Notes:
Esta pareja es mi OTP, era justo y necesario escribir algo de ellos.
Siento que este OS puede dar para más pero no me atrevo, no sé :v Si les gusta la idea, me dicen y la continúo!
Disfruten!
(Actualización 22/07/2019: este monstruo se extendió)
El Arte de Destruirlo Todo
El ocaso caía sobre Lanling, dibujándose tenue, y cálido.
Los tintes rojos y cerúleos se dibujaban fuera de la ventana sobre el vasto paisaje, perdiéndose con parsimonia hasta desaparecer por completo, para dar paso a la oscuridad.
Lan Xichen yacía sobre un cómodo almohadón bergamota, recostado a la pared, observando de soslayo por la ventana, viendo cómo la luna lentamente se alzaba para dar fulgor a la región que abarcaba la secta Lanling Jin.
A su lado, un cuerpo se presionó, juntándose hombro con hombro, una cabeza llena de suaves cabellos castaños descansando sobre el nacimiento de su cuello. Por instinto, su brazo lo rodeó, apretándolo un poco contra sí. La persona a su lado lanzó un suspiro, contento.
—Desearía inmortalizar este momento, para siempre —comentó Jin Guangyao en un suave susurro, como si le confesara un gran secreto que poseía oculto hacía mucho tiempo. Su rostro salió de su cuello para poner su atención sobre la tez sosegada del líder de la secta Gusu Lan, esbozando una suave sonrisa—. Er-Ge, ¿no desearías conservar este momento para siempre?
Lan Xichen asintió, besando su frente—. A-Yao, este momento es casi perfecto, claro que deseo conservarlo para siempre.
Jin Guangyao soltó una suave risa—. ¿Casi? —comentó, divertido.
El líder de la secta Gusu Lan se permitió un segundo de atrevimiento, enarcando de forma sutil una ceja.
—Bueno, ciertamente sería perfecto, si no fuese por el exceso de vestimenta...
No pudo terminar la oración completa, Jin Guangyao con una fuerza poco conocida, agarró a Lan Xichen por ambos hombros, lanzándolo al suelo. De inmediato se colocó sobre su cuerpo, a horcajadas, ambos aún vestidos, ya resentían la barrera que había entre ellos.
Con fuerza, Jin Guangyao capturó sus labios, mordiéndolos. Sus manos vagaban con desesperación por el cuerpo y el rostro de Lan Xichen, cómo si temiera que, en cualquier momento, él fuese a desaparecer, sólo dejándole con la sensación de soledad y ansias de una existencia conocida que le hiciera compañía en las noches heladas.
Lan Xichen permitió que Jin Guangyao le hiciera lo que quisiese. En esos momentos de intimidad, por lo general llevaba las riendas del asunto. Sabía que a Jin Guangyao le gustaba sentirse en control, siempre había sido así con él, y a Lan Xichen no le molestaba en absoluto sentirse amado y querido por sus ardientes manos.
—A-Yao, A-Yao, estamos en tu estudio, podrían escuchar —gimoteó con cuidado Lan Xichen.
Sus manos serpentearon hasta las caderas de Jin Guangyao, apretándolas sobre su uniforme dorado, estimulándose con el intenso y sensual movimiento oscilante que eran la cintura de Jin Guangyao sobre su cuerpo necesitado.
Jin Guangyao gimió, rápidamente su boca llegó al níveo cuello de Lan Xichen, dejando una huella cárdena de su pasión por él—. Nadie escuchará, Er-Ge, seremos silenciosos, como siempre.
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El Arte de Destruirlo Todo
RomanceArruinaba todo lo que su mano tocaba... Sabía que sería lo mismo con Lan Xichen. Esta historia ha sido elegida para los Wattys 2019.