8 장

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Namjoon se despertó con la sensación de la boca de su prisionera chupándole su dura verga. Hizo una especie de silbido al despertarse por completo, y se le atoró la respiración en el fondo de la garganta cuando abrió los ojos y vio que la hermosa boca de _____ le estaba haciendo otra de sus desvergonzadas mamadas.

El collar alrededor de su cuello aumentaba su excitación; su atracción por las imágenes de sumisión femenina era innegable y de larga data.

Se dio cuenta de por qué se la estaba chupando, por supuesto. No era estúpido ni fácil de engañar.

_____ no quería morir.

Estaba haciendo todo lo que se le ocurría para tratar de mantenerlo contento con ella, satisfecho con ella. Estaba haciendo lo imposible por anticipar sus necesidades aun antes de que las tuviera.

Era endemoniadamente buena para eso. Se perdió en su calentura, su capacidad de pensamiento era equivalente a la de un adolescente hormonal. No había estado con una mujer en mucho, mucho tiempo. Tanto que parecía una eternidad. Era difícil pensar en algo que no fuera _____.

"¿Qué más haces, además de la cabeza?", murmuró Namjoon, con voz profunda. La miró fijo a través de los párpados pesados; su verga estaba más dura que lo que recordaba que estuvo jamás.

"Apuesto a que tienes una conchita dulce y estrecha".

Ella levantó inmediatamente su oscura cabeza. Un cabello largo, brilloso, de color castaño enmarcaba un rostro exóticamente sensual. Sus labios estaban un poco enrojecidos e hinchados, dando una pista de lo que habían estado haciendo allí abajo. Tenía pómulos altos, y una nariz pequeña. Pero su mejor rasgo, para él, eran sus ojos color marrón chocolate. Eran bien redondos y poco rasgados, le daban el aspecto de una inocente conejita.

Ella se humedeció los labios. "Yo... es estrecha, sí", susurró. "Mi vagina, quiero decir". Se aclaró la garganta. "¿Quieres sentirla?".

A Namjoon se le anudó la culpa en el estómago, haciendo que frunza el ceño, desluciendo su cara. _____ debe haber pensado que estaba enojado con ella, porque sus ojos se agrandaron y se levantó rápidamente, preparada para montarse en su falda.

Su verga estaba tan dura que le dolía. Su quijada estaba apretada, sus músculos contraídos. Quería entrar en su concha más de lo que quería respirar, pero...

"_____", gruñó. "Yo...".

"Te prometo que es estrecha", dijo rápidamente, otra vez con esa mirada medio histérica. "No he tenido sexo en mucho tiempo". Su sonrisa era temblorosa. "Si sólo me dieras la oportunidad y me dejaras ponerte adentro mío, estoy segura de que pensarías que es lo suficientemente estrecha".

Namjoon exhaló.

"Y si no", agregó con prisa, "eh, bueno... puedo hacer ejercicios que me harán más estrecha". Saltó sobre él sin más y le tomó la gruesa verga con sus pequeñas manos. "Te prometo que te haré sentir bien", susurró, sus ojos buscando nerviosamente su cara como esperando una respuesta.

Toda esta dulce sumisión sexual hacía difícil pensar racionalmente. Estaba sentada sobre su falda, con una pierna a cada lado, la abertura de su conchita acomodada en la cabeza de su verga, sus increíbles senos de alargados pezones rosados al descubierto para él.

Ver el collar alrededor de su cuello, el mismo que estaba asegurado con una cadena enganchada a un cerrojo en el piso, hacía que su erección se endureciera más segundo a segundo.
Quería cogerla, con urgencia. Con tanta urgencia que le dolían las pelotas. La culpa estaba allí, pero no podía competir.

"Veamos qué tan estrecha es tu conchita", dijo Namjoon con voz profunda. Sus grandes manos alcanzaron y acariciaron sus pechos. Pasó los pulgares por sus pezones, alargándolos. "Envuelve mi verga con ella".

_____ obedeció inmediatamente. Él apretó los dientes mientras ella se hundía, su duro pene envuelto y seguro dentro de la concha más cálida, estrecha y jugosa que jamás sintió.

Gimió cuando ella comenzó a cabalgarlo lentamente, su conchita más succionadora aún que su boca.

Se veía como la esclavita perfecta, una imagen mental que le daba trabajo no invocar, dada la situación. Tan dulce y sensual, tan sumisamente dócil y lista para satisfacer los caprichos de su amo.

No quería ver a _____ de esa manera, porque su fetiche ya le había traído suficiente dolor a su vida, pero no podía evitarlo. El deseo de dominar sexualmente a la mujer que le pertenecía era tan intrínseco a su personalidad como respirar.
"Más rápido", dijo entre dientes. "Tienes que hacer más que esto para satisfacerme".

Sus ojos se agrandaron al acelerar el ritmo, obedeciéndole instantáneamente. Sus orificios nasales se agrandaban mientras sus hermosas tetas se zarandeaban en sus manos. Él inclinó la cabeza hacia arriba para poder jugar con sus pezones, lengüeteando y lamiéndolos mientras ella rebotaba hacia arriba y hacia abajo sobre su verga. Él envolvió uno de sus pezones con sus labios lanzando un gemido; la dura erección que ella le producía le estaba haciendo perder la cabeza de la calentura.

Ayer, antes de que ella lo hiciera acabar por primera vez, Namjoon se había sacado el uniforme que le había robado a un guardia de la cárcel simplemente porque la estufa había calentado demasiado la cabaña. No se necesitaba mucho para calentar por demás un lugar tan pequeño. No pensó demasiado cómo reaccionaría _____ ante eso, hasta que enloqueció, suponiendo obviamente que él tenía la intención de violarla allí mismo.

Estaba demasiado cansado para estar de pie, mucho menos para forzar a alguien a tener sexo. Pero ella no lo sabía.

Desaparecidos [ Kim Namjoon y tú] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora