Veintitrés.

976 135 28
                                    

*Tae narrando*

- Vendré después de la junta, te quiero aquí vigilando que Jimin no salga de su habitación, Namjoon vendrá por el está noche para comenzar el cortejo, no quiero que ese muchacho idiota escape, entendiste, si no es así creme que te moleste a golpes a ti - dijo mi padre frente a mi con un semblante serio -

Tae: s-si - pronuncie como pude -

Salió de la casa dejándome aturdido, minutos antes Jimin se había negado rotundamente a ser cortejado por Nam Hyung, mi padre lo había obligado a entrar a su habitación y permanecer allí dentro, no era la primera vez que utilizaba su voz de mando contra Jimin, lo cual al ser un alfa muy fuerte hacia temblar a mi hermano, quería ayudarlo, hacer que mi padre no lo manipular así, pero no podía, mi alfa no reaccionaba contra mi padre.

Me acerque a la puerta de la habitación de Jimin y escuchaba sus lloriqueos y jadeos de miedo.

Tae: Jiminie - dije pegado a la puerta -

Jimin: ve-vete, de-dejame solo - lloro y senti su aroma, volverse muy agrio, tenía miedo -

Lo siento - susurré más para mí y me aleje de la puerta -

Estaba a punto de entrar a mi habitación pero volte a ver hacia el despacho de mi padre, la puerta se encontraba entre abierta, sabía que era arriesgado, pero, solo necesitaba una cosa, una pista, solo una de que el había matado a mamá.

Camine a pasos lentos y dudosos hacia el lugar, mire la puerta, mi mano temblo y despacio la alce para tomar la perilla de la puerta y abrirla por completo, entre tomando todas las fuerzas posibles.

Mire todo el despacho y camine dentro, mi mirada viajaba de un lado al otro, hasta clavarse en el escritorio, tenía poco tiempo, camine a este y abrí cada cajón, cerrándolo después de no encontrar nada, cuidaba de dejar todo igual.

Pase a las gavetas junto del escritorio, buscando, no había ni una mierda, mi desesperación se sentía, como sesupone que encontraría una prueba, que sesupone que buscaba.

No tenía ni la más mínima idea de que podría ser y que podría darme el indicio de que lo que Jin había dicho era cierto, que podría hacer.

Sentí mi lobo removerse inquito, tanto como yo como el estábamos desesperando nos, buscaba entre los libros.

Suspire con pesadez, me resigne a no buscar más, no podría encontrar nada, deje todo igual que como cuando entré y salí, camine hacia la habitacion de Jimin y toque la puerta despacio.

Tae: Jiminie, estás bien - suavice -

Jimin: lo estoy - susurró -

Tae: necesitas algo - me pegue más a la puerta intentando escuchar algo -

Jimin: a mamá - su voz se escuchaba quebrada -

Mi pecho se estrujó, sabía lo unido que Jimin fue con mamá, no digo que yo no lo haya Sido, nuestra madre siempre nos dividía el amor a nosostros dos, nos amo, en cuerpo y alma.

Tae: Jiminie, déjame entrar - mi lobo rasguñaba mi pecho, quería consolar al Omega y no de una manera sexual, si no de hermanos - 

Jimin: vete, por favor, déjame solo - sollozo -

No quería, las cosas no debían ser así, sentí mis piernas flaquear, escuchar su llanto, sus sollozos, sabía lo mal que la estaba pasando.

Mi hermano mayor, el siempre se mostraba fuerte ante todo y llevaba una magnífica sonrisa pero ahora, no sentía su fuerza y me asustaba.

Sabía que podía calmarlo, corrí al cuarto de mis padres y abrí el armario, el aroma de mamá aún estaba en la habitación, me dirigí a su armario y rebusque prendas de ella, tome dos sacos y hasta el fondo de la habitación saque una caja mediana, allí mamá tenía la ropa que ella tejía cuando éramos bebés, álbumes de fotos,  tome todo y corrí al cuarto de mi hermano.

Tae: mira Jiminie, traje el álbum de fotos de mamá y nuestra ropita de bebé - silenció - veámoslo juntos

No sé escuchaba nada de la habitación de Jimin.

Tae: ji-jimin abre, por favor - sentía los nervios de punta -

Escuché el cerrojo abrirse y lo mire, su carita estaba inchada de tanto llorar y sus mejillas rojitas al igual que su nariz.

Puse las cosas con cuidado en el suelo y lo abrace fuertemente, acaricie sus cabellos y lo apague más, el escondió su cara en mi cuello, deje salir un poco de mi aroma, para relajarlo.

Al ya sentirlo más tranquilo pudimos entrar a su cuarto, tome las cosas y me adentré, el se subió en su cama y puse la caja.

Se acercó y pego las prendas de nuestra madre a el, inhalando con fuerza.

Abrí la caja y comenzamos a ver, pequeñas botita tejidas color azul, sueteres, pijamas, cobijas, hasta sacar el álbum de fotos comenzamos a ver cada una y sonreíamos al recordar cada uno de los momentos.

Terminamos de ver el álbum, los dos nos sentíamos más relajados, todo estaba regado en la cama de Jimin, comencé a doblar la pequeña ropita.

Tae: Jiminie, crees que sería buena idea regalarle de esta ropita a Nam para su cachorro - dije dudoso, si, es ropa que no podríamos ponernos jamás, pero tenía muchos recuerdos sobre todo por quién las hizo -

Espere escuchar la negación de parte de Jimin pero...

Jimin: me parece una buena idea, me encantaría que ellos pidieran vestir a su pequeño con ropa que tejió nuestra madre - sonrió -

Sonreí gustoso con su respuesta, iba a meter todo dentro de la caja cuando dentro de esta se encontraba una pequeña libreta negra.

La tomé entre mis manos, no recordaba esto, la caja había permanecido por mucho tiempo dentro del closet, la abrí dónde salió un sobre blanco.

Tae: Jiminie, habías visto esto antes - le mostré las cosas -

Jimin: no, supongo que es de papá - dijo sin darle importancia -

Mire el sobre y tenía escrito.

"Para mis hijos de mamá"

Mis ojos se cristalizaron y mis manos temblaron, escuché la puerta ser abierta y escondí las cosas debajo de la almohada de Jimin, no sabía el contenido ni de la carta ni de la libreta, era mejor leerla con Jimin después.

Vimos la figura de mi padre entrar por la puerta me levanté enseguida de la cama poniéndome derecho y firme.

- Jimin, estás listo - dijo con su voz grabé -

De re ojo pude mirar a Jimin quien se encontraba agachado, se levanto y se puso frente a el, adoptando una figura sumisa.

Jimin: no tengo opción

Mi padre salió y Jimin lo siguió, yo camine de tras de mi hermano encontrándonos a un Namjoon en la sala con el listón atado a su mano y un ramo de flores en sus manos.

Amarraron el listón a la mano de Jimin, mi hermano seguía con la mirada gacha y sin decir nada.

Nam: vamos - dijo aora salir de la casa -

Apreté mis manos en puño, mi lobo gruñía, no quería que mi hermano pasará por esto, no el.

NO HAY OPCIÓN... AUN NO LA HAY.

Anais GoGo 🌙

Desconocidos - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora