Se sentía emocionada con eso de quedar con Norman, era algo nuevo y excitante para ella, nunca había despertado interés en nadie y ahora lo había hecho en su profesor.
No era un interés sexual, solo interés.
Estaba encantada con la idea de pasar algún tiempo, con alguien a quien parecía importar.
No le conocía de nada, e iba a tomar precauciones, por si al final resultaba ser un loco.
Se había arreglado más de lo habitual y hasta se había atrevido a ponerse un poco de rímel , colorete y pinta labios.
Beth, era una chica muy hermosa, tenía un pelo color cobre, con algunas mechas anaranjadas que le llegaba un poco más abajo de los hombros, su tez era algo pálida ,sus labios eran voluptuosos y sensuales.
Tenía un cuerpo y un rostro muy armónico, pero con la muertes de su hermano, adelgazó demasiado, empezó a tener horribles ojeras y perdió el brillo de su mirada.
Se puso su camiseta favorita, unos shorts vaqueros y unas zapatillas, para ser más exactos unas vans negras.
Bajo las escaleras mirando el reloj, el cual marcaba ya las tres y media.
Iba con el tiempo justo.
Salió de su casa y se encaminó hacia el pueblo.
Su casa estaba algo apartada de la zona urbana, daba más a un pequeño bosque.
Se puso sus cascos y empezó a caminar.
Cuando de pronto chocó con un chaval.
- Ay, perdona, no te había visto.
Dijo Beth, mientras observaba al chico, el cual era muy atractivo.
-No pasa nada, también ha sido culpa mía, estaba atento al móvil.
Le dedicó una sonrisa a Beth y le pregunto qué donde se encontraba la biblioteca del pueblo.
-Anda, que casualidad, yo también voy a la biblioteca.
-Genial.
Mientras que caminaban, Beth no podía dejar de mirarlo de reojo.
-No pareces ser de por aquí.
-Acabo de llegar con unos amigos, venimos a la facultad de química.
-Estas aquí por estudios, entiendo.
-Si, es que en mi pueblo no había. Bueno y tu ¿qué estudias?
-Yo, emm estoy en bachiller.
-¿En qué curso?
-En segundo.
-Creí que eras algo más mayor.
-¿Y eso?
-No se por tu cara, pero no le des mucha importancia.
-Bueno, mira , esta es la biblioteca
-Pues al final estaba más cerca de que lo que pensaba.
Beth se rió.
-Bueno, tengo que irme, que llego tarde a mi cita.
Dijo Beth, a la cual se le cambió la cara al pensar en como sonaba esa frase.
-Ah, entiendo.
Dijo él con una sonrisita.
-No, no es lo que parece, es una cita con mi profesor, ósea, que he quedado para estudiar.
El joven se rió aún más al ver, lo nerviosa que se ponía Beth al intentar explicárselo.
-Vale, vale, lo he entendido, venga te dejo.
-Genial, si, me voy que llego tarde.
Cuando Beth ya se estaba alejando.
-Oye, espera, aún no se como te llamas.
-Me llamo Beth, y ¿tú?
-Yo me llamo Eric.
Se despidieron con la mano y cada cual siguió su camino.
Nada más entrar, vio la figura sensual de Norman, sentado en la mesa del final, al lado de la puerta.
Leia un libro de portada negro que parecía algo antiguo. Norman estaba tan sumido en la lectura que no notó la presencia de su alumna.
-Hola
Dijo Beth con una amplia sonrisa.
-Hola Beth,no te había visto.
La mirada de Norman recorrió a Beth y pareció estar satisfecho con lo que veía.
- Bueno, siéntate donde quieras.
Beth tomo asiento en la silla que se encontraba enfrente a la de su profesor.
-Entonces ¿estás preparada para que empecemos?
-Supongo que sí.
-Genial, a ver lo primero que debes saber, es que esto es real, que todo lo que yo te cuente es cierto.
-Mmmmm, vale, creo, no se , ya iré viendo.
-Pero he de avisarte que una vez que aprendas esto, tu vida no será la misma.
-Uuu, que misterioso y dramático todo ¿no?
-Ahora puede resultarte raro, hasta puedes pensar que me drogo, o que estoy loco, pero lo cierto es que cuando avancemos, te asombrarás, y espero que sea gratamente.
-Bueno, por probar no creo que me muera.
Ambos sonríen, aunque Norman está algo tenso.
-Lo primero que debes saber es que no sabes nada del mundo en el que vives, ni de las personas que te rodean.
-Emmm, ¿Cómo ? Eso no lo pillo.
-Tranquila Beth, dale tiempo al tiempo y ya verás; pero debes tener en cuenta que los accidentes no existen.
-Bueno, ahí yo discrepo.
-Beth, los accidentes no existen.
-Pero...
-Beth, pero nada, esa es la primera idea que debes tener más que clara, que todo sucede por una razón.
-Lo intentaré, aunque con cosas como la muerte de mi hermano, pues no sé, pienso que es un accidente.
-Ya hablaremos de eso más adelante.
-Vale.
- ¿Crees en algún Dios o en algo?
-No, la verdad es que ahora que lo pienso, dejé de creer en dioses, cuando Tommy murió .
-Pues te presentaré esta noche, al único y verdadero, al Dios infinito y todo poderoso.
Beth lo miro con cara de no saber si lo decía enserio o se estaba burlando de ella.
-¿Esto va enserio?
-Beth, para nosotros, Dios, es energía, es fuerza, poder, no un cuerpo material, no es como el Dios cristiano, o judío.
-Entiendo, pero en el fondo es como no creer en nada.
-No, puesto que Dios es una fuerza superior a la nada, nuestro Dios creó la nada y todo lo que hoy podemos contemplar. Y a diferencia de vosotros , nosotros tenemos comunicación con el.
Beth estaba apunto de echarse a reír, pero se lo pensó dos veces y aguanto la risa.
-Beth, esta noche lo veras, te lo presentaremos .
-¿Me lo presentaréis?, creía que eras nuevo, y no conocías a nadie de este pueblo.
-La verdad, es que siempre he vivido aquí, solo que me fui durante unos años, y ahora he regresado de vuelta a mi hogar.
-Vale, entonces ¿hay más gente que tiene tus mismas creencias?
-Pues si.
-¿Sois una especie de secta?
-No, claro que no, es más bien, una reunión en la que debatimos teorías y hacemos diversos experimentos.
-Uf, me estoy perdiendo eh.
-Normal, bueno no te preocupes, puede que aun no estés preparada, así que mejor iremos más despacio, posponemos lo de esta noche para dentro de un mes, ¿ te parece?
-Bueno, venga.
-Mientras tanto quedaremos y te explicare cosas, y luego empezaremos con lo más básico.
-Vale como tu veas.
-Creo que por hoy llevas ya mucha información en la cabeza, espero que esta noche la proceses y mañana podamos continuar.
-¿Ya hemos acabado?
-Si, era una introducción.
-Yo creí que esto me iba a llevar más tiempo.
-Si quieres busco algo para que hagamos ahora.
-Mientras que no tenga que ver con filosofía o cosas raras.
Norman no puede evitar reírse.
-Claro, ¿quieres que vayamos a tomar algo?
-Mira eso suena genial.
Norman se apresura para recoger sus cosas y salen de la biblioteca.
-¿Te importa que pasemos antes por mi casa?
-No.
Dice Beth.
Se encaminan hacia la otra punta del pueblo, siguen caminando y dejan atrás la biblioteca, y el pueblo en sí.
A lo lejos en medio de un pequeño bosque se ve una casa, algo antigua y tétrica .
-No me digas que vives ahí.
-Efectivamente, esa es mi casa.
-No me jodas, si parece sacada de una peli de terror.
-Que exagerada, solo está algo vieja , pero ya está.
-Normal que te rayes tanto con todo si vives ahí.
Ríe Beth, Norman la fulmina con la mirada, pero rápidamente le sonríe.
Cruzan la carretera que les separa de la casa.
La vista desde allí es aun mas diabólica y da más miedo.
Está pintada de un color verdoso muy oscuro, más bien estaba pintada, la madera está podrida, hay hasta una ventana con el cristal roto.
Beth se estremece al ver como se mueven los árboles que tiene detrás la casa.
Tiene la sensación de que algo malo va a suceder, le empieza a recorrer el cuerpo un escalofrío.
-Enserio, no se como puedes vivir ahí, es un sitio puuf, horrible, para que mentirte.
-Que exagerada, vivo ahí, porque es la casa de mi tía , y la pobre está algo mayor y necesita que alguien la cuide.
-A, no lo sabía,pero aun así deberías reformar la casa, o algo, es que da miedo verla.
-Ya, eso tenemos pensado, pero por el momento no tenemos presupuesto y la verdad es que una vez que te acostumbras resulta hasta acogedora y todo.
-Eso no me lo creo.
Ambos se empiezan a reír.
Al llegar a la puerta principal, Norman mete la llave que lleva consigo y abre la puerta.
Le cede el paso a Beth y mira hacia atrás, como intentando buscar algo o a alguien con la mirada.
-Bueno, por dentro está algo anticuada, pero no me resulta tan terrorífica como por fuera.
-Ves, te dije que no era para tanto
-y tu tía ¿está aquí ahora?
-No está con sus amigas.
-¿Puedo saber la edad de tu tía?
-Si, tiene 79 años.
-Y aun conserva la vitalidad necesaria como para salir con sus amigas.
-Pues si.
Beth sonrió tristemente, acordándose de que hacia ya bastante que no salía con ninguna de sus amigas, la verdad es que ni se había percatado de que ya no tenía,que respecto a eso estaba bastante sola.
-Oye subo arriba, espérame aquí si quieres, o échale un vistazo a mi casa encantada.
Beth no pudo evitar sonreír.
Una vez sola en la planta baja, Beth decidió darse una vuelta por la casa.
Todo le parecía igual de viejo, triste y tétrico.
Pero hubo una habitación que le llamó la atención, puesto que la puerta estaba pintada de rojo.
Se quedo parada un minuto pensado en que habría dentro, empezó a girar el pomo, pero la puerta no se abrió, puesto que estaba echada la llave.
-Vaya es una pena, ¿qué habrá ahí dentro?
-Ya estoy.
Beth pego un salto al oír a Norman, el cual estaba justo detrás suya. No había notado su presencia y mas sentía algo avergonzada por parecer una fisgona.
-Dios, que susto.
-Veo que a todos os llama la atención la puerta roja.
-¿A todos?
-Si, la poca gente que ha venido aquí, ha acabado yendo a la puerta roja.
-¿Puedo saber lo que hay?
-La verdad es que no.
-¿Enserio?
-Si.
-Em, bueno dejare libre mi imaginación.
-Bueno, puede que en algún momento te lo diga.
-¿Sabes a qué me recuerda esta situación?
-No, a ver sorpréndeme.
-Al cuento de barba azul.
Norman empezó a reírse .
-Lo que hay son chismes viejos y algún que otro amuleto y cosas de esas.
-Estaba mejor cuando parecía que había un muerto o algo.
-Ya, la realidad suele decepcionar, pero otras veces supera la ficción.
-Cierto.
-¿Nos vamos ya? ¿O quieres que sigamos con la ruta por mi casa?
-No, vámonos.
Cuando se alejaban, se escuchó un ruido que provenía del interior de la habitación con la puerta roja.
Beth no pudo evitar girar la cabeza, Norman también lo hizo, pero mucho más despacio que Beth.
-¿Qué ha sido eso?
-Habrá sido alguna rata tirando algo.
-No ha parecido ser una rata, si no más bien un golpe seco, producido por alguien.
-No creo que haya sido eso, aquí no hay nadie más.
-Bueno, dejemos de darle vueltas, seguro que ha sido una rata.
Salieron juntos y se encaminaron hacia el pueblo.
-¿Te gusta el campo?
-Si, es un sitio de paz , tranquilidad y vida.
-¿Quieres que vayamos ahora? ¿O prefieres ir a una cafetería?
-Pues no sé, creo que hoy me apetece mas ir a la cafetería.
Dijo Beth, pensando en que algo no le cuadraba.
-Bueno, pues ya hemos llegado, Norman abrió la pesada puerta gris y le cedió el paso a su alumna, la cual sonrió y entró.
Se sentaron en la mesa más alejada de la puerta, que a su vez tenía una ventana.
-Que sitio más bonito.
Dijo Beth, tras contemplar la cafetería, la cual tenía un aire muy moderno, con mesas de cristal, sillas tapizadas con dibujos étnicos , mucho color en las lámparas , persianas en vez de cortinas, unos sillones coloridos y un sofá en forma de labio.
-Pues si, ¿nunca habías venido aquí?
-No la verdad es que no.
-Pues ponen unas lasañas buenísimas.
-Algún día la probaré .
-Si, debes hacerlo, están riquísimas .
Llego la camarera para tomarles nota.
-Hola, buenos días, ¿qué desean tomar?
-Yo quiero un batido de caramelo y un cruasán .
dijo Beth.
-Y yo, quiero lo mismo.
Beth se le quedo mirando algo sorprendida pero a la vez contenta.
Tras terminar Norman le propuso a Beth acompañarla a casa, esta acepto.
-Bueno esta es mi casa.
-Nada que ver con la mía.
Ambos se sonrieron y al llegar a la puerta se quedaron parados mirándose.
Beth no sabía que decir, así que optó por darle dos besos y despedirse, pero en el momento en el que Beth fue a darle el beso, Norman se movió, atraído por el ruido del patio trasero de la casa y los labios de Beth, fueron a parar a los de Norman.*La chica de la portada es Beth.
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Muy muy lejano.
SpirituálníLa soledad más inmensa la invadió tras la muerte de su querido hermano, dejo de ser la misma, perdió la alegría, perdió la fe en todo acto humano, hasta que lo conoció a èl y se metió en un mundo del que ya no tenía la opción de salir.