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Me buscaste durante tres semanas, me seguías a todas partes pero yo no quería escucharte.
No necesitaba que me explicarás lo obvio.
La tuviste antes que a mí.
Te aburrió y ahora querías a alguien más.
Y yo fui la perfecta candidata porque era perfectamente idiota.

Llegué del trabajo en la noche, había dejado de tocar en el centro, tú estabas en el sofá esperándome, me diste un susto de muerte luego la ira me invadió.

—Tu chaqueta y las camisas están dobladas sobre la mesa, toma lo que es tuyo y vete. No vuelvas a buscarme, ni a venir aquí— Mi voz se quebró al final, no quería que me vieras llorar.

Tiraste de mi brazo y me acorralaste contra la pared, intenté liberarme pero siempre fuiste estúpidamente fuerte, así que me concentré en ver al techo como si mi vida dependiera de ello.

—Soo por favor— Me removí en tus brazos con toda la fuerza que poseía, si volvías a hablar sería inevitable no llorar. Seguías intentando que nuestras miradas se encontraran pero yo hacía lo imposible porque no sucediera

—Basta, no me interesa. Nunca fuimos algo concreto, yo malinterpreté la situación y eso es todo, ahora por favor, por favor, déjame en paz— Suplicaba porque tu tacto me recordaba todas las mentiras bonitas que habías fabricado para mí.

Me apretaste contra tu cuerpo y tu aroma me invadió.

—Vas a escucharme, porque eso que teníamos si fue algo Soomin—

Y lo lograste, lograste que empezara a llorar, no podía cubrir mi cara porque tenías mis manos aprisionadas.

—Déjame, por favor Jungkook. ¿Que mas quieres de mí? ¿Que quieres probar? Ya me hiciste pedazos, ahora vete ¿quieres? Ya me humillé frente a ti y me viste vulnerable, probaste tu punto ahora solo...—

Me besaste, me callaste con un jodido beso y a pesar de que me resistí al inicio eventualmente terminé siguiéndote. Y te aferraste a mi cintura como si me fuera a deshacer. Pero tu beso solo hizo que llorara más.
Yo no merecía esto.

—Soo ella es...es mi novia— Vaya genio que eras Jungkook, yo ya lo sabía. — No tengo un porque para no haberla dejado pero créeme, nunca te he mentido. Creo que estoy con ella por costumbre pero tu eres a quien amo, te lo dije hace unos días y es porque de verdad lo siento. Tu me completas, tu llenaste mis vacíos entonces no me dejes Soo, no quiero sentirme solo de nuevo—

¿Por qué estas llorando si la que está en pedazos soy yo?
¿Por qué estás llorando si a la que llenaron de mentiras fue a mi?
¿Por qué estás llorando si eres tú el que nos engaña a ambas?

—Es mierda, todo es mierda Jungkook. ¿Esperas que crea que en verdad estás con ella por costumbre o compromiso? Estoy cansada de esto, no soy algo que puedes usar y tirar, no me interesan tus mentiras, no quiero esto para mí—

—¿Y si te prometo dejarla? Soo... en realidad sigo con ella porque... estamos comprometidos y no se como acabar con ello. Pero nunca la toco y está empezando a dudar. Si me das un poco de tiempo puedo prepararla y luego decírselo—

Quería mandarte a la mierda y al mismo tiempo acceder. Yo te amaba Jeon, para entonces ya lo hacía y dejarte ir me dolía pero a la vez quería mi lugar.

—Así que es eso... vas a casarte pero coges conmigo. Te odio, te odio Jungkook. Solo vete ¿si? No me importa que hagas con ella.—

Tu persistencia, algo que siempre admiré, en ese instante me molestaba, porque entonces enterraste tu rostro en mi cuello y susurrabas.

—No me hagas esto, sabes que estás mintiendo, no puedes mirarme a los ojos cuando dices que me odias. No lo sientes. Solo quieres herirme y lo estás logrando— Me tenías temblando entre tus brazos, tu cercanía siempre causaba eso en mí, una vez más estaba a tu merced y vaya que lo odiaba.

Yo no quería. Lo único que deseaba era desaparecer, pero tú seguías sin soltarme y odiaba la manera en que me había anclado a ti. Como si fueras la única respuesta.

—Jungkook yo...—

—Lo sé, no te mereces esto. Eres tú a quien quiero a mi lado y sé que te sientes igual, dame un poco de tiempo pero por favor no te vayas—

Era una mierda porque ante ti siempre fui débil. Y era una mierda porque no podía negarme.
¿Si sanaste mis heridas como no iba a serlo?
Me aferré a ti y a la estabilidad que representabas.
Yo no quería dejarte, aunque no fuera ella en tu vida no podía perderte.
Y te creí una vez más, quise pensar que cumplirías con tu palabra, confié en que solo serían unos días para tenerte a mi lado. Me dije a mi misma que podía con ello, que solo tendría que soportar un poco más.
¿Si ella ya dudaba era porque las cosas no marchaban bien no?

Entonces asentí y me miraste como solo tu lo hacías, cuando tus ojos reflejaban todas las luces nocturnas. Eso terminó por convencerme.

—De acuerdo, aquí me tienes de nuevo— Bastaron siete palabras para devolverle la luz a tu rostro. Sonreíste contra mi cuello y trataste de besarme, me aparté y al parecer entendiste que a pesar de todo seguía enojada.

¿Pero por qué yo no me sentía bien? ¿Si seguíamos juntos por qué continuaba este peso en mi pecho?

Esa noche te quedaste a dormir, nuestros cuerpos abrazados en mi cama y el calor que no sentía hace tres semanas. Pero estaba incompleta.

¿Así es como se siente un segundo lugar ahora que sabía que eso era lo que me correspondía?

No dormí aunque tu si lo hiciste. Y a la mañana siguiente por primera vez escuché una de esas frases a las que terminé por acostumbrarme.

—Debo ir con ella— Te despediste con un beso en los labios y tan pronto como cerré la puerta rompí a llorar de nuevo.

Hacer eso último se volvió parte de mi rutina.

Is There Somewhere? // J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora