Con que es cierto que antes de morir ves la vida pasar frente a tus ojos, bueno estando aquí sangrando a punto de desaparecer es lo único que puedo hacer. Si estás aquí es supongo que quieres que te cuente mi historia, Esta es mi primera vez narrando así que tendrás que tenerme paciencia. Pero para entender mi historia tienes que seguirme el paso, ¿crees poder hacerlo? ¡Empecemos!
Mi nombre es Henry Lautaro, tengo quince años y tengo un poder más bien es una singularidad llamada "Refuerzo", esta singularidad me permite incrementar la fuerza en ciertas partes del cuerpo a voluntad. La fuente de energía de mi habilidad aún no la entiendo muy bien pero en el transcurso de la historia se darán una idea de donde previene, lo poco que sé es que proviene de fuerza universal que corre a través de las dimensiones y diferentes realidades alternativas. Esta fuerza es tan poderosa que si trato de usarla al uno por ciento instantáneamente no solo mi cuerpo explotaría, sino que el planeta se destruiría. Por eso cada día trato de entrenar más duro, debo volverme más fuerte para que algún día pueda controlar esta singularidad para poder pelear y no perder el control porque si lo hago el universo sería destruido. Todo comenzó exactamente hace tres meses en un experimento que acabó en una explosión pero empecemos desde el inicio. Soy de un pequeño país llamado Paraguay, no te confundas con Uruguay todo el mundo comete ese error pero en fin, mi país es más conocido como el corazón de Sudamérica porque se ubica en su centro. Si, lo sé, no tenemos mar ¿Y qué? Bolivia es el único que llora por eso nosotros tenemos el Rio Paraná que desemboca en el mar. Enfoquémonos en lo que nos interesa. Mi historia es bastante sencilla me he pasado la vida corriendo y lo digo en forma de broma por el simple hecho de que no podía correr ya que desde que recuerdo, uso muletas, ¿olvidé decir que tengo esclerosis? ¿Lo hice? Pues ahora ya lo sabes, y si te preguntas que es esta enfermedad pues te lo explico, la esclerosis es una enfermedad que impide que la persona que lo padece pueda mover normalmente las piernas, mis piernas son muy débiles para sostener el peso de mi cuerpo, por lo tanto uso muletas. Me diagnosticaron cuando tenía seis años, por eso mi infancia fue muy dura, siempre me molestaban en la primaria y ahora era peor en la secundaria. Me he pasado los días tratando de escapar de los abusadores de mi colegio, a veces lo lograba... A veces no.
Al tener quince años ya era un científico prometedor, era un genio en la Física, mi fascinación era la teoría del multi-verso, imaginarse que hay un "yo" en otro universo que fuera idéntico a mí pero con carácter diferente, podía ser bueno, malo, agresivo o bondadoso o tal vez más inteligente que yo, en aquellos días no tenía idea de que más adelante comprobaría la existencia del multi-verso. Me llevaría una gran sorpresa ya que en ese entonces esas simples palabras sonaban a pura ciencia ficción, ¿en que estaba? Ah ¡sí! Vivía la misma pesadilla de siempre, las mismas personas me molestan una y otra vez. Tenía suerte si terminaba en el basurero al final del día, normalmente me iba peor. Recuerdo cuando Kevin Lutterbeck, un chico de mi edad que venía de Argentina, caucásico con cabellos rubios y ojos claros, era muy atlético pero lo que más lo definía, era su carácter presumido y charlatán, algo agresivo por si me lo preguntas, si lo sé, seguro estas diciendo en tu mente "por qué no me sorprende". Él había venido con su familia a Paraguay porque su padre consiguió trabajo aquí ya que su país pasaba por una dura etapa por la subida del dólar y una seria crisis económica, luego estaba Brian Sousa, brasilero, trigeño, tenía un carácter calmado y serio. Su familia vino del Brasil porque él tiene una hermana menor que padece de Leucemia y aquí hay estudios avanzados sobre esa enfermedad aunque el tratamiento es algo costoso. En fin les estaba contando que una vez metieron mi cabeza en el retrete del colegio o aquella cuando me quitaron mis muletas y me metieron en el vestidor de niñas o esa que al estar bajando de las escaleras me empujaron y caí sobre la señorita Simpson, esa vez me fracturé un brazo y estuve en reposo algunas semanas, en ese momento estaba agradecido porque no vería a Kevin y Brayan por varios días. Lastimosamente pasó el tiempo y terminó mi reposo lo que significaba que tenía que volver a la secundaria. Normalmente hacía mucho calor aquí en Asunción, la capital de mi país, pero ese día amaneció nublado con una fuerte lluvia, antes de ir al colegio debía pasar a la universidad para ir a visitar a un profesor muy amigo mío que daba clases ahí se llamaba Robert Gray, era un australiano que vino aquí tentado por la biotecnología tan avanzada que había en el país. Era un hombre alto y muy apuesto algo fornido como habla inglés hubiera sido un problema la comunicación pero por suerte yo también entiendo el idioma, así que no tenemos tantos problemas cuando conversamos. Era un brillante científico escribió un gran libro sobre la astrofísica, viajes en el tiempo, material a prueba de fricción que soporta grandes velocidades. Un genio absoluto ¿Qué? ¿Acaso creían que mis conocimientos de física aparecieron en mi cabeza por arte de magia? Todo conocimiento que tengo sobre la física se lo debo a él. Lo que no entendía era la razón por la cual estaba en un basurero como este cuando podía estar allá afuera teniendo al mundo en sus manos. De seguro también se preguntarán como un chico patético como yo, era amigo de un respetado y muy hábil profesor universitario. Es sencillo, lo conocí cuando tenía diez años, estaba pasando por el estacionamiento de la universidad y el profesor Gray no me vio al retroceder su auto pasando encima de mí literalmente, no fue nada grave solo estuve dos semanas en la enfermería, como verán he pasado la mayor parte de mi vida en el hospital. El profesor Gray iba a visitarme seguido porque se sentía culpable por lo que pasó, al principio solo eran cortas visitas de poca charla veía como estaba después se marchaba, luego aumentó la cantidad de visitas y su duración. Nos hicimos buenos amigos por medio de ese accidente, con el tiempo me enseñó sus trabajos personales, su trabajo más importante llamado "Génesis" hablaba sobre la velocidad pero en este caso en la genética, si lograba que el experimento tenga éxito, teóricamente, podría alterar la genética corporal y así obligar a las células a regenerar tanto heridas superficiales hasta partes enteras del cuerpo, como amputaciones, a velocidades increíbles, su trabajo era asombroso, tenía todo pero necesitaba sangre de algún individuo que se regenere, como no existía un ser humano así recurría al ADN del lagarto ya que este animal podía regenerar la cola después de perderla, yo soñaba con que el profesor haga funcionar este experimento porque si lograba podría curarme y por fin podría caminar sin muletas, en ese tiempo no tenía idea que haría algo más que poder caminar, por eso me obsesioné con la velocidad yo soñaba más allá de solo acelerar la regeneración celular. Ahora ya están teniendo una idea de cómo conseguí mi curiosa habilidad ¿no es así? Pero no se adelanten mi capacidad de correr velocidades sobrehumanas no fue gracias a "Génesis", fue por otra cosa pero sigamos con la historia ¿en que estaba? Ah claro, el profesor Gray vio potencial en mí y lo emocionado que estaba por eso me convirtió en su discípulo, me enseñó todo lo que sabía y me pidió que le ayude con "Génesis" que no funcionaba porque estaba incompleta, con errores en la formula, pensó que una mente joven como la mía podía ser lo que su trabajo necesitaba y desde entonces he estado trabajando con él hasta hoy en día. Al llegar a la universidad me dirigí a su laboratorio me sorprendí al encontrarlo en pedazos, con evidencia clara de que el lugar había sido testigo de un explosión, empecé a buscarlo desesperadamente después de diez minutos levantando escombros me di por vencido ya que era inútil, no tenía fuerza para agarrar los escombros y al mismo tiempo sostenerme con las muletas.
En ese instante fue que entraba el profesor en la habitación todo sucio pero feliz con una taza de café sonriendo me dijo:
-¡Henry! Oh Dios... espero no haberte asustado, es que junté productos químicos que no debía e hice volar el lugar, quería ver que pasaba al exponer nitrógeno líquido con azufre, justo ahora vengo de la oficina del director y le conté una pequeña mentira sobre la explosión, le dije que una de las maquinas se sobrecalentó, el director no dudo de esta explicación por mi respetada reputación, pero en fin, ¿qué haces por aquí tan temprano?, ¿no deberías estar en la secundaria?
Yo me quedé en shock mientras me explicaba todo esto, cuando reaccioné le dije que estaba mintiendo, que él era muy inteligente para poder cometer un error tan grande por lo que le pregunté cuál era su verdadero propósito para hacer explotar el laboratorio. Robert me sonrió afirmando que yo tenía razón y luego me explicó el verdadero motivo... Me dijo que explotó el lugar para poder ser cambiado de instalación, es que el laboratorio del profesor Gray estaba en la planta baja y ahora que este estaba hecho un desastre el director no tendría otra opción que moverlo de lugar. Él quería tener su laboratorio en la parte más alta de la universidad para poder trabajar sin preocuparse de que lo molesten cada rato, porque en su puesto anterior llegaba gente que preguntaba lugares del campus porque se habían perdido. Luego de reírnos un rato me despedí de él, se me hacía tarde me fui no sin antes prometer que volvería al día siguiente para ayudarle a llevar su equipo a su nuevo laboratorio ya que no confiaba en nadie más que en mí, antes de retirarme tomé una pequeña cápsula de nitrógeno que estaba tirada por ahí entre los escombros y la guardé en mi mochila pensando que con tanto desastre nadie se daría cuenta de su ausencia. Había cometido un grave error, no solo debía haberla dejado en su lugar, ese día ni tenía que estar ahí, todo hubiera sido diferente si al salir de casa hubiera ido directo a la secundaria, hasta hoy en día me arrepiento de haberla tomado ya sabrán el porqué. Después de darle la mano a Robert me fui, en realidad faltaban dos horas para que las clases empezaran pero como no puedo moverme mucho y el campus es enorme tendrán que comprender que para alguien que usa muletas necesita siete veces más tiempo que una persona normal, esto es gracioso porque pensar en aquellos días que tenía que organizar mi vida desde que me levantara hasta que me acostara porque siempre me faltaba tiempo y ahora lo que sobra es tiempo, ya no soy esa persona que se preocupaba por organizar todo ahora soy tan espontáneo incluso si ya era tarde para el colegio no importara donde me encontrara siempre llegaba a tiempo aunque ya haya pasado la hora de la entrada. Me alegra haber dejado mi antigua vida atrás, dejé de ser alguien más... para poder convertirme en algo más... ¡Basta de palabrería! Sigamos con la historia. Aunque haya salido de la universidad dos horas antes de la entrada igual llegue veinte minutos tarde la profesora Simpson me regaño por eso y toda la clase empezó a burlarse de mí, pero no se preocupen ya estaba acostumbrado, era cosa de todos los días así que espero no haberlos desilusionados ya que seguramente pensaron que saldría llorando o algo así pues no. En fin, todo el día solo hubo burlas, gracias al cielo ese día no vi a Kevin ni a Brayan. Así que al terminar las clases fui a la tienda de Comics con la esperanza de encontrar algo interesante, por suerte encontré algo que valía la pena era un comic sobre una persona que era un asesino que fue clonado y este clon termino siendo bueno y el verdadero era el malo. Me lo llevé a casa cuando por fin llegué feliz por tener un buen día para variar, luego de cenar fui a mi habitación cansado por el día tan largo, me acosté y cerré los ojos esperando que mañana fuera también un buen día.
Pero, al parecer, estaba equivocado...
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DELIVERY: LA TRIPLE FRONTERA
Science FictionHenry Lautaro un paraguayo de 15 años con una enfermedad que le impide caminar logra curarse gracias a un experimento creado por un profesor de física de la Universidad pero no solo se da cuenta que ese experimento le dio poderes a él sino que tam...