Capítulo 34

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- No, de ninguna manera.

- ¿Ni por qué te lo pido yo? - dijo rozando mi nariz con la suya.

- ¿Te lo mereces? - repliqué tratando de no caer en su encanto.

- Tal vez no, pero entonces, hazlo por Gemma, no se lo espera y le encantará.

- Me da vergüenza cantar en público - finalmente acepté.

- Pero, lo haces muy bien, en serio, además, yo no soy cantante profesional tampoco - señaló acariciando mi mejilla con las yemas de sus dedos.

- Pero, estoy segura que cantas mejor que yo.

- Claro que no, anda corazón, por favor.

- Pero, Harry, sólo he cantado en la ducha.

- Y te repito que no lo haces mal - me dio un suave beso en los labios - piensa que es un regalo para mi hermana pequeña, anda di que sí.

- Lo voy a pensar, ¿vale?

- Está bien, por ahora me conformo con eso.

Terminé de leer la canción y era realmente hermosa, todo lo que decía yo lo sentía por Harry, a pesar de sus arranques de celos, entonces, me entró la curiosidad por conocer la historia de amor de Gemma y su prometido.

- Harry, está canción es preciosa.

- Yo la escribí - dijo muy orgulloso.

- ¿En serio? - pregunté más que sorprendida.

- Sí, ahora que estuve en Europa, en mis ratos de soledad.

- Y por cierto, ¿cómo fue que se conocieron Gemma y Dylan?

- Por Eleanor, es su hermana, ella y Louis estuvieron juntos en la preparatoria y se hicieron novios, pasó con nosotros una Navidad y Dylan la acompañó, la chispa surgió a primera vista, esa semana no se separaron ni un momento Gemma y él, pero eran muy jóvenes los dos, después se dejaron de ver un tiempo y cuando volvieron a reunirse se hicieron novios, luego ella se fue a Paris y él la esperó, en cuanto regresó le pidió matrimonio y de inmediato empezaron con los preparativos, ¿te acuerdas que cuando nos conocimos te dije que no estaba disponible el fin de semana?

- Por supuesto que lo recuerdo - respondí mientras me ruborizaba, me habían pasado mil rollos por la cabeza por su ausencia y aparte había hecho su extraña sugerencia.

- Ese fin de semana fue cuando hicieron formal su compromiso, así que tuve que volar a Seattle para estar presente.

- Yo pensé que... eras casado y tenías que estar con tu familia.

- ¿En serio pensaste que era casado?

- Sí, eran tan raras esas reglas que pensé que las tenías por temor a que tu esposa descubriera tu secreto.

- Ay corazón, tienes una mente muy creativa, pero te equivocaste, sí estuve con mi familia, pero con mis padres y mis hermanos.

- Jamás se me ocurrió.

- Por cierto, tú no me has contado nada de tu familia.

- No hay mucho que contar, soy hija única, mis padres se divorciaron cuando yo tenía cinco años y viví con mi madre, hasta los dieciséis, cuando se casó por segunda vez me fui a vivir con mi papá, hasta que terminé la carrera y luego me fui a Nueva Jersey por el trabajo, pero ellos son muy fríos, hace mucho que no hablamos, mi mamá viaja constantemente porque su esposo es jugador deportivo y mi papá es empresario en México, así que siempre está ocupado y también volvió a casarse hace año y medio.

Nobody Compares |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora