Capítulo 6: El aire

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Capítulo 6: El aire

Al salir Fernando de la casa de la familia Ballesteros Mondragón, observa que la noche estaba hermosa, una luna llena y una brisa fresca. Iba todo el camino pensando en el apretón y en la tomada de mano de Regina, pues era algo nuevo que experimentaba. Nunca había tenido contacto con una mujer.
Al pasar por el lago del Bramador, se da cuenta de una luz, y decide ponerse de un lado. Era el señor Ballesteros en su vehículo.
---- ¿Necesita usted un aventón hacia su casa? Le pregunta Rómulo con una sonrisa de oreja a oreja.
--- Sí, pero tranquilo, aun me queda aire para seguir caminando.
--- Muchacho venga, déjese de eso, que a fuera hace mucho frío, y esa temperatura es para la carne sin movimiento.
--- Si usted insiste.
Mientras iban de camino, Rómulo detiene el carro.
--- Ay no, se explotó un neumático del auto. Puedes bajarte y verificarlo.
--- Claro. Respondió Fernando con tranquilidad.
En el momento que Fernando se encuentra verificando el neumático del carro, Rómulo saca una pistola y le apunta a Fernando.
--- No me gusta la gente que se entromete en mis asuntos. Me incomodas en el trabajo, tu presencia me repudia, y ahora, te tengo que soportar cerca de las mujeres de mi vida.
--- Pero... yo no soy nadie para juzgarlo, señor. Respuesta de Fernando con voz triste.
--- Obviamente no eres nadie ni lo serás. Te dije que si te montabas en mi auto debías dejar el aire fuera, y eso haré. Pero tranquilo que el clima está bueno para las carnes sin vida.
Don Rómulo hizo varias detonaciones, dejando el cuerpo de Fernando sin vida, y con 5 perforaciones en el pecho.
--- ¿Todavía crees que te queda aire, negro?
Luego de esto, Ballesteros regresó a su casa. Visitó a Renata a su cuarto, le dio gracias por ser leal y rezó junto a ella. Después, fue a la habitación de Regina, le dio un beso en la frente y le dijo: reza, para que tengas paz y tranquilidad, momentos tristes se avecinan.
Al llegar a su cuarto, ya la señora Bernarda estaba dormida. Él la levanta y le pide explicaciones relacionadas a Fernando. Ella le dice, que mañana es otro día y que hablará con más calma.
--- ¿Mi amor, crees que todavía deseas seguir con aire?
--- Bernarda se gira y le contesta: sé que sí, porque soy una mujer de fe y de convicciones. Dios no me abandonará.
--- ¿Cuánto tiempo crees que te queda de aire, amor? Pero nada, descansa, hablamos mañana con calma.
Apaga la luz de la habitación.

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⏰ Última actualización: Jul 22, 2019 ⏰

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