Capitulo 5: Bosque oculto de Yahar'gul

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Las hojas de los árboles se movían violentamente con el viento, susurrando los nombres de los caídos en este tétrico mundo. Las pisadas poco sincronizadas de las personas en el grupo no emitían casi sonido.

— Fué divertido buscar el gato de aquella anciana — dijo William— al menos tuvimos una misión divertida desde que llegamos a este mundo. Ya no aguantaba más el miedo y la ansiedad de tener que temer a un peligro mortal en cada esquina, aquella anciana me recordó a alguien que conocí hace mucho tiempo.

— ¿Recordar? —preguntó Jack mientras caminaba y las partes de su armadura resonaban mientras chocaban unas con otras— ¿recuerdas algo de lo que hiciste antes de llegar aquí?

— No muy bien, recuerdo vagamente algunas personas y cosas que me han pasado, lo que mejor recuerdo es lo que estaba haciendo antes de llegar aquí.

— Oh vaya —respondió Jack— ¿ Que estabas haciendo?

— Estaba leyéndome un manga, no recuerdo el nombre pero recuerdo donde me quedé. El protagonista encontró un hada que creo que se llamaba Buck.

— Mira que curioso, yo terminaba de leerme ese manga. Mis padres me llamaron y los ignoré, un rato después se escuchaba un silencio absoluto lo cual me extrañó. Me levanté del suelo y fui calmado a la puerta y cuando la crucé me encontré en un lugar donde no había nada, todo estaba blanco. Luego de caminar hacia adelante por unos minutos me encontré con la Ángel y ha sabemos todos qué pasa desde ahí. —respondió Kurogane—

— Yo estaba en mi cama cuando de repente me entró un cansancio insoportable, cuando mis ojos se cerraron y me di cuenta rápidamente los volví a abrir y ya no estaba en mi habitación, entré en pánico y comencé a gritar, hasta que me encontré con la angel. —dijo Jack—

La armadura de Jack rechinaba con más fuerza, hasta el punto en el que se era casi insoportable.

— ¿Crees que no me di cuenta de lo de ayer? —le susurró Nina a Anna—

— ¿De que estás hablando? —respondió Anna susurrándole de vuelta a Nina mientras caminaba más lento para evitar que los demás escuchasen—

— Hace tres días, en el juicio de ese chico, sentiste pena por el.

— Te equivocas, sólo no me gustó el castigo que le dieron, la horca.

— Mientes, nos conocemos desde el primer día de la tercera ola, sé cuando sientes pena y cuando no te gusta algo, y sentiste pena por el. —dijo Nina mientras miraba fijamente a los ojos de Anna—

— Me has pillado, lo acepto. A pesar de que fuera culpable el castigo fué muy duro.

— ¿Te gusta?

— No, no me gustó lo que hicieron ya te dije.

— No me refiero a eso, digo que si te gusta el chico.

— No!—dijo  Anna mientras desviaba la mirada— ¡Claro que no!

— Ah, eso pensé.—dijo Nina, sabiendo que Anna estaba mintiendo— El violó a una chica en la taberna la cual frecuentamos. Deberían haberlo ejecutado.

— Tengo el presentimiento de que el no hizo nada. La princesa estaba muy nerviosa cuando el comenzó a hablar, la tabernera se le veía asustada, pero no del chico. Hay algo que no encaja.

— ¡Lo Sabía! —dijo Nina mientras se volteaba hacia Anna— ¡Te gusta!

— ¿¡Qué dices?! ¡No es cierto! ¿Por qué asumes eso? —dijo Anna—

— Si una persona defiende a alguien que es acusado de violación incluso cuando hay pruebas y testigos en su contra es por que le gusta. —respondió Anna—

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