Thor y Carol (Tharol) - Oneshots y Minihistorias

Sol de Asgard - Parte 3

– Yo los dejo a solas – dice Natasha para salir rápidamente de la habitación donde la tensión era palpable

Después de tantos años, ahí estaban ellos. Uno frente al otro.

Y Carol pudo confirmar que no había mirada en el universo que la hipnotizara tanto como la de Thor. Su corazón latía frenéticamente y sentía un nudo en la garganta que no le permitía hablar. Sintió nervios y eso fue lo que más le dio miedo, que se sintiera así con él a pesar de los años. Como si no lo hubiera olvidado.

– Perdón, no debí haber venido – dice Thor queriendo irse, ya suficientemente estúpido se sentía con creer que Carol no rehiciera su vida con alguien más, porque ella a diferencia de él siempre fue la más fuerte y valiente

No debió de escuchar, tal vez si no lo hubiera hecho no sentiría como si le hubieran dado el golpe más fuerte en su vida, de nuevo. Como cuando la fue a buscar y no la encontró a ella, solo a una carta...

"Lo lamento, pero yo no puedo seguir aquí. Está claro que ya no me quieren aquí, ni ustedes, ni Thor. Stark y Rogers tienen la razón, Jane los necesita más que yo a ustedes. Ya no tengo lugar aquí y de la misma forma en que vine me iré, sola.

No intenten buscarme, no los quiero ver.

- Su ex Capitana Marvel"

Aquella fue la primera vez que lloro más que cuando sucedió el chasquido de Thanos. Porque nuevamente había perdido a la personas más valiosa para él, y no en una batalla, sino con sus acciones, porque realmente fue su culpa.

El dios se gira para irse.

– No, Thor – ella lo toma del brazo para detenerlo – Necesitamos hablar

– No hay nada de qué hablar – responde el rubio volteándose a verla – Esta todo claro entre nosotros

– No es sobre nosotros – aclara aunque en parte si era de ellos, a lo cual Thor la mira confundido – Bueno sí, pero va mas allá

– Dilo de una vez

¿De qué le quería hablar? ¿De lo feliz que era sin él? ¿O tal vez reclamarle por el pasado? La mente de Thor volaba ante miles de preguntas. Pero mientras lo hacía, estas empeoraban, matándolo de los celos al cuestionarse lo que quería saber desde que escucho en la puerta ¿Con quién se había casado el amor de su vida?

– No aquí

– Danvers...

Estaba enojado y que la llamara por su apellido lo evidenciaba.

– Oh. Ahora soy Danvers – ella también se empezaba a molestar

– ¿Es tu apellido o no?

– Escucha, Odinson. Ya suficiente tengo que estar con la base del equipo que me quito la capitanía. No quiero que tus queridos amigos sepan lo que te voy a decir

– Ya no son mis amigos – aclara él seriamente – Lo dejaron de ser hace años, y está bien, yo tampoco quiero que nos escuchen

– Con su permiso, alteza – dice sarcástica Carol pasando por su lado para abrir uno de los ventanales del pasadizo

Ella sale volando por ahí y él la sigue, dirigiéndose ambos a un lugar alejado donde estaba la base de los vengadores. Carol aumenta la velocidad, no podía creer que él se hiciera el indignado y enojado, sabía que tenía sus motivos pero no era para tanto. Aunque en parte era porque se sentía nerviosa, esperando que la noticia no afectara su probable relación con Jane.