Cap.10

11 1 8
                                    

Regresamos a casa.

Todo había cambiado muchísimo, Charlotte apenas me hablaba, pero por alguna razón que desconozco no me dejaba tampoco marcharme.

Salí al balcón, necesitaba aire fresco; miré a la gente que caminaba de un lado a otro, con prisas y tranquilos, con bolsas y manos vacías, con sonrisas y desesperaciones...

Suspiré, me encontraba agotada; apenas había llegado a este lugar y ya me había divertido, había triunfado y la había cagado, ya había hecho absolutamente todo, quería dormir y estar sola por una vez, ¿Quien dijo que tener amigos era una buena idea? Para mi estaba siendo una montañana rusa de emociones, hacía que mi cabeza diese vueltas, que sonriese, que me sintiese mal, que abriese los ojos o que volviese a mi fantasía...

Eran terribles sensaciones que me provocaban cada cambio de pensamiento, imposible de lidiar con la realidad que estaba viendo.

Cerré los ojos tratando de pensar cuando escuché una voz masculina a mis espaldas.

- ¿No estarás pensando en tirarte?

Me giré sobresaltada y le miré entreabriendo los ojos; era un chico bastante alto, con cabello marrón tirando a rubio bastante corto; me miraba de brazos cruzados esperando respuesta.

- N-no, solo estaba pensando.

Miró por encima de mi hombro y seguidamente volvió a mirarme a mi.

- Soy Sam, el hermano de Charlotte.

- No sabía que tuviese un hermano...

- Pues sí lo tiene, pero estuve en Alemania estudiando un tiempo, acabo de llegar, tú eres...?

- Alexa!! Te estaba buscando.

Una tercera voz femenina llegó a la habitación, me reconfortó el saber que Chalotte estaba aquí, aunque me ponía los pelos de punta que estuviese enojada conmigo... O eso creía.

- Oh hola Sam!! Veo que ya conociste a mi mejor amiga, Alexa, por cierto Alex, debo enseñarte algo.

Me tomó del brazo, aborrecía que me llamase Alex así de gratis pero agradecía que me sacase de aquella situación tan incómoda con su hermano.

- ¿A dónde me llevas?

- De nada

- ¿Qué?

- Pensé que te incomodaría estar a solas con mi hermano.

Como siempre, acertó, no sé cómo ni por qué razón, pero lo hizo, y me alegro muchísimo.

- ¿Te apetece tomar algo?¿Un zumo quizás?

- Pero... Acabamos de regresar del café.

- ¿Quieres o no?

- N-no...

- Pues yo sí

Total, que me vi arrastrada con mi supuesta nueva mejor amiga, hacia la cocina para tomar un zumo sólo por no tener que estar a solas con el desconocido de su hermano.

No tengo tiempo para enamorarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora