pierna apartándola para darle acceso, acerco su rostro a mi muslo «siento nauseas» sentí su respiración y a su asqueroso bigote, comenzó a lamer bruscamente mi pierna derecha hasta llegar a mi pie y terminar en mis dedos, donde succiono uno a uno dejándolos babeados «asqueroso» con su mano apretaba mis nalgas. Su asquerosa lengua subió de nuevo por mi pierna rozando su bigote con mi piel de una manera que sentía continuaba rasgando mi piel, al llegar a mi muslo nuevamente, se detuvo un momento, me dio miedo se alejo un poco para luego hundir su horrible rostro entre mis piernas «lo odio, odio esto...mamá» el seguía lamiendo, succionando y metiendo su lengua en mi «papá me dijo que yo tenía que casarme siendo pura, así los honraría...con alguien que me quiera...esto no me gusta es tan asqueroso» cada vez que él hacia un movimiento yo trataba de apretar entre mis piernas para que no siguiera, él no se detenía iba mas rápido, su boca y su bigote me molestaba y me lastimaba «detente» al terminar me tomo bruscamente, volteándome de espalda sujetando mis brazos y mi cabeza «ahora que va hacer? Tengo miedo, no puedo ver» una de sus manos me sujetaba y la otra me tomo de la cintura para luego pasearse y tocarme una nalga, sentí como la apartaba y un escalofrió me recorría el cuerpo, me sentí vulnerable, descubierta y humillada. Sin saber que pasaba, sentí como bruscamente metía algo en mí, me desgarraba por dentro llore al sentir ese gran dolor, mis lagrimas se derramaban por mi rostro y algo se escurría entre mis piernas...no estaba muy segura de que era lo que pasaba, mis padres me habían comentado algo de ese momento, el de consumar el matrimonio, solo sabía que en ese momento debía entregarme en cuerpo y alma a alguien amoroso responsable y respetuoso, que fuere un momento inolvidable de ambas partes, que mi pareja me enseñaría algo nuevo, que me trataría con delicadeza y amor cuidándome de que no sintiera dolor ni miedo alguno...pero este momento no, no era con alguien a quien amara, no era lo que yo esperaba «no me gusta, es doloroso, duele mucho, sácalo...sácalo de mí» él solo seguía moviéndose y lastimándome cada vez más, yo solamente lloraba en silencio me dolía demasiado y eso a él no le importaba, cada vez aumentaba sus movimientos bruscos, sentí como algo caliente me llenaba por dentro «que es esto? Se siente horrible, ¿qué me está haciendo esta persona?» al terminar siento como sale de mi, chorreando algo entre mis piernas. Me tiro al piso y se dio la vuelta, yo...yo estaba cansada, adolorida y agotada, me sentía con muchos años encima con un gran peso...yo no quería que fuera así, estaba pensando en lo que acababa de pasar y al mirar a mi lado vi una espada, una hermosa espada reluciente que emitía un brillo reflejado a causa de la luna, me inundo una sensación, algo que me decía que no me rindiera...nunca he usado una espada pero había visto a mi padre entrenar con una, me arme de valor la tome con mis manos temblorosas me levante y con todo el odio y resentimiento en mi mente «me ultrajo, me mancho, me humillo...estoy sucia, odio...lo odio, no le perdonare» apreté con todas mis fuerzas la espada en mis manos no dude y le grite con todo mi ser.

Aquella pequeña, armada de fuerza y esperanza sujeto la espada y con toda su furia, le llamo por su nombre: ¡Barraud! La bestia se voltio, pensando que la niña suplicaría misericordia, pero para su sorpresa contemplo aquel cuerpo sin alma armado con su espada. Como el rayo atraviesa un árbol, así la espada atravesó el pecho de la bestia. Esa espada que anteriormente fue usada contra tantos inocentes, en un juego extraño de la vida, ahora cobraba la vida del verdugo. La espada atravesó su corazón y sus pulmones provocando una gran hemorragia. Incapacitándolo, para que de su boca no se pronunciara ni grito ni queja, ni insulto ni clemencia. Pero el odio de la niña no termino allí, con un último halito de fuerza siguió moviendo la espada hacia abajo cortando lentamente estomago e intestinos liberándolos de su recinto, cayendo dichas vísceras sobre la tierra. Dicen los campesinos que esa tierra quedó maldita, ni flor ni maleza creció en semejante memorial. Esa arma fatal que hace un momento penetro a la muchacha, ahora también yacía seccionada en la maldita tierra. La niña retrocedió unos pasos cuando aquel cuerpo cayo a sus pies...se sintió bien con ella misma al terminar con la vida de aquel desgraciado, como pudo acomodo sus desgarradas ropas permitiéndole así taparse un poco, pues conservaría la dignidad que le quedaba, cargo con aquella espada un poco pesada y ahora manchada en sangre por si tenía que volver a defenderse, se escabullo entre las carpas que horas antes habían armado sus amigos y familiares para que descansaran.

No queriendo estar cerca para cuando descubrieran el cuerpo de aquel hombre, bajo la total oscuridad de la noche, se metió dentro del monte y corrió todo lo pudo no sabía a dónde iba solamente quería alejarse de ellos. No paso mucho tiempo cuando escucho el alboroto «encontraron el cuerpo», pensó Jayah, no podía detenerse ahora. Tras dos días de camino y pérdida entre la inmensidad de las praderas no sabía a donde ir pero mientras pudieran escapar de su persecución y sobrevivir cualquier sitio era bueno, siguió adentrándose más hasta que dejo de escuchar ruidos que indicaran que la perseguían. Realmente hacia muchas horas que habían dejado a sus persecutores atrás pero su miedo y angustia se transformo en visiones de hombres babeantes que la seguían a lo lejos. Solo cuando las nubes de la noche ocultaron la luz de la luna y todo quedo en penumbra, se sintió segura al no ver aquellos lejanos espectros que provenían del mismo infierno. Pobre niña no sabía que el verdadero infierno se encuentra en la tierra, y el hades es un paraíso comparado a lo que sufriría en su terrenal vida.

Al caminar en aquella penumbra, se encontró con un monstruo de piedra, grande y solido, con pelos como lanzas y de los cuales ondeaban grotescas cintas bañadas en sangre y una boca con enormes dientes metálicos.-Había llegado a París, y se encontraba frente a la puerta de la muralla que brindaba seguridad a la ciudad.- Jayah recuperada de esa visión tan espantosa, se dio cuenta de que había llegado a París pero no sabía en qué parte ni mucho menos hacia dónde ir, por lo que no se atrevió a entrar a la ciudad, temiendo que sus anteriores captores estuvieran dentro del estomago de aquel gigante de piedra, que era el París medieval. Duro semanas a la deriva deteniéndose a descansar y comer lo que encontrara en arbustos o de algún animal muerto que sirviera de alivio al ardor de su estomago, al principio fue difícil incluso duro días sin comida. Niña ayer anciana hoy. Aunque todavía era una niña, había envejecido 15 años desde aquella trágica noche.

«Estoy cansada, llevo días en esto...quiero parar... Me arde la barriguita, no quiero seguir...ayuda...mamá te necesito mamá, te necesito, desearía que estuvieras aquí, papá te extraño.», pensaba cansada Jayah, y mirando a su alrededor -Sola por primera vez.- murmuraba, alzando su vista vio el cielo respiro profundo y decidió que iba a dormir, aunque no descansaba pues en sus sueños se le aparecía aquella bestia, que mancillo su virginal cuerpo. Y así lo hizo, cerrando sus ojos y tratando de pensar en momentos felices con su mamá y su papá, se durmió sin saber que pronto sus plegarias serian escuchadas.

"A veces el destino es sádico y se entretiene dándole un respiro a sus criaturas, para que resistan de principio a fin las torturas que les reserva".

*Chabí: niña.


N.A: Es un cap triste u.u pero si os ha enganchado el primer capítulo de esta historia pinchen la estrellita y dejen sus comentarios. Ansiamos saber su opinión.

PIEL DE LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora