UN AMOR PROHIBIDO.

capítulo 4

Cierta parte de mi tenía celos al ver a la doctora y su pareja, me incomodaba la idea de no ser yo la que besaba esos dulces labios. Que pasaba dentro de mi es obvio que me gusta, pero esta casada y se nota que es feliz, intento pensar en MaJo  pero no me viene recuerdo de ella, sólo el contacto de ese momento con Scarlett.

Me paró de la mesa y me dirijo al baño, cuando estoy allá me veo al espejo y observó mi maquillaje y retoco un poco mis labios, cuando estaba recorriendo eso, en mi mente estaba la imagen de los labios de ella, un escalofrío se presentó en mi espina dorsal al sentir alguien dentras mío, me sonroje al ver quien era.

-Veo que alguien está recordando algo-dijo con una voz coqueta.

-ammm, si...nada importante-dije algo nerviosa.

-compermiso, necesito tambien arreglar mi maquillaje-comenzó a retocar sus labios, soy yo o está provocandome, veo como se inclina más hacia el grifo, Santa Maria,que trasero,que dulce tentación ,volteó mi cuerpo para irme, pero su voz resono en el baño.

-¿A donde vas?-sus ojos se posaron en mi, vi sus ojos verdes, que ya no eran esmeralda, mantenían ese color, pero estaban oscuros, pupilas dilatadas y excitado, maldita sea, me pierdo en ellos, me domina y me paraliza, observó su rostro y está serio, es como si estuviese analizando cada parte de mi,sus labios están entre abiertos y que ¡hermosa es!, su semblante cambia a una pequeña risa, notó sus hoyuelos, que me encantaron en el primer instante, inconscientemente beso esa zona, se sonroja, que tiernita, toma mis manos que es una sonaja por los movimientos, se acerca hacia mi y poco a poco sus labios se van juntando con los míos, cierro los ojos , cuando intentó abrirlos, veo que mis boca está con la suya en un beso, que domina cada partícula de mi cuerpo, suave al principio como los típico cientos, pero salvaje al compás del placer, sin pensarlo tome su cuello y profundice  el beso, tomo mi cintura fuerte y me pego a la pared, esto se torno salvaje, danzando por todo el baño sin separarnos, era como un sueño, parecía inexplicable el hecho de conocerla y ahora estuviéramos comiendonos a besos en el baño del evento de su esposo, con atrevimiento con mis manos comencé acariciar sus muslos hasta llegar a sus glúteos, gimio algo despacio, me vio con desesperación y ternura a la vez, algo de mi se me hizo que me estremeciera que mi corazón explotara y sintiera la necesidad de volver a besarla, quería además abrazarla, sentirla y ahí me di cuenta que me encantaba demasiado aún con el hecho de conocerla muy pronto.