Tuyo.

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Mi cuerpo temblaba como gelatina. Sentía mucha vergüenza. Pero Ari me sonrió y me miro a los ojos.
—No tengas miedo Cuauhtémoc, tampoco sientas vergüenza, este eres tú y yo, uniendo nuestra relación de otra forma.
Ari me inspiraba tanta confianza y yo sólo asentí.
—Si Ari, tienes razón. Este es nuestro momento. Sólo somos tú y yo.

Ari no se detuvo y continuó con su camino, entre mi abdomen y bajo hasta mi pantalón. Olfeo mi perfume y sonrió. Sabía que le encantaba y por eso lo había puesto en varias partes de mi cuerpo hoy. Me quedé un poco nervioso por lo que pasaría a continuación. Bajo mis pantalones y vio mi ropa interior, olfateo por encima encantado por el olor, mientras susurraba: "Temo, tú si que sabes seducirme y le das justo en el blanco". Yo me quedé inmóvil mientras sonreía para mis adentros, porque todo estaba planeado con detalle. Mi miembro saltaba bajo mi brief, y Ari lo sentía. Paso su lengua justo por encima de él y mi cuerpo se acelero. Mis músculos se contrajeron y por ende mi pene brinco.
—Parece que alguien esta feliz de verme—Con cuidado bajo mi ropa interior y lo dejo al descubierto—Vaya Temo, no pensé que tuvieras tan grande el asunto. Justo como me gustan. Ari alzó la vista y me guiño el ojo, mientras se lo introducía a su boca.

Mi cuerpo se retorcía de placer, Ari no solo era maravilloso con la boca para cantar, sino también para chupar. Hacia que mi miembro se rindiera en su lengua. Mi cuerpo se dejaba complacer por las frías manos de Ari. Sus embestidas eran maravillosas y sentía cosquillas dentro de mi cuerpo. Detuve a Ari, porque sabía que estaba por terminar.
—No, ¿qué haces?—me dijo Ari medio consternado.
—Es que... Es que estoy por terminar—dije jadeando.
—Pues esa es mi intención, no hay nada que me resulte más excitante que ver que mi hombre disfruta el placer que le estoy dando.
—No Ari, quiero que terminemos juntos—le dije mientras lo alzaba y de un tirón lo puse abajo de mí.

Ari me sonrió de forma pícara y me dedique a quitarle su ropa. Besé su cuerpo y le robe un largo, tendido y húmedo beso de lengua. Continúe a su  pantalón y pude palpar su pene erecto. Era delicioso sentir que se movía como si quisiera ser liberado. Ari se revolcaba de placer mientras besaba sus piernas y encima de su miembro. Él también había puesto perfume en el lugar indicado. Olfatee profundamente y me aventure a bajarle el bóxer. Su pene salto justo sobre mi cara y yo aproveche para sacar mi lengua y babearlo. Ari gemía de forma intensa, por lo que yo disfrutaba verlo.

Introduje su miembro en mi boca y lo hice mío. Mi lengua recorrió desde la cabeza hasta el tallo, desde la coronilla hasta los testículos y Ari tenía convulsiones de placer. Una y otra vez, rápido y lento.

Ari me detuvo y me alzó la cara para volver a besarlo. Nuestros cuerpos desnudos emanaban el mismo calor y en ese momento dejábamos de ser 2, para unirnos en uno solo.

—Siempre seré tuyo—le susurre al oído de Ari.
—Siempre te cuidare—prometió él.

Lo Que Siempre Quisimos Ser. #Wattys2019 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora