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Ella lo sabía.
Ya no eran sospechas, estaba totalmente segura de que tenías a alguien mas.
Ni siquiera dormías con ella, pero seguías sin dejarla. Me gustaría saber a que esperas si lo único que repetías era que solo te atormenta.

Caminábamos por el centro y te alejaste para comprar unos helados, me senté a esperarte.
Los vi salir juntos, ella estaba histérica, la ira coloreando sus mejillas, todo porque éramos algo que ella no podía ver.
Tenía talento, había que admitirlo, pero aún no lograba encontrarme.
Tus ojos y los míos se cruzaron y como por variar tuve que esconderme. Volví a mi departamento de hecho, no quería verte más por ese día.

Y mis debates mentales continuaron, esto no estaba bien, yo lo sabía mejor que nadie. Pero cada vez que me arrepentía tú estabas de vuelta en mi mente y decidía esperar un poco más. Pero me destruía con cada paso que daba.
Me atormentaba pensando en ti y en ella, en cómo incluso la llevabas a lugares que tu y yo frecuentábamos.
Dudaba sobre si de verdad estabas haciendo algo para cambiar esto o si preferías vanagloriarte hablando sobre cómo tenías a dos tontas a tus pies.
Quería mi tranquilidad de vuelta, quería respeto para ambas, quería dejar de esconderme y de ser todo lo que nadie podía ver.
Podías haber mentido durante todo este tiempo y yo no tendría manera de confirmarlo. Porque no sabía nada de ti más allá de lo que tu mismo me habías contado.
No conocía a tus amigos o familia y claro que lo entendía, yo era parte de las sombras de tu vida, lo que tenías que guardar, pero entonces si mentías jamás me enteraría, y dolía como no te haces una idea.

Esa vez llamaste en la madrugada y como era usual en ti dijiste lo obvio.

—Ella lo sabe Soo, no quien eres pero sabe que no estoy solo— Lo veía venir, era cuestión de días.

Pensé entonces por qué ella no terminaba contigo y luego me recordé a mi misma accediendo a ocultarme en lugar de irme de tu vida. No podía reprocharle nada si se trataba de ti, la imaginaba llorando a la vez que yo lo hacía, quizás incluso la entendía. Tu estabas acabando con ambas y lo terminé de confirmar cuando volviste a hablar.

—No podemos arriesgarnos de esta forma nena. Vamos a tener que escondernos aún más—

Te tiré el teléfono, la ira emanando de cada uno de mis poros. Podías joderte si querías, yo estaba cansada de todo.
Volviste a llamar y te dije exactamente eso, pero una vez más terminé estando de acuerdo, me habías jodido la puta cabeza y solo me quedaba esperar a que acabaras con lo poco que quedaba de mi. Disculpas vacías y mas versos llenos de te amos.

Así fue como dejé de verte durante el día, aunque eso hacía todo mucho mas obvio y te lo mencioné la primera vez que no fuimos a tu departamento sino a un hotel. Cada vez más apartada de tu entorno, cada vez más distante.
Ustedes no vivían juntos pero si ella iba a verte y tu no estabas durante la noche era obvio que iba a sospechar. Aún así no dejamos de hacerlo.
Tus visitas se volvieron cada vez más escasas y me cuestionaba a diario si realmente estabas haciendo algo por dejarla o solo querías jugar conmigo para luego terminar de nuevo en sus brazos.
Empecé a quejarme, peleaba contigo constantemente, reprochándote el hecho de que hubieran pasado mas de tres meses y yo siguiera dándote "tiempo". Te enojabas, pedías paciencia o suplicabas. A veces una mezcla de las tres. Y yo solo lloraba en silencio, cuando por fin tu sueño se volvía profundo, mordía mis dedos y lloraba mientras tus brazos reposaban alrededor de mi cintura. En ocasiones así quería acabar con todo, dejarte y largarme en plena madrugada. Nunca lo hice de todos modos.

Is There Somewhere? // J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora