Capitulo 4: Perdiendo el Juicio

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La celda en la que se encontraba Gray no era para nada agradable. El no había tenido experiencias en celdas que el recordara, y esta tampoco la recordaría. El estaba muy ocupado retorciéndose y gruñendo mientras se revolcaba en el suelo. Se le escuchaba balbucear algunas palabras.

— Si, S-si quiero.

Se escuchaban acercarse unos pasos fuera de la celda y rápidamente Gray se despertó de la pesadilla, asustado y ansioso.

— Escoria, ya es hora de irse. Ahora serás juzgado por el rey y la Iglesia de la Sanación . —dijo uno de los guardias —

—¿Qué? ¿De quién estás hablando? —preguntó mientras se ponía de pie y se acercaba a la puerta de la celda—

— Por tus crímenes cometidos ahora serás juzgado. Abusaste sexualmente de una chica y eso no se te va a perdonar.

— ¿Que yo hice que? —preguntó confundido— Eso no puede ser, quienes estaban abusando de ella fueron el grupo que había en la taberna. Yo lo que hice fué defenderla.

— No mientas, incluso ella misma testificó, y todos en la taberna testificaron y tienen la misma versión.

— Eso no puede ser cierto, No puede...

— Pues empieza a creer ya que serás juzgado, tú juicio será público en la plaza del mercader y con todos los testigos serás declarado culpable, lo normal sería un par de años en el calabozo pero como no le caes bien a nadie de seguro eres condenado a muerte—dijo el segundo guardia entre risas—

Habían más personas en las celdas alrededor y que comenzaron a reír mientras los guardias se lo llevaban. Uno de ellos le gritó entre risas:

— Te van a juzgar el imbécil del rey y la puta de la princesa... son marionetas de la Iglesia y cometiste un grave error al meterte con ellos.

— ...

En la plaza del mercader, Hora del juicio.

— Estamos aquí para juzgar a este criminal, que violó dos de las reglas más estrictas de nuestro bello país, blasfemar contra Dios y violar a una mujer, y espero que tenga un castigo justo —dijo el Rey—

— SI! —dijeron los espectadores, como si se tratara de un juego—

— Tú, serás juzgado por tres crímenes los cuales son: blasfemar contra el nombre de Dios y confundir a la población, atacar a un miembro de la santa sede, y violar a una mujer. —Gray inmediatamente interrumpió al rey—

— ¡Eso es falso!—dijo nervioso y asustado— Yo no violé a nadie! Tampoco blasfemé contra la santa sede ni ataqué a un miembro, sólo me defendí contra sus abusos e intenté defender a la chica!

— No mientas!—respondió el rey con un tono más amenazador que antes— Todos los testigos están de acuerdo con que estabas manoseando a la chica, el guerrero Klein se levantó y te detuvo, lo apuñalaste con un cuchillo mágico y a pesar de que eres peor que una basura peleando, el cuchillo mágico hizo que Klein se debilitara y cayera al suelo. Luego el caballero Lion sacó su espada y te golpeó en la cabeza para no matarte, incluso le tiene piedad a una escoria como tú.

— ¡Ni la mitad de eso es cierto! Su majestad, tiene que creerme!

— No te creo, creo en Dios y en los testigos y todos concuerdan en que eres culpable! ¡Deja de mentir!

— Debe haber  más testigos, algún testigo que lo haya visto todo!

— De hecho, si que hay. Traigan al caballero Lion.

El humano estaba desesperado, nunca había asistido a un circo como este. Se notaba de lejos de que todo era amañado. En caso de que el juicio quedara impar los espectadores votarían por su ejecución. Estaba entre la espada y la pared. De pronto entro en escena el tal Lion, un chico posiblemente de la misma edad que Lion que llevaba puesta una gran armadura amarilla. Se detuvo y el rey formuló varias preguntas para el.

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