Dos.

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Este capitulo ocurre en la misma mañana del capitulo anterior.

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Deben salir ¡ahora! Tienen que traer comida para el campamento - dijo un hombre con una postura amenazante -

Quien eres tu para mandarnos - dijo un chico de tes pálida -

Vamos Yoongi, salgamos de aquí un momento - dijo tomando por los hombros al pálido -

Yoongi: esta bien Jin, pero Jungkook viene con nosotros - dijo -

Jin: iré a buscarlo - dijo alegré -

Después de llamar al pequeño Jungkook, salieron por la puerta delantera, caminaron un poco hasta perder de vista las grandes puertas que separaban el bosque de su campamento.

Jin: estamos lejos podemos hacerlo - dijo muy emocionado -

Yoongi: agamoslo

Se escuchó la ropa rasgarse, gruñidos que a cualquiera le helaria la piel, 2 lobos de gran tamaño aparecieron y un pequeño lobo algo temeroso dejando ver sus pelajes, el lobo mas pequeño tenia un color café más claro con manchas y los dos mas grande, uno tenía el pelaje gris y el otro de un café mas intenso.

Uno de los lobos se acerco al más pequeño, paso su cabeza en forma de caricia por su hocico del pequeño, para que entrara en confianza.

Después de que entrara en confianza el lobito se encaminaron a buscar una preza que cazar.

Los 3 lobos andaban con sigilo, tenían que atrapar algo para la cena.

Después de un rato de mendigar sin éxito alguno estaban por rendirse, era cierto que en sus tierras escaseaba la comida.

Llegaron a el limite de sus tierras, ellos sabían que en las tierras vecinas había más riquezas que en sus tierras, después de que el lobo café debatiera un poco en su cabeza decidieron pasar el limite ahora con mas cautela para no ser descubiertos.

Vieron a un ciervo andando entre los arboles, se dispersar los 3 lobos para cazarlo.

Yoongi o como se llamaba en su forma animal Dunkan, caminaba sigilosamente entre los densos arbustos, su olfato lo puso alerta cuando percibió un dulce aroma a duraznos, vainilla y césped, que era casi imperceptible por el bosque pero allí estaba ese ligero aroma a césped recién cortado, al ver entre los arbustos observo a un chico no muy alto con un arco y flecha, su hermoso pelo plata lo hacia resaltar entre los verdes arbustos, el inmenso lobo camino hacia el pequeño hombre, sin fijarse piso una rama la cual hizo un sonido alertando al chico.

Gruño y mostró sus colmillos para que el chico de aroma a duraznos y pelo plateado dejara el arco y la flecha en el piso, a lo cual entendió, alejando su arma de el.

– n-no te-tengo ar-armas - dijo nervioso -

Cuando el chico se giró no pudo evitar ver su hermoso rostro, dejo de mostrar su colmillos y lo admire por unos segundos, sus mejillas regordetas, sus pequeños ojos color miel, su piel bronceada a la perfección, sus labios gruesos.

– n-no m-me las-lastimes, so-soy de la tri-tribu Uktena - lo escuche decir -

Era de la tribu vecina, esto estaba mal, si alguien se enteraba que estaba con alguien de la tribu Uktena sería exiliado de mi tribu, vi que se relajo cuando relaje mi seño, escuche tras mio moverse los arbustos y reconocí el aroma de Jin, rosas y fresas, y el aroma de Kooki, manzanas y galletas.

Kooki se apego más a y mi sin quitarle la mirada de encima a el chico, escuchamos pasos apresurados detrás de nosotros y no dudamos en salir corriendo de allí antes de que llegaran más de la otra tribu.

¡¡JIMIN!!, escuche tras de mi, osea que ese chico se llama Jimin, dije para mi, corrimos aun más rápido y nos escabuyimos del lugar, cuando ya no sentí el aroma a duraznos pare y mis hermanos pararon también.

Jin me veía directo a los ojos, sabia que algo andaba mal, decidimos seguir con nuestra caza para regresar lo más pronto posible a nuestros límites, terminamos cazando dos venados, y unos cuantos conejos.

Cruzamos a nuestro territorio y caminamos con nuestras presas en el hocico, me desagradaba sentir el animal muerto en el hocico pero teníamos que llegar antes de que anocheciera asi que llegamos a la entrada de nuestro a campamento, nos reconocieron de inmediato, entramos y dejamos las presas en una mesa, poco a poco nos fuimos transformando en nuestra forma humana, cubrimos nuestros cuerpos con túnicas blancas y caminamos a nuestra pequeña chosa.

Después de llegar me dirigi a mi cuarto para cubrir mi desnudes, es obvio que al transformarnos en nuestra forma animal nuestras prendas se desgarran quedando completamente desnudos.

Ya después de cubrirme, fui al centro del campamento donde siempre hacían la comida para alimentar a la tribu después del banquete contábamos anécdotas de nuestras peleas, la mayoría contadas por mi padre, el jefe de la tribu, no eramos muy numerosos pero eramos fuertes y agresivos.

En todo el momento no deje de pensar en ese chico de cabellos plateados, Jimin, su simple nombre me causaba un cosquilleo su bella carita me hacia pensar que era un ángel exiliado del paraíso por el único pecado por el que lo han juzgado, su Belleza.

Anais GoGo🐺

Desconocidos - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora