UNO

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*Suena el despertador*
Otra mañana más, las 7.a.m.
Me desperezo en mi cama y rápidamente me levanto para darme una ducha, no quiero volver a llegar tarde si no mi jefe no me dará otra oportunidad.
Una vez me he duchado, bajo y me tomo una tostada de mantequilla y mi café con leche. Después de almorzar cojo mi bolso y mis llaves y me dispongo a comenzar mi día a día.

Mi nombre es ______(tn) López. Soy de España, de un pueblecito muy pequeño pero encantador de allí, aunque actualmente vivo en Nueva York y os preguntaréis porqué tan lejos; pues bien mi sueño siempre ha sido ser diseñadora de moda, y ver en un desfile como las modelos llevan mis creaciones. Y ¿dónde mejor para cumplir ese sueño que aquí? En Nueva York. Aunque todavía estoy muy lejos de lograrlo pues bien, cuando me marche de Nueva York fue porque la relación con mi padre tras la muerte de mi madre no era muy buena que digamos. Con el dinero de la herencia que me dejo mi madre conseguí viajar hasta aquí y obtuve un piso lo más rentable posible. La Universidad no podía permitírmela aún pues tenía que mantenerme a mi misma y a mi casa por lo que deje de lado eso y me centré en buscar un empleo en el que conseguir dinero.
Actualmente, después de haber trabajado en peluquerías barriendo el pelo de la gente del suelo y lavando cabezas, en talleres de mecánicos soportando los continuos piropos de mis compañeros machitos de trabajo y de niñera cuidando de niños que eran adorables a la par que unos mini-demonios, conseguí hace no mucho un trabajo en una pequeña pero acogedora cafetería en el Central Park donde a pesar de ganar una miseria (como en todos mis otros empleos) mi jefe también es lo peor que te puedes echar en la cara. Lo único bueno que saco de esa cafetería es mi mejor amigo Axel. Sino fuera por él no habría conseguido ese trabajo. Nos conocimos casualmente cuando yo cuidaba de uno de sus sobrinos y él fue a recogerlo. Axel es un chico súper guapo, que podría tener a cualquier chica detrás de él sino fuera porque a él le interesan los hombres.
Bueno sin enrollarme más, entro por la puerta y lo primero que veo, como cada mañana es la sonrisa de oreja a oreja de mi mejor amigo, Axel es la persona más positiva que jamás he conocido, son las 7:30.a.m y ahí está sonriente y a punto de echar purpurina y confeti por los ojos.

-Hola Axel.- saludo con una sonrisa y un abrazo a mi compañero.
-Hola pequeña.- me saluda mi mejor amigo al cual le encanta decirme eso pero no soy tan baja, mido 1,65 lo único es que él mide 1,80 y ya se cree con derecho a llamarme pequeña.
Entro al almacén y me coloco mi delantal y una pequeña placa dorada con mi nombre en ella. Salgo y me dirijo al equipo de música donde lo primero que hago es poner una canción de mi banda favorita. One Direction.

Suena Best Song Ever y Axel me mira. Él sabe que me encanta esta canción y que estoy loca por esa boyband que jamás llegaré a conocer ni aún estando en la ciudad donde la mayoría de ellos viven. Otro sueño que dejamos aparcado en la lista.
Atiendo a un par de clientes que piden lo típico. Al ser tan pequeña esta cafetería suele venir la misma gente siempre por lo que es tan acogedora que la relación entre los clientes y nosotros es muy familiar.
De repente suena la campanita de la puerta dejando claro que ha entrado un nuevo cliente. Miro hacia la puerta por costumbre y veo un rostro que me resulta algo familiar pero que no consigo averiguar quien es. Lleva puesta unas gafas de sol y un gorro que tapa prácticamente toda su cara, acompañado de una bufanda que no deja ver un solo trozo de su aspecto.
Miro a Axel y él se encoge de hombros.

Él señor se sienta al final, en una mesa solitaria y yo espero a ver si alguien más aparece para sentarse con él pero no hay señal de que nadie vaya a hacerlo.
Decidida me dirijo hacia él para tomar nota de su pedido.

-Buenos días caballero, bienvenido a la cafetería Constance. ¿Qué desea?.- digo algo nerviosa, no se porque pero presiento que a través de esas gafas de sol, negras y oscuras que impiden ver sus ojos, me esta mirando fijamente.

-Buenos días, deseo un café con leche con tres sobres de azúcar y un muffin de chocolate, por favor.- me dice él chico con una voz tan ronca como sensual. Ahora que ha hablado todavía me es más familiar, puedo hasta notar que ha sonreído al final de la frase porque he visto como se levantaban sus mejillas a pesar de esa enorme bufanda. Es cierto que en la calle hace frío pero aquí la temperatura es más cálida . Se va a morir de calor sino se quita toda esa ropa.

-Bien, enseguida le traeré su pedido.- digo con una sonrisa, cosa que me sale sola, y me retiro.
Le digo a mi mejor amigo el pedido del chico misterioso y él me mira sorprendido.- ¿Qué?.- pregunto ante la boba mirada de Axel.

-No me digas que no te has dado cuenta.
-¿Darme cuenta de qué?- pregunto atónita.
-De que ese chico y tú estáis destinados a estar juntos.- dice Axel apoyando su cabeza entre sus dos manos y mirándome como si tuviera cientos de corazones volando por mi cara.

Yo suelto una pequeña risa.
-Axel no digas tonterías.
-No son tonterías, venga ¿quién más a parte de ti se pide tres sobres de azúcar? O el muffin de chocolate con el café con leche

Es cierto que el chaval se ha pedido lo que yo me pido cuando desayuno aquí, pero seguro que no soy la única que hace eso.
-Axel ese pedido lo hace mucha más gente a parte de mí.
Axel es un chico que cree en todo eso de los cuentos de hadas y su final feliz. Él busca su príncipe, pero yo no creo en eso, no después de vivir en España lo que viví con Adrián. Me rompió el corazón pero eso es otra historia que os contaré más adelante.

Niego con la cabeza y me río, sino fuera por este chico no sé qué sería de mí. Axel prepara el pedido y me dispongo de nuevo a llevárselo al "chico misterioso" o al menos así se llamará hasta que conozca su nombre, si es que lo hago algún día claro.

Le dejó el pedido en la mesa y me da un cálido gracias sin saber si ha sonreído o me ha mirado pues esas gafas y esa bufanda impide visión alguna de su rostro.
Continuó con mi trabajo hasta que me doy cuenta de que en 10 minutos el chico se ha marchado y ha dejado dinero y una poca propina. Sonrío y recojo la mesa.

Ya no queda nadie en la cafetería y hoy me toca cerrar a mi, Axel se ha marchado y yo como siempre me dispongo a poner la canción de Whats make you beautiful de One Direction y subo el volumen mientras limpio y barro.
No os lo he dicho pero aunque me encanten los 5, mi debilidad es Harry Styles. Esos ojos y esos hoyuelos son irresistibles para cualquier persona. Axel cree que algún día podremos ir a un concierto de ellos, es más me prometio llevarme para mi cumpleaños que es en Enero pero creo que no será posible pues ninguno de los dos tenemos suficientemente dinero para ir a un concierto de ellos.

Cuando llega la parte del solo de Harry dejo de cantar pues es mi parte favorita y me encanta escuchar su ronca y dulce voz.

Cierro los ojos para disfrutar más del sonido y entonces empieza su solo. Es tan impresionante que parece como si lo tuviera justo delante cantándome esta canción. Yo sonrío. Este chico es mi amor más platónico que jamás haya existido.

Me extraño por un momento cuando me doy cuenta de que la voz parece cada vez más real, como si hubiera alguien delante de mi cantando ese trozo. Abro los ojos con la esperanza de estar sola y el grito que pego se ha debido de oír en todo Nueva York.
El chico misterioso está justo delante de mí, creía que se había marchado y solo se había ido al baño.

Pero no es eso lo que me hace gritar, sino que ahora se ha quitado esas gafas y la bufanda y el gorro y para mi sorpresa, mi suerte o mi perdición el chico que tengo delante es el mismo por el que sueño con conocer todas las noches, es el mismo chico de ojos verdes, sonrisa perfecta, hoyuelos marcados y pelo rizado que es conocido como... Harry Styles.

YOU// Harry Styles y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora