—¿Alguna vez has intentando suicidarte?
Bajó la ventanilla del coche y expulsó el humo de forma calmada contemplando la calle. O eso me pareció.
Volvió a hablar antes de que yo pudiera intentar evadir esa pregunta.
—La primera vez que lo intenté Mike me sujetó de la muñeca, iba a tirarme.
—Pensé que te cortabas.
Anne realmente se sorprendió de que dijera eso. Volvió la vista a la oscura y solitaria avenida y sacudió la cabeza lentamente.
—No estoy tan loca —bromeó.
Sonreí recordando que entonces Alessa debía de estar loca de remate.
Mi hermana comenzó a cortarse los brazos y las piernas hacía tres años. Después le diagnosticaron anorexia.
A veces yo llegaba a casa y la ducha olía a sangre o habían gotas por el suelo. Es uno de los muchísimos recuerdos que tengo de aquella época.
Mi madre nunca se dio cuenta.
—¿Y la segunda? —pregunté.
—Cuando me escapé de casa el plan era esconderme con Mike pero la cosa se complicó, apareció la policía y me pregunté si era necesario.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?
—Nada. El policía me obligó a vomitar todas las pastillas que me había tragado.
Subió la ventana y se recostó.
El suicidio siempre me había parecido algo tan complejo e interesante.
—Si era necesario ¿qué? —dije tras varios minutos en silencio.
—Seguir jodiéndole la vida a los demás.
Asentí tirando la colilla del cigarro por la ventana. Me encendí otro, no tenía ninguna intención de hacer otra cosa en ese preciso instante.
Mordí mi labio.
—El tal Nico ha preguntado por ti.
Anne se giró comprobando que no me estuviera quedando con ella, movió la cabeza hacia delante inquiriendo la verdad y volví a asentir con una pequeña sonrisa.
—¿En serio? —cambió de posición acercándose con entusiasmo— ¿Cuándo? ¿Qué te ha dicho?
Evité reír y le di una última calada al cigarro antes de hablar.
—Me ha preguntado si hoy no venías.
—Pf —se apoyó en el volante y sonrió bobamente—. Bueno, a ti te miraba más, y además prefiero a Mike —Giró la cabeza advirtiéndome —. Si te lo tiras quiero que me lo cuentes todo.
(...)
El Foster era un pub nocturno en el que facilitar alcohol a menores era el menor de los problemas. Ahí se movían varios chanchullos y conseguir droga era muy alcanzable si ibas regularmente.
A la hora que Collins y yo pisamos el Foster, estaba hasta arriba de gente y el contraste de ruidos con la calle era enorme. Ni si quiera había música alta ni un espacio para bailar, solo mesas y canciones de fondo en un volumen muy bajo.
Me pareció ver a un tío de clase pero me distraje enseguida cuando me percaté de la presencia de un tío con una lágrima tatuada en la mejilla izquierda.
Codeé a Anne, quien ya se había percatado.
Junto a él había un chico que miraba en todas las direcciones en busca de alguien o de algo, su rostro me pareció demasiado familiar como para pasarlo desapercibido. Anne había desaparecido, así que fingí no haber visto a Paul y me acerqué a una mesa vacía.
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Isahia & Savanna
Novela JuvenilLa historia de dos mundos que jamás se cruzarán. Fecha de creación: 19/09/17 Fecha de publicación: 31/07/18 Beliebgrey🧡