Cassie, pasillo, clase de música.

632 31 3
                                    

Ya era lunes y apesar de que todo el fin de semana me la había pasado encerrada llorando por mi lolita ese día extrañamente me había levantado con ánimos de ir a la escuela, así que antes de que mi celular vibrara bajo mi almohada ya estaba cambiada.

Una camisa con volantes y unos jeans negros con unos zapatos blancos complementaban mi indumentaria de hoy, nunca me había importado la moda así que vestía como quería cómoda y práctica. Tomé mi mochila y saqué la partitura de la canción para la audición de la clase de música, hoy iba a hacer algo que jamás había hecho cantar en público.

Bajé corriendo las escaleras, y choqué con mi papá.

- buen día, hola papá - lo abrazé y vi que este cargaba a Simon.

Simon era mi hermanito de 2 años que sufría de problemas respiratorios, era una dulzura con sus ojos color avellana tenía al hospital y a las personas que le cuidaban en el take care comiendo de la mano y es que no le valía sonreirle a todo el mundo. Lo abrazé y le di un beso en la frente, cuanto amaba a ese pequeño.

Me dirigí a la cocina a tomar el desayuno, mi madre hoy había echo tocino con huevos y un poco de papas fritas, me lo comí todo adoraba las papas fritas... Cuando terminé me levanté de la silla y casi me caigo por la impresión frente a mí en el marco de la puerta estaba él. ¿ Qué hacia el aquí a esta hora?

- Buenos días - dijo a todos con una sonrisa que ya era característica en él.

- buen día -le respondi.

- ¿ estás lista?- lo miré como si hablará en chino.

- lista para qué?  - sonreí nerviosa.

- pues sé que no tienes con que ir a la escuela y como soy el responsable que lolita este así pues te estaré llevando a la escuela hasta que termine de arreglarla.

- pero no es nec..- levantó una mano para hacerme calllar.

- claro que lo es, no te preocupes es un placer llevarte y además no es molestia ya que vamos a la misma escuela así que me queda de camino.

Asentí y tomé mi mochila, salimos a la calle y ahí estaba de nuevo su convertible Negro aunque ya no me afectaba tanto, me abrió la puerta del pasajero y entré al coche.

Ya dentro del coche me acomodé en el asiento y pase el cinturón alrededor de mi cintura, él entró en el asiento contiguo al mío y me regaló una sonrisa y desvié la mirada nerviosa.

- no temas Marie llegaremos bien- arrancó el coche y nos encaminamos a la escuela.

Lo miré de reojo, él era bastante guapo y tenía una sonrisa que podía derretir a cualquier chica, él....  arrugué el ceño siempre lo llamaba él y no sabía su nombre....

- eh... - me armé de valor- ¿ cómo te llamas?

Soltó una carcajada y me la contagió así que reímos los dos, la situación era bastante cómica.

- me..  me llamo Justin un placer conocerte Marie.

- el placer es mío -sonreí.

Ya habíamos llegado a la escuela por lo que encontró parqueo y apagó el coche, iba a bajarme cuando sentí su mano tomar mi muñeca y otra vez sentí esa corriente que subía por mi espalda, no supe que hacer así que giré mi cabeza.

- entrarias conmigo por favor? - me preguntó.

Lo miré por un segundo antes de contestar - claro porqué no?- lo espere fuera del coche y nos encaminamos a la escuela cuando estuvo a mi lado.

Solo hicimos poner un pie en el pasillo para que todos nos mirarán, fue como si alguien hubiese muerto, me sentí muy observada y mis manos empezaron a sudar retrocedí un paso y Justin me agarró la mano y me dio un pequeño apretón y comenzó a caminar conmigo.

Una figura apareció de la nada y se apretó al brazo de Justin,  era Cassie la chica más popular de la escuela.

Cassie era la hija de un magnate millonario que tenía una cadena de tiendas, no era arrogante pero cuando se obsesionaba con algo sabía cómo destruir eso que se ponía en su camino. Miró la mano de Justin y la mía entrelazadas y su rostro fue de puro horror.

- Justin, me acompañarías tengo que hablar algo contigo.-le dijo.

Él me miró y le solté la mano sin decir palabra, no quería estorbar. Me dirigí a mi casillero y saqué el libro de la primera clase y me dirigí a ella aún aunque no veía a nadie corriendo para entrar lo que significaba que aún el timbre no había sonado.

Si Cassie había hablado con Justin era porque tenía un interés en él, lo que significaba que no iba a ponerme en el ojo del huracán y trataría de hablar menos con él,  mi vida en esta escuela había sido perfecta siendo invisible y así de invisible me iba a quedar.

Las horas pasaron y llegó la hora del almuerzo salí por el pasillo a mi pequeño "lugar" dónde siempre almorzaba y aunque la gente no supiera era el lugar perfecto, un pequeño árbol que tenía un columpio rodeado de hierva de menta que olía delicioso, casi a nadie le gustaba ir allí puesto que la mayoría de las chicas no le gustaba dañarse la ropa sentándose en el suelo y como los chicos estaban detrás de las chicas pues nadie iba.

Compré la comida en la cafetería y tomé mi bandeja y caminé hacia allí, llegué y me senté ahí, ese lugar me traía paz. Lo que más me sorprendió de todo fue que 10 minutos después Justin se sentó a mi lado y me sonrió. Lo miré extrañada ¿ cómo sabía de ese lugar? Parece que leyó mi pregunta en mi rostro.

- te seguí- me dijo con una sonrisa- te estaba buscando y te ví caminar hacia aquí así que aquí estoy.

- el acoso es penado por la ley justin.- le dije bromeando.

- acoso es cuando no conoces a la persona, pero yo soy tu amigo al menos eso creo....

Sonó como una pregunta así que Asentí -si creo que somos amigos.

Comimos haciendo chistes y comentarios jocosos tan ensimismado estábamos que se nos pasó la hora del almuerzo, cuando nos dimos cuenta corrimos y llegamos justo a tiempo a nuestras respectivas clases, pero antes de irse me besó la mejilla y me dijo nos vemos después, me quedé estupefacta y entré en la nubes a mi clase.

Ya para la hora de salida debía correr para llegar a la clase extracurricular, música,  hoy era mi audición y quería estar perfecta no iba a ensayar puesto que llevaba años perfeccionando la última canción que había oído antes de quedar sorda, Imagine de John Lennon.

Llegué rápido a la clase y no había nadie excepto Mrs. Lesster, le indiqué que iba a ir practicando antes de que los demás llegarán así que tomé el violín de la escuela y comencé a tocar los primeros acordes y a cantar me encerré en mi mundo cerrando los ojos, tan concentrada estaba  mientras cantaba y tocaba que no me percaté que el curso se había ido llenando con las personas de la banda de música y el Coro, lo que más me sorprendió no fue eso sino ver a Justin en carne y hueso frente a mí con su enorme sonrisa.

Song from the soul. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora