¿Ya No Me Amas?

577 70 14
                                    

*Narrado por Aristóteles Córcega*

Mi corazón me latía al mil por hora. Los nervios y la desesperación inundaban mi cuerpo. No entendía que pasaba, no sabía porque razón Temo me había dicho que no.

Temo me llevó lejos da gente, a la sección de religión donde casi nadie iba.
—Aristóteles sabes que yo te amo, y no tiene que dudar de eso nunca, es simplemente que
—¿Estas enamorado de otro?
—¿Por qué dices eso?
—Porque no entiendo porque otra razón me rechazas
—Ari yo no te estoy recha...
—¿Entonces eso que fue?, para mi fue un "no gracias".
—Ari yo no quiero que...
—¿Qué? ¿Estar conmigo?, eso ya me quedó muy claro.
—¿Me podría dejar hablar?
—Es que Temo, o sea, ve todo lo que esta pasando. No encuentro alguna razón válida por la que suceda. Por favor ya dímelo.
—Ari, no te mentiré que estos últimos meses te he sentido muy lejos de mí.
—Pues si, porque he estado trabajando para poder comprarte ese anillo y darte esa sorpresa
—¿Es por eso que has estado tan ocupado?
—Temo, yo siempre te prometí darte solo lo mejor y aquí estoy, entregandote mi corazón y pidiéndote que seas mi esposo y tú simplemente no sabes que decir. Me duele y me lastima mucho que tú...

Temo me jalo hacia él y me beso enérgicamente. Su cuerpo se pego al mío y mis manos bajaron por su cadera, mientras que las de el se colocaron en mis hombros. Temo era la bajito que yo, por lo que nos acomodabamos perfectamente. Sus labios eran tan dulces y tiernos. Yo me estremecía con tan sólo tenerlo cerca. Él tenía ese poder en mi, me hacía olvidar hasta mi enojo.

Nos besamos sin parar un buen rato, hasta que de pronto se separó de mi.

—Aristóteles Córcega, jamás pienses que he dejado de amarte, porque yo nunca podría dejarte ir. Eres y serás mi primer y gran amor, por lo que ahora te digo mi respuesta.

Mi corazón comenzó a palpitar muy rápido, mis piernas me temblaban y no sabía que decir o hacer.
—¿Entonces eso es un si?
—Pues... Pues si TAHI, obviamente.

Yo grite de emoción y me reí. Levante a Temo entre mis brazos y le di muchas vueltas. Lo besé intensamente una y otra vez. Saqué el anillo y se lo puse en su dedo.

—Esto es la promesa de que un día no muy lejano seremos los Córcega López. La unión de dos grandes familias con mucha suerte. Y tu Cuauhtémoc López eres el hombre que había esperado en mi sueños y hoy por fin, te tengo aquí.

A Temo se le salieron muchas lágrimas y yo lo entendí. El sentimiento era mutuo.

Lo Que Siempre Quisimos Ser. #Wattys2019 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora