CAPITULO IV: ¡NDERAKORE!

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    El día de mi cumpleaños se estaba poniendo mejor a cada momento, primero al despertar mi madre me había preparado un pastel de cumpleaños, segundo mis dos mejores amigos me regalaron cosas que realmente me servirían, tercero encontrar a Kevin y Brayan en ropa interior colgando del mástil de la bandera ¡eso definitivamente fue lo mejor! estuvieron por más de dos horas tratando de bajar a esos dos idiotas del mástil, cuando lograron bajarlos apenas podían caminar, estábamos en el siglo XXI todos poseían teléfonos celulares con cámara créanme no había ángulo que no habían sido capturados por los estudiantes, esas fotos y videos llenarán las redes sociales por décadas. Lo que no entendía era ¿cómo fue posible que terminaran allí arriba? Y lo más curioso fue porque desaparecieron en un segundo cuando me arrojaron en el bote de la basura porque el pasillo tenia veintidós metros de largo y para correr por ese pasillo le tomarían al menos un minuto no se pregunten cómo se tomar estas medidas tan exactas recuerden que soy un buen físico. Esto era un misterio que estaba a punto de descifrarlo poco a poco, la verdad este misterio sería algo que cambiaría mi vida, hice una posible lista de cuáles podrían ser las explicaciones lógicas a este enigma pero lo que no esperaba era que la respuesta tendría una explicación ilógica. Deje de darle vueltas al tema y después de que me dejaron de doler los pulmones de tanto reír, me dirigí a la universidad junto al profesor Gray estaba emocionado porque estaría cerca de la barra "XLR-Z" otra vez, cuando llegué a la parada del autobús me di cuenta que al revisar mis bolsillos no tenía para el pasaje debido a que me gaste todo el dinero que tenía en la compra de los materiales para mi maqueta, también me di cuenta que estaba hambriento, no sabía qué hacer, estaba varado en medio del camino de repente una fuerte ráfaga de viento apareció de la nada y de la misma forma que apareció esta desapareció. Me quedé anonadado por semejante experiencia, cuando todo paso fui a sentarme en uno de los asientos de la parada para mi sorpresa al bajar la mirada encontré un billete de... ¡cien dólares! me quedé con la boca abierta y enseguida lo agarré mirando cuidadosamente de que el billete no fuera falso porque pensaba que nadie sería tan tekoreí* para verla tirada en el suelo como si nada y no agarrarla, después de mirarla por más de cinco minutos decidí ir al banco que convenientemente estaba al lado de la parada de autobuses al entrar en el banco salude al guardia y me acerqué a la ventanilla temeroso diciendo "Buenos días quiero cambiar este billete a guaraníes*" tenía miedo que el billete fuera falso, no quería meterme en problemas mientras esta lluvia de preocupaciones me venían a la mente la cajera puso el dinero en frente mío diciéndome: "Aquí tiene"
     Yo me quedé con cara de sorprendido porque no tenía palabras en ese momento inesperado, solo alcance a escuchar las palabras que salían de mi boca que decían "Gracias". Agarré el dinero y me salí del banco con cara de estúpido no podía creer la suerte que estaba teniendo la torta, los regalos, ver humillados a mis enemigos y ahora encontrar cien dólares justo en el momento que más necesitaba dinero para el pasaje al igual que la comida. ¡La comida! Había olvidado por completo que tenía hambre, fui al local de comidas más cercana cuando lo encontré, ingresé y pedí la pizza más grande que tenían, ni siquiera comí ni la mitad de la pizza y ya estaba satisfecho, sentía que iba a estallar si comía otro bocado. Cuando iba a llamar a la mesera para decirle que no la iba a terminar noté que había un chico flaco y sucio sentado en la vereda que estaba vendiendo periódicos cuando cruzamos miradas note que no me estaba viendo a mi sino a la pizza que estaba comiendo, no sé porque, tal vez fue porque hace media hora yo también estaba hambriento lo digo porque sin darme cuenta alce la mano en forma de llamado para que el chico se acercara a mí, enseguida vino corriendo pensando que quería comprar algún periódico pero yo enseguida lo interrumpí preguntándole si quería acompañarme a terminar la pizza porque yo ya estaba satisfecho, el chico sin pensarlo dos veces se sentó del otro lado de la meza y empezó a comer la pizza la gente me miraba raro preguntándose cómo era posible que alguien le invite a comer a un chico de la calle, sucio y posiblemente un ladrón a un lugar tan decente como aquel lugar. No sé porque, pero no me importaba lo que la gente pensara verle a ese chico todo sucio pero feliz comiendo la pizza que me había sobrado me hacía sentir alguien importante lo increíble de todo eso, fue que aquel joven se había terminado en cinco minutos lo que yo no pude hacerlo en media hora, me ponía feliz ver a alguien así y saber que le di la oportunidad de sentarse en un lugar decente. Tal vez no tenía superpoderes pero ese día fui el héroe de alguien, eso me hizo sentir tan bien conmigo mismo.
        Mientras el chico comía le pregunte como se llamaba, este me respondió diciéndome que se llamaba Danny Cohene, luego le dije:
-​Hola Danny. Mi nombre es Henry, Henry Lautaro.
Este se rió, luego le pregunté cuántos años tenía, él me respondió diciendo que tenía diez años yo no podía creer que siendo tan joven ya trabajara en lugar de estar en el parque jugando como cualquier niño de su edad. De repente Danny me pregunto cuántos años tenía, me sorprendió su pregunta tan directa y luego le respondí diciendo:
-​ Bueno justo hoy es mi cumpleaños, cumplí quince años.
Danny se quedó con cara de sorprendido, nunca voy a olvidar esa expresión llena de pizza, luego me dijo:
-​¿Enserio? ¡Felicidades!   
Después de felicitarme dejo la pizza en el plato y empezó a rebuscar en su mochila sucia toda deshilada pensé que sacaría un cuchillo para asaltarme en ese caso ya me había adelantado agarrando disimuladamente un tenedor para defenderme si sacaba un cuchillo le clavaria mi tenedor justo en el ojo izquierdo. Pero lo que sacó no fue un cuchillo, fue un cuaderno viejo yo me quedé con cara de idiota al verlo y luego le dije "que bonito cuaderno" con una sonrisa confundida este me respondió diciendo que era para mí. No sabía qué hacer en ese momento entonces le dije que no podía tomarlo porque era de él, entonces Danny me dijo que él quería entregármelo como agradecimiento por haberme invitado la pizza yo le dije que no era necesario que me lo agradeciera, entonces Danny respondió diciendo:
-​Está bien, entonces tómalo como regalo de cumpleaños. Pero eso sí, aun te debo una por la pizza.
Ya no podía negarme así que simplemente acepte, él se puso feliz cuando lo tomé. Al abrirlo noté que estaban llenos de dibujos, Danny me dijo que de grande quería ser un inventor estaba sorprendido porque había dibujado buenos planos, estos planos estaban acompañadas de anotaciones, las hojeaba rápido hasta que llegué al final del cuaderno donde en la última hoja había una extrañaba máquina que parecía un pararrayos estaba a punto de leer lo que decía hasta que sonó mi celular, cerré el cuaderno de golpe y revisé mi celular era el profesor Gray, me había enviado un mensaje de texto preguntándome donde estaba porque me estaba esperando. Me había olvidado por completo de ir a la universidad es que me distraje con Danny mucho tiempo, cuando lo miré de vuelta el chico ya había terminado de comer no dejo ni una sola migaja eso fue sorprendente me volvió a agradecer por la pizza, se despidió de mi diciendo que ya tenía que volver a trabajar que aún me debía una por la pizza, antes de irse le dije que si me necesitara solo debía llamarme y estaría ahí donde sea y cuando sea. Él se rio asintiendo con la cabeza luego salió corriendo.
     Agarré la servilleta para limpiarme la cara. Mi cara tenía una expresión de alegría hasta que de repente mi expresión cambio radicalmente a una expresión horrorizada ya que al girar la cabeza hacia la ventana vi a alguien, ahí estaba el mismo chico que me siguió aquel día cuando subí al autobús estaba al otro lado de la calle. Lo reconocí por la ropa. Lo que no podía creer fue que ese chico era... ¡yo! ¡Me estaba viendo al otro lado de la calle! sonriendo al mismo tiempo que me hacía unas señas con los dedos "uno, cuatro, tres". ¡Que significaban esos números! me quedé viendo su mano izquierda tenía razón al pensar que haber visto algo así como una especie de guante electrónico, pero ahora lo podía ver con más detalle más bien parecía una pieza delicada de muy alta tecnología, me pareció ver que en su centro había algo así como una fuente de energía, no sé porque pero sentí una cierta conexión con esa cosa mano como si me llamara. No entendía lo que estaba pasando. ¡Pero ese tipo era yo!, pero no lo sentía como si fuera yo porque este yo era más robusto, más diferente pero no había explicación únicamente debía ser yo. Esto duró unos segundos porque cuando iba a levantarme para salir del restaurante para ir junto a él pero en ese momento paso un auto frente a mí y ya no se encontraba nadie, pero eso era imposible la calle era muy extendida como para correr y aunque hubiera corrido lo vería, no podría desaparecer así como así. Lo único que pude decir en ese momento fue... ¡NDERAKORE!



[*Nderakore: Expresión paraguaya que se encuentra en el idioma Guaraní (Segundo Idioma oficial de Paraguay) esta palabra se usa cuando uno está en un estado de frustración]

DELIVERY: LA TRIPLE FRONTERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora