cap. 2

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Llegué a casa, mis padres aún no llegaron del trabajo por lo que tuve que hacerme la comida yo sola.

No tenia mucha hambre por lo que abrí el frigorífico y me hice un bocadillo de jamón y queso con pan de molde con un zumo.

Si mis padres me viesen comiendo eso me matarían ya que "eso no es una comida en condiciones".

Recogí todo después de comer y me fui a mi habitación, me tumbé en la cama y miré el techo.

Miro la caja llena de libros que había llegado esta mañana en el camión de las mudanzas y me puse en pie.

Agarré un libro y volví a tumbarme en la cama; comencé a leer, ni siquiera leí el título, así sería más interesante la historia.

Dejé de leer en cuanto sonó el timbre; habia leido apenas la mitad de la primera página. Cerré el libro y me puse en pie sin entender quién demonios iba a llamar al timbre de mi casa cuando nadie nos conocía.

Abrí la puerta y vi a una familia con una sonrisa dibujada en el rostro; todos menos la hija; tendría más o menos mi edad, tal vez un año más o un año menos, estaba con el móvil hablando con sus amigas y eso es algo que a mi me sacaba de quicio.

La madre habló rompiendo el hielo.

-Hola, somos los vecinos de al lado; veníamos a presentarnos.

-Lo siento, mis padres están trabajando.

Quedé mirandoles sin sabes qué debia hacer; si dejarles pasar o mandarles a la mierda, aunque yo optaba más por la segunda opción.

-¿No están? Bueno, entonces volveremos más tarde... Oh! Ella es nuestra hija Charlotte, tal vez seais amigas.

La madre me dedicó otra de sus sonrisas y yo finjí una de las mías.

Estaba a punto de vomitar, Charlotte... Ese nombre me recordaba a la pija de mi anterior instituto que me hacía la vida imposible, y además ésta no se quedaba atrás por su apariencia; ella era rubia con el cabello bien peinado, recogido con una diadema rosada; las uñas pintadas de rojo putón y lucía con una chaqueta azulada de marca y unos vaqueros ajustados color blanco puro; me miró y me sonrío de una manera más falsa que ella misma y osó dirigirme la palabra.

-Hola, me llamo Charlotte, bienvenida al barrio.

Volvió a bajar la mirada hacia su asqueroso iPhone último modelo y ésta vez fue el padre quién dirigió la palabra.

-Bueno, pasaremos en otro momento cuando estén tus padres, siempre seréis bienvenidos a nuestra casa, sí?

Asentí con la cabeza y se alejaron camino a su casa; cerré la puerta con un suspiro.

De verdad esos son mis vecinos? Esperen... No van a venir los del otro lado, verdad???

Suspiré de nuevo y volví a subir a mi habitación cuando de pronto la puerta se abre; mi madre habia llegado al fin de trabajar.

Bajé corriendo las escaleras de nuevo entusiasmada.

-Mamá, mamá!, mamaaaa!!!!

-Qué quieres, pesada.

-Mamá, vinieron los vecinos a presentarse pero como no estabais en casa me dijeron que vendrían más tarde.

Vi que mi madre ae alteró de la nada.

-Más tarde??? No tengo nada preparado!!! Ahora tendré que preparar un bizcocho o algo!

Rodé los ojos y suspiré.

-Mamá, no es para tanto.

-Claro que sí, la primera impresión es importante...

-Como sea.

Me dispuse a subir de nuevo las escaleras y aceleré el paso cuando escuché que a mi madre se le cayeron los tapers d plástico q guardé descolocados en el armario.

-ALEXAAAAA!!!!!!

Sip, ese es mi nombre, ya me ha presentado mi madre por mi.

Me llamo Alexa y tengo 16 años.

Sí, como la de google, no se burlen.

Cerré la puerta de mi cuarto y me dispuse a continuar leyendo; ahora que estaba mi madre podría estar tranquila sin que me molesten unos vecinos plastas con su hija la pijocha.

Escuché mi movil sonar, le miro y veo un mensaje de mi padre.

"Volveré tarde a casa"

Grité para avisar a mi madre.

-MAMAAAAAAAA PAPÁ VA A LLEGAR TARDE!!!!!!

Esperé en silencio hasta que me respondió con un "Ok" y continué mi lectura tan interrumpida.

No tengo tiempo para enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora