Capítulo 16

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MARATÓN 1/3

— No, no tenemos nada Jimin, solo fue un pequeño accidente que sucedió, tropecé con Jungkook y caí sobre él, eso es todo.

— En serio Lu? porque realmente no parecía que te hubieses tropezado

Me quedo pensando, ahora no se qué decir porque esto es raro, todo lo que ha pasado es difícil de explicar porque ni siquiera se que está sucediendo entre Jungkook y yo

— Te quedaste callada porque sabes que es verdad que si se besaron ¿No?
—Jimin, déjala ¿si? no tenemos nada que explicar, solo somos amigos y nos besamos por un descuido y ya, no pasó a más nada.

Estaba pensando y mirando a otro lado pero cuando Kook dijo eso de que solo éramos amigos en mi interior escuché como mi corazón se rompía en mil pedacitos porque él era el que me decía que le gustaba y todo lo demás, y escucharlo decir eso me dolió bastante.
Me levanto de golpe.

— Ahora dices eso luego de haberme dado diferentes expectativas de lo que querías conmigo, eres un mentiroso.

Salgo del cuarto y doy un portazo.
Bajo las escaleras y los padres de Jungkook están en la sala con otras personas, la señora Jung se levanta y me frena.

— ¿Que sucede cariño? ¿Por qué te vas tan temprano? ¿Y los chicos?
— Ya me necesita mi mamá, me tengo que ir, gracias, hasta luego.
— Pero...

Abro la puerta y salgo corriendo, estoy confundida y abrumada por lo que dijo Kook y de que haya pasado todo esto, Kook se está comportando muy raro y se están volviendo complicadas las cosas con todo esto, pero ya está bien, no tenía que decir eso solo para que Jimin dejará de cuestionarme, agh ¿qué voy a hacer ahora? de seguro Jimin va a llamarme más rato preguntándome sobre que pasó. Me siento en la estación del bus para esperarlo e irme a casa, espero ninguno de los chicos me haya seguido. Por fin llega el bus y me siento en la parte de atrás, como es algo tarde está vacío, tengo unas ganas inmensas de llorar, pero no quiero que mi mamá me vea así, quiero desahogarme en paz sin que nadie me diga nada.

Ya por fin llegué a mi barrio, me bajo del autobús y entro en la cuadra que da a mi casa, ya casi llegando veo que me siguen unos hombres, apresuro el paso para llegar lo más pronto posible. Al estar frente a la puerta de mi casa noto que las luces están encendidas, mamá aún no se ha dormido, me ha de estar esperando, miro la hora para asegurarme de que no vaya montarme un espectáculo por la hora, son las 9:30, no es muy tarde, pero como mi mamá no es de fastidiosa. Estoy por entrar a mi casa cuando siento que alguien me hala hacia atrás.

— El teléfono, dámelo, el dinero también.

Una de las personas que me seguían hace un rato ahora está al frente mío, sabía que no debí demorarme tanto en entrar, ¿ahora que le digo? solo traigo unas cuantas monedas y el celular lo he dejado en casa de Jungkook al salir corriendo.

— N...no...no tengo dinero, me quedan unas pocas monedas, no creo que te sirvan de nada

El señor se impacienta — ya niña, déjate de juegos, dáme lo que tengas — le doy las cinco monedas que me quedaron del autobús, las observa con detenimiento, parece que se ha enojado — ¿Crees que estoy de juego? esto apenas me alcanza para mi, ¿no has visto que somos tres? sé que tienes más dinero, y hace falta el teléfono — termina de decir esto y veo como aparecen dos hombres más, logro observar que uno de ellos trae un cuchillo.

— S-s-se-ñor, se lo aseguro es todo lo que tengo nada más, si lo tuviese se lo daría, pero en serio no tengo nada m-m-más — del pánico que tenía y de las emociones anteriormente reprimidas empecé a llorar en silencio, el temor de que me pase algo malo también se ha robado mi capacidad para gritar.

— Parece que no le temes a nada niñita, chicos ya saben que hacer, tráiganme todo. — dice el que parece ser el jefe de la banda, este se aleja y  veo como los otros dos se me acercan, trato de huir pero el que tiene el cuchillo me agarra y me entierra el cuchillo para luego botarme al piso, el otro hombre empieza a revisar mis bolsillos, conmigo inválida ahora si pueden robarme, no encuentra nada más aparte del reloj, se alejan no sin antes haberme pateado, ya al borde de desmayarme por lo sucedido veo que alguien llega en un carro y se baja corriendo, está asustado, lo sé por como corre a mi rescate, no logro ver quien es, ya que todo lo próximo que veo es oscuridad.

Despierto en una habitación blanca con un olor a naftalina y me intento sentar pero siento un dolor muy agudo en mi abdomen, observó a mi alrededor.

— Ah, te despertaste, no te muevas, te puedes soltar los puntos — oigo una voz conocida.

— ¿Jimin? ¿Qué haces aquí? ¿En dónde estoy?

— Estás en un hospital

— ¿Qué? ¿Por qué? — intento volver a moverme, pero el dolor me detiene.

— Quédate quieta, te puedes soltar los puntos

— ¿Puntos? ¿Por qué puntos? ¿De dónde salieron? ¿Por qué tengo puntos?

— Tranquila, calma, respira

— ¿Cómo que me calme? estaba a punto de entrar a mi casa y... — me quedo pensando un momento — y... y... no recuerdo que sigue... 

— Cuando llegué a tu casa antes de traerte aquí estabas tendida en el suelo, había sangre a tu alrededor, te traje al hospital lo más rápido que pude, mientras parqueaba mi carro vi a unas personas salir de la entrada de tu casa

— ¡¡¡Ah!!! ¡Ya recuerdo! E-e-esas personas me iban a robar pero no tenía dinero ni celular, porque lo dejé en la casa de... Jungkook... — me cubro la cara con las malos al recordar lo que había pasado en la casa de Jungkook hace un rato.

— J-Jimin... sobre lo que pasó hace un rato... en casa de Jungkook... yo...

— Tranquila... no pasa nada... — Jimin me interrumpe y baja la cabeza — entiendo todo lo que ha pasado... — sale del cuarto rápido y me deja sola acostada en esa cama incómoda.

Me pregunto que habrá pasado, qué le habrá dicho Jimin a Jungkook respecto a la pequeña escena que hice, después de un rato llegó una enfermera, a la manguera que tenía en el brazo le aplicó algo.

— Disculpa, me siento algo incómoda, me quiero mover pero no puedo, ¿me podrías ayudar? 

— Ah si, ya un momento, espera llamo a tu guardián para que me ayude

— ¿Guardián? 

— Sí, aquel chico... espera — la enfermera salió corriendo y me dejó, igual que Jimin, ¿será que después de haber salido corriendo ayer en la noche de la casa de Jungkook la vida está haciendo que todas las personas salgan corriendo cuando las necesito?

Al cabo de un pequeño rato la enfermera vuelve con Jimin, me ayudan a acomodar mejor y después de eso la enfermera vuelve a salir para entrar seguido de una pequeña mesita con una venda y más cosas, me descubre el abdomen y me quita la venda que tengo y la reemplaza por la que está en la mesita, le dice algo a Jimin y se va.

— ¿Cómo te sientes?

— Pues... por lo que acabé de ver tengo severa herida en mi abdomen, pero toy bien si si uff, obvio.

— Ay ya Malu, hablo en serio, ¿no te duele nada? Digo, aparte del abdomen.

— Si, me duele otra cosa — digo y me cubro la cara con la cobija, estoy muy triste en este momento como para que Jimin me vea así — pero no puedes hacer nada oara curarme.

— ¿Por qué? ¿Qué te duele? ¿Segura que no quieres que llame a la enfermera?

— No, no Jimin, estoy bien así, no es necesario... — empiezo a sollozar por lo bajo, siento como Jimin coloca una mano al lado mío.

— Creo que ya sé que te duele... yo... me siento igual Malu... pero no puedo hacer nada por esto, aquella persona... — escucho como solo se queda callado, ahora solo lo que se escucha son mis sollozos por toda la habitación.

Jungkook y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora