Vibraciones

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Un pitido molestoso en el oído me hizo entreabrir los ojos, veía borroso pero pude dilucidar las luces del techo como manchas lumínicas, intenté moverme pero una punzada en la cabeza me hizo no querer volverá hacerlo jamás.

Me toqué la cabeza y sentí una venda bajo mis manos, me asusté mucho y abrí los ojos como platos, miré a mi alrededor y estaba en un cuarto azul cielo pulcro, unas sábanas blancas arropaban mis pies, Ohh Dios
¡Estaba en un hospital¡ mis.... Mis padres no tenían como pagar eso..

Debo salir de aquí.

Me paré de repente y cuando iba a caminar mis rodillas se doblaron y me agarre a la camilla esperando que pasara el mareo, volví a levantarme pero un tirón en el brazo me hizo darme cuenta que estaba conectada a un suero.

Arrastré el suero conmigo hasta la puerta y asomé la cabeza fuera para ver si había alguien, para mi suerte el pasillo estaba vacío, volví a cerrar la puerta y me saqué la jeringa que estaba dentro de mi brazo, un poco de sangre salió y lo cubrí con una gaza que encontré en la mesita de noche junto a la camilla.

Salí al pasillo buscando una salida, conocía el hospital porque venía con mi mamá a traer a mi hermanito, estaba en el ala oeste del mismo por lo que tendría que atravesar medio hospital para llegar a la salida más próxima, así que giré par de veces y tome pasillos para acorta el camino, siempre intentando que los doctores ni me reconocieran, cuando me encontraba con enfermeros bajaba la cabeza, no podía dejar que nadie me detuviese.

Ya estaba cerca de la salida cuando una mano me giró en redondo y asustada intenté safarme del agarre, me giré para enfrentarme a la persona que me agarraba y ví al chico que antes del.... Todos los recuerdos me vinieron de golpe, Lolita, el carro negro, la sangre, sus ojos.

Me quedé quieta en sus brazos intentando entender lo que decían sus labios pero con los nervios y la presión no entendía hasta que giró su cabeza y gritó.

- ¡Enfermera! ¡Enfermera!, ayuda
¡ por favor!

Mis ojos querían salirse de sus órbitas, en mi mente sólo se repetía "escuché lo que dijo", lo oí, este me miró asustado y intento cargarme y esta vez no me resistí, había oído su voz pero ¿Por qué? yo soy sorda, ese pensamiento me mantuvo en shock y de repente batas verdes y blancas cruzaron mi línea de visión y caí de nuevo a la realidad.

Intenté resistirme no podía dejar que me volvieran a internar no teníamos dinero para pagar yo. Yo... Comenzé a llorar y al parecer lo hice fuerte ya que todos se detuvieron de golpe y se quedaron mirándome, el chico volvió a mí y me sostuvo la mano, empezó a susurrarme cosas, me detuve pensando que lo escucharía pero sólo oía vibraciones nada claro, me acerqué más a él pensando que así lo oiría de nuevo.

Uno de los doctores se percató de lo que hacía y le susurro algo a él y él me miró consternado y siguió susurrándome para que me calmara, al final pude y me quedé completamente dormida, aún sintiendo que mi cabeza iba a estallar en cualquier momento, no me importó nadie más que yo está vez, solo yo y la cálidez de la mano que sostenía la mía.

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Justin ( narrando)

Lo que el doctor acababa de decirme me había dejado en completo estado de confusión, ¿ Sería posible que ella me estuviese oyendo? Esto me había dejado más confuso que verla correr por el pasillo del hospital tratando de pasar desapercibida, ya iba a la salida cuando la intercepté, al principio se intentó zafar y luego cuando grité por ayuda la ví quedarse muy quieta y mirarme sorprendida, tal vez me habría escuchado, no estaba del todo seguro pero de lo que sí estaba seguro era de que ella estaba aquí por mi culpa y no podía irse hasta que estuviese del todo bien, los doctores me dijeron que había tenido una contusión y que se había roto un cartílago de la nariz por eso sangraba por allí, un pequeño corte en la frente pero nada de que preocuparse, la dejarían en observación y luego debía de estar 2 días en reposo para evitar complicaciones futuras.

La señora que me acompañó entró por la puerta, ella había ido a llamar a los padres de Marie para avisarles, yo todavía no encontraba el valor de llamar a los míos pero sabía que ya era tiempo.

Saludé a la señora que resultó ser la maestra de música de la escuela, si mal no recuerdo me dijo que se llamaba Mrs. Lesster.

- ¿Ya despertó?- me cuestionó interrogante.

- Intentó escaparse, la detuve antes de que saliera por la puerta.

Ella ahogó un gemido y se pasó las manos por el rostro con frustración.

- Me lo imaginaba, Marie es una chica muy dulce, sin malicia y sus padres pasan por una situación económica precaria, tuvieron que elegir entre la operación de Marie o el tratamiento de su hijo pequeño, Marie prefirió la salud de su hermanito por encima de su propia enfermedad, de seguro se asustó cuando se despertó y vió que estaba en un hospital que por su situación sus padres no podrían costear.

Miré a Marie que ahora dormitaba tranquila en la camilla, pálida y con una venda en la cabeza, aún así se veía como ese ángel caído del cielo, tenía un aura que la hacía ver adorable aún en esta situación.

Su historia era muy extraña y a la vez digna de admiración, me prometí que debía de ayudarla en todo lo posible, era mi culpa que ella estuviese aquí.

- Debo hablar con mis padres, creo que es lo más correcto, no había podido llamarlos por el alboroto y eso.

Ella asintió y yo salí fuera de la habitación, me sentía el ser más miserable del mundo, saqué mi celular y marqué el número de mi padre, al tercer pitido este contestó.

- Hola campeón! ¿ cómo van esas clases?- me dijo entusiasmado.

- Papá - No sabía cómo decirle esto- estoy... estoy en el hospital.

Oí el freno de un coche y mi mamá soltar una maldición algo impropio de ella.

- Justin!! ¿ estás bien hijo? ¿en cual hospital estas?- oí el sollozo de mi mamá en el fondo que de seguro se había imaginado mil cosas cuando oyó la palabra hospital.

- Papá dile a Mamá que estoy bien, pero atropellé a una chica y.. todo es confuso, estoy en el Queen's Medical Center, los veo aquí y les explico mejor.

Unos gritos desde una sala contigua me hicieron girar y me encontré con una pareja de esposos discutiendo con una enfermera, me acerqué a escuchar.

- Es una chica de pelo rubio cobrizo, con ojos verdes y.. Y.. Es sorda por favor...

La enfermera negó con la cabeza en señal de que no sabía nada.

- ¿ está muerta verdad?- sollozó la mujer, eso me partió en dos, si antes me sentía miserable ahora deseaba morir, el solo pensar a Marie muerta un dolor atravesaba mi pecho, decidí intervenir.

- Señores Marie está viva y esta conmigo - ellos me miraron expectantes- vengan conmigo ella está aquí en una de estas habitaciones.

En unos momento caminábamos por el pasillo hasta que llegamos a la habitación en completo silencio y para mi mala suerte me encontré con una Marie despierta que me recibió con una de las más hermosas sonrisas que había visto en mi vida y esa sonrisa me desarmó por completo.

Song from the soul. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora